En realidad, Kate era la única que nunca había explorado la moda. Sentía que la mayoría de las decisiones que tomaba era para irritar a su madre. Desde que se había negado a vestirse con vestidos de color pastel sedoso que le gustaban a su madre y de ir a los desfiles de moda, se había convertido en una chica poco femenina. Pero no sabía si era realmente una chica poco femenina o si sólo disfrutaba saber que molestaba a su madre cuando se vestía así.
Kate sonrió. Si había alguna posibilidad de que Tony la invitara al baile de graduación, bien podría darse toda la oportunidad del mundo. Ya se sentía un millón de veces mejor que cuando esa mañana, muy enfadada, se dirigía en bicicleta a la escuela. Sabía que sus amigas la estarían apoyando.
“Y, mira, si Tony no me pregunta si quiero ir al baile con él, no pasa nada," añadió Kate. "Siempre podemos ir juntas."
"Estoy muy contenta que lo digas," respondió Amy. “¡No creo que mis padres me dejen ir en un coche con un chico!"
Todas se rieron. Se sentía bien saber que se apoyaban unas a las otras, y que no necesitaban a los chicos para pasarla bien en el baile.
La campana sonó y las niñas se levantaron y se dirigieron en direcciones diferentes. Amy y Kate tenían matemática y caminaron tomadas del brazo por los pasillos.
De repente, Kate sintió que Amy le apretaba la mano. Levantó la vista y vio a Madison en el área de casilleros con sus amigas porristas. Estaba de espaldas a Kate y Amy, por lo que no sabía que ellas estaban detrás; estaba contando una historia que estaba haciendo a las chicas rugir de risa.
"Y entonces mamá dijo, 'Señorita, vas a ser una empleada de limpieza como yo para que Madison pueda ir a la universidad." ¿Pueden creerlo? Yo estaba como, ‘¡Oh, Dios mío, está convirtiendo a mi hermana en una esclava! “¡Y todo eso en su cumpleaños! A mí me dieron un coche para mis diecisiete. Ella no recibe nada."
Se echó a reír, al igual que las otras chicas. A Kate le pareció que el estómago se le caía en los pies. ¿Cómo era posible que Madison se riera así de ella? Aceptaba que Madison no la protegiera en su casa, pero nunca se le ocurrió que estuviera hablando de su desgracia con sus amigas.
Amy agarró con fuerza al brazo de Kate, tratando de apoyarla, tratando de mantener su conexión con la tierra. Ayudó a Kate a pasar junto a Madison y el grupo de chicas malas. Al pasar, supo que Madison la vería, se daría cuenta de que la había escuchado.
Miró por encima del hombro a su hermana. Se miraron a los ojos y Madison se veía solo un poco sorprendida. Pero aparte de eso, no pareció afectarle haber pisoteado los sentimientos de Kate. Luego, apartó su mirada, volviendo su atención a sus amigas.
Kate caminó a clase, sintiéndose más deprimida que nunca.
CAPÍTULO TRES
Kate sobrevivió sus dos primeras clases, aunque su estado de ánimo no mejoró. Se sintió aliviada cuando sonó la campana, era la hora del almuerzo y podría reunirse con sus amigas.
Con sus amigas, Kate se puso en la fila en la cafetería, que estaba llena de gente, y trató de no mirar demasiado la selección de alimentos. La situación estaba grave. Nicole, como era vegetariana, tenía mucha dificultad para encontrar algo que pudiera comer. Hoy, iba a comer gofres de patatas y judías, mientras que Dinah y Amy pudieron elegir un rico platillo con pollo tikka masala y arroz. Kate pensó que el curry se veía un poco grasoso, pero a Dinah, ligeramente más grande que el promedio de las chicas, no le importaba porque era alta y bien proporcionada. Amy era un palo de delgada y parecía ser capaz de comer todo lo que quisiera sin engordar. Nicole parecía mantenerse en forma solo gracias a su irritabilidad.
Finalmente, Kate eligió una ensalada. Aunque sabía que las burlas de su madre por su peso eran infundadas, no podía evitar sentir que, tal vez, si perdía un par extra de libras, su madre no sería tan dura con ella.
"Chica", dijo Dinah cuando vio su plato, "no me digas que eso es todo lo que vas a comer. Caramba, ¡es tu cumpleaños! ¡Ten un postre por lo menos!"
Kate se sentó.
“De hecho, Tony dijo que si me veía en el almuerzo, me compraría una magdalena," dijo.
Las otras tres chicas sonrieron y se miraron entre sí. Kate se sintió un poco tonta por haberlo mencionado.
"Oh, Dios mío," dijo Nicole repentinamente.
Todas dejaron de reír y miraron a su alrededor para ver lo que Nicole estaba viendo.
Un chico guapísimo acababa de acercarse a la cafetería.
"Oh," dijo Kate, volviéndose. "Es Elijah. Es de cuarto, comenzó a asistir a clases hace como un mes. Escuché a Madison hablar de él.”
“¿Este hombre celestial ha estado caminando por la escuela durante un mes entero, y ésta es la primera que lo veo?", dijo Nicole con un dejo de amargura en su voz. Parecía como si él la hubiera paralizado, y ella no podía apartar los ojos.
A Dinah parecía gustarle también.
"Oh, claro que sí. Tiene ese aspecto como Leonardo DiCaprio en Titanic.”
"Pero melancólico," murmuró Nicole. "Oscuro y melancólico."
Kate le echó otro vistazo. Elijah era sorprendentemente atractivo. Pero, por lo que había escuchado a Madison decir a su madre, era un poco solitario. Nunca parecía pasar el tiempo con nadie. Cuando llegó hacía un mes, Madison había tratado de que se uniera a su grupo, pero él se había mostrado reacio, algo que a Madison le molestó. Consideraba que era un poco raro y no era digno de su atención.
Él se veía muy difícil de alcanzar. De hecho, ésta era probablemente la primera vez que Kate lo veía en la cafetería. San Marcos era una escuela grande, pero alguien como Elijah no era el tipo de chico que pudiera perderse en la multitud. Se preguntó por qué no lo había visto con mayor frecuencia.
“¿Se acuerdan lo que decíamos sobre el baile de graduación?", dijo Nicole. "Me retracto. ¡Las dejo solas a las tres sin pensarlo si puedo ir con él!"
Todas se echaron a reír. Es decir, a excepción de Kate. Había estado mirando a Elijah, examinando la forma en que se movía entre la multitud. Era tan ligero que parecía estar flotando. Tenía una manera elegante de moverse, como si cada paso fuera parte de una rutina de baile. Era fascinante.
En ese momento, él volvió la cabeza como si sintiera que alguien estaba mirándolo. Sus ojos y los de Kate se encontraron a través de la concurrida cafetería. En ese momento, la inundó una sensación que nunca había sentido antes. Fue como si la hubiera golpeado un rayo, como si se le hubiera incendiado cada terminación nerviosa en su cuerpo.
Un grupo de chicos más jóvenes pasó frente a la mesa de Kate, bloqueando su vista.
Cuando ya pasaron, Elijah había desaparecido.
Ella estiró el cuello, tratando, sin éxito, de verlo salir por la puerta a la que se había dirigido. Había desaparecido.
"Chicas", dijo Kate a sus amigas que se estaban riendo, “¿vieron eso?"
Todas la miraron, confundidas.
"¿Ver qué?"
"Elijah. Estaba allí un minuto, y luego desapareció por completo.”
Ella seguía mirando en la dirección donde él había estado un momento antes. No había manera de que pudiera haber salido de la cafetería tan rápidamente.
"Elijah," Nicole rió, agarrándose teatralmente