El lado oscuro del rock. José Luis Martín. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Luis Martín
Издательство: Bookwire
Серия: Música
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788499175898
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eso sin tener en cuenta que algunos músicos incitaban al público a saltarse las prohibiciones.

      La inmersión racial fue uno de los pecados más imperdonables del rock’n’roll, en un país donde el Ku Klux Klan había llegado a tener más de cinco millones de simpatizantes o miembros activos. En la década de los cincuenta había sido diezmado considerablemente, pero sus ramificaciones se extendían a la política, el aparato judicial y sobretodo a la maquinaria policial.

      El rock’n’roll también provocó el advenimiento de la primera revolución sexual, quizás no tan drástica como la asumida en la década de los sesenta, pero más cruda al chocar de frente como un tren de mercancías con el puritanismo americano que no estaba preparado para el gran demonio que se les venía encima, un ritmo que penetraba en la mente de su juventud con la tentación de la carne y el sexo, jóvenes salvajes que lanzaban himnos de pecado, incitando a bailes lascivos, pecaminosos, de contacto impropio, a todas luces obscenos, con gritos y expresiones libidinosas que invitaban a la lujuria colectiva. Pero mucho peor que eso era ver a jóvenes negros tocando y bailando con chicas blancas, levantándolas en volandas por la cintura, dejando que sus nuevas faldas volaran con total impunidad... esto sólo podía ser cosa del mismísimo Diablo.

      Los máximos sacerdotes de la nueva doctrina era comunicadores, disc jockeys, pinchadiscos avispados que vieron en el nuevo sonido un movimiento cultural que los sobrepasaría a todos y por qué no, que les dejaría pingües beneficios a los responsables de su explotación.

      Ed Sullivan, icono de la cultura pop

      La caja catódica presidía el centro de reunión de las casas y desde ese aparato Ed Sullivan era uno de los comunicadores más importantes. Primero con el programa The Toast of the Town en 1948, que más tarde en 1953 mutó a The Ed Sullivan Show con el que estuvo en antena durante 23 años, pasando a la historia como un icono de la cultura pop americana. Sullivan había sido periodista deportivo y amante del boxeo, lo que le había proporcionado relacionarse con normalidad con afroamericanos a través de ese deporte. Fue de los primeros en abrir las puertas de la televisión a artistas de color, no sin problemas con sus patrocinadores, que supo solventar con inteligencia y no pocas dificultades. Uno de los casos más vergonzosos fue con la actriz y cantante Pearl Bailey, afroamericana que en su primera actuación en el programa sorprendió tanto al presentador que este la abrazó y le dio un beso en la mejilla. Se dice que los teléfonos del sur de Estados Unidos echaban humo; el programa perdió patrocinadores y uno de los más importantes, el Ford Lincoln, le presionó para que no admitiera artistas de color en el programa y ante la negativa de Sullivan, intentó prohibir que el presentador interactuara con ellos, saludándoles con un apretón de manos y mucho menos abrazando o besando como en el caso de Bailey. La respuesta fue que Pearl actuó en 23 ocasiones en el show. Nat King Cole, Sammy Davis Jr., Louis Armstrong y Ella Fitzgerald, fueron algunos de los pioneros afroamericanos en aparecer en su show.

      Sullivan, era un defensor del Movimiento Derechos Civiles, sin embargo tuvo numerosos casos polémicos en su programa, relacionados con la censura, la moralidad y una actitud ególatra y dictatorial. Escándalos con The Rolling Stones, The Doors, el propio Elvis Presley o Bob Dylan, lo testifican. Uno de los más sonados fue con Bo Diddley, contratado el 20 de noviembre de 1955 en plena explosión del rock’n’roll. Ed Sullivan le pidió a Diddley que interpretara «Sixteen Tons» de Tennessee Ernie Ford, el músico aceptó la petición, pero en directo interpretó «Bo Diddley / Sixteen Tons», provocando la ira del periodista que le aseguró que jamás volvería a actuar en su show gritándole: «Tú eres el primer chico negro que me ha traicionado en mi show».

      Sullivan contrató a Elvis Presley para actuar el 9 de septiembre de 1956, aunque había asegurado que jamás lo traería a su programa porque era un bad boy. Pero el éxito obtenido por el joven Elvis en el programa Stage Show de la cadena CBS, presentado por los hermanos Tommy y Jimmy Dorsey, quienes lo contrataron en seis ocasiones durante ese mismo año, le obligó a pagar una cifra astronómica de 50.000 dólares por tres actuaciones, en septiembre, octubre y enero. El 9 de septiembre Elvis actúa en The Ed Sullivan Show sin el presentador, quien supuestamente había tenido un accidente de coche y fue sustituido por Charles Laughton. Interpreta «Don’t Be Cruel», «Love Me Tender» y sus versiones de «Ready Teddy» y «Hound Dog», para una audiencia de 60 millones de espectadores que se quedaron boquiabiertos ante los movimientos lascivos y la voz de Elvis; el programa alcanzó el mayor share en la historia de la televisión, superado en 1964 por The Beatles en el mismo programa.

      Otro personaje importante fue Dick Clark, conductor del programa televisivo American Bandstand, en el cual jóvenes bailaban y opinaban sobre los discos que pinchaba. Clark fue uno de los primeros en juntar audiencias multirraciales por lo que le arreciaron las críticas, más si cabe al cederles el micro para que los negros opinaran por televisión. También fue uno de los primeros en mostrar las actuaciones de Chuck Berry, James Brown o Solomon Burke.

      La generación Radio Star

      En la radio musical americana abundaban los programas de country como Louisiana Hayrider, Grand Ole Party o Big D. Jamboree, que comenzaron a introducir las nueva estrellas del rock’n’roll en sus programaciones, nombres como Elvis Presley, Carl Perkins, Gene Vincent.

      Sobresaliendo por encima de todos los demás estaba Alan Freed, joven de descendencia judía que comenzó a programar rhythm & blues desde emisoras pequeñas para derribar barreras raciales, con un lenguaje osado y netamente intencionado para ofrecer música negra al gran público blanco. En 1951 desde la WJW Cleveland, lanzó su programa The Moondog House y se proclamó el Rey de los Moondoggers creando una comunidad con su audiencia, donde lo más importante era la devoción por la música negra, popularizando el término rock’n’roll para definir lo que hasta la fecha se denominaba rhythm & blues.

      El 21 de marzo de 1952 organizó el concierto The Moondog Coronation Ball en el Cleveland Arena. Para el evento se contrató a Paul Williams & The Hucklebuckers y Tiny Grimes, acompañado por la banda de músicos afroamericanos Rocking Highlanders, en lo que se vendió como un concierto abiertamente multirracial desde el programa de radio.

      Al local, con capacidad para unas 8.000 personas, acudieron más de 20.000 jóvenes, casi todos con entrada debido a un problema de falsificación. No hubo separación de audiencias y la mezcla racial y la cantidad de jóvenes alterados que se quedaron sin entrar asustó a la policía que suspendió la actuación al finalizar el primer tema de Paul Williams, finiquitando lo que pasó a la historia como el primer gran concierto de rock’n’roll.

      Freed se convirtió en una estrella, en menos de un año estaba en la WNJR 1430 del área de New York, y más tarde dirigió el programa Rock’n’roll Dance Party en la CBS Radio. Con el éxito del programa Alan organizó numerosos conciertos con las más poderosas estrellas del firmamento del rock’n’roll, llenando salas y estadios deportivos donde los jóvenes lo vitoreaban como a un auténtico ídolo. Apareció en al menos cinco películas musicales y llegó a dirigir su propio programa de televisión, The Big Beat que se estrenó el 12 de julio de 1957 en la ABC.

      Cuando estaba en lo más alto de su carrera saltó el escándalo Payola, por el que se descubrió que algunos disc jokeys recibían por parte de las compañías discográficas cantidades de dinero para apoyar ciertos discos en detrimento de otros; una práctica habitual en el mundo de la música, que no sólo afecta a Estados Unidos y al final de los cincuenta, pero que fue una excusa para levantar una cruzada contra algunos programadores de música negra. Alan Freed fue el más perjudicado de todos, perdiendo su programa de radio y televisión. Durante el juicio, la Payola se declaró ilegal como soborno comercial, Freed se declaró culpable recibiendo una multa y dejando la sentencia en suspenso, pero jamás se pudo recuperar del escándalo.

      N

      Ya hemos podido comprobar que el cristianismo, a través de las iglesias baptistas y pentecostales, ayudó al rock’n’roll