Ella no querÃa perder a este traidor de los guardianes. Ãste era su propio tÃo ¿por qué se habÃa puesto en contra de sus sobrinos desde hace tanto tiempo? Los ojos verdes esmeralda de Kyoko se voltearon para bloquear al enemigo en su temerosa ira. Esto no podrÃa estar pasando, no después de todo lo que ella habÃa pasado, era su culpa.
Sus ojos se estrechaban en la mirada fija y oscura de Hyakuhei. Ella habÃa traÃdo el Cristal a este mundo y ella lo sacarÃa de este mundo asà tuviera que llevarlo con ella al infierno.
Kyou se quedó a no más de 20 metros y en una furia cegadora sacó rápidamente su espada de destrucción "Hakaisha". A él no le gustaba el pensamiento de que su tÃo⦠su enemigo, estuviera tocando la única chica humana a la que él habÃa llegado a respetar. Ella se veÃa peligrosamente frágil en los brazos de un hombre enfurecido, la pelea era ahora de la pureza contra la maldad.
El señor del reino guardián, Kyou, el mayor de los hermanos, no podÃa hacer nada sin que Kyoko sufriera en el proceso. Secretamente, él sabÃa que el poder del Cristal no podÃa lastimarlo porque él habÃa usado un hechizo para bloquear todos los hechizos antes de la batalla. Ãl habÃa estado preparado en caso de que Hyakuhei hubiera tratado de usar el Guardián del Corazón de Cristal en su contra.
Pero esto no lo habÃa anticipado. Ãl no querÃa que Kyoko saliera lastimadaâ¦nunca, no mientras él tuviera el poder de prevenirlo.
Ãl no luchó cuando los fantasmas oscuros y demonÃacos enviados por Hyakuhei, salieron de la tierra, como si vinieran de una pesadilla oculta y envolvieron su letal cuerpo para someterlo. Kyou vio a Toya mirar la furia ardiente en los ojos plateados de su hermano menor.
Hyakuhei habÃa atrapado a Toya en un ataque de fantasmas demonÃacos, tratando de mantenerlo a raya pero Toya seguÃa luchando con venganza hacia ellos. En su interior, Kyou estaba agradecido por las restricciones puestas a su hermano porque sin ellas, Toya hubiera atacado sin importar las consecuencias. Sólo la mirada de Kyoko en tal peligro habÃa empujado a Toya más allá del punto de quiebre.
Kyou podÃa sentir el poder protector de Toya intensificarse con cada latido, junto con su poder y el poder de sus hermanos.
Ni a diez pies de distancia, los ojos azul hielo de Kotaro se abrieron sorprendidos. Ãl no querÃa ver a Kyoko lastimada, pero no podÃa hacer nada para impedirlo. Sus brazos estaban sangrando por la batalla y sus piernas no estaban en la mejor forma. Mientras luchaba por mantenerse de pie, él estaba tan débil que ni podÃa atacar en ese momento, luchando contra el dolor. Su mente todavÃa se congelaba de miedo por la chica que amaba más que nada.
"No te atrevas a lastimarla o yo te cazaré hasta en el infierno, Hyakuhei", Kotaro murmuró con voz ronca, revelando sus colmillos afilados mientras sus ojos azules ardÃan con su necesidad de represalia. El aire a su alrededor parecÃa cobrar vida de venganza mientras los escombros volaban formando un cÃrculo a su alrededor gracias a sus poderosos vientos.
Kamul tenÃa miedo, pero ver a Kyoko luchando en los brazos de Hyakuhei lo habÃa hecho reaccionar. Polvos multicolores brillaban en sus ojos enfurecidos. Sin pensar en las consecuencias, Kamul corrió directamente hacia Hyakuhei con sus garras expuestas y un coraje inimaginable nacido de su amor por la sacerdotisa y visto por todos.
Los demonios sombrÃos de Hyakuhei, lo repelieron, golpeando su cuerpo contra la dura suciedad y lanzando escombros.
Kaen atrapó a Kamui fuertemente, el fuego salÃa de sus pies mientras saltaba colocándose a salvo, cuidando siempre al guardián más joven durante la batalla. Con Kamui en el suelo y fuera de peligro, Kaen miró a Hyakuei con furia y se mantuvo de pie entre el guardián más joven y el peligro.
Suki estaba de rodillas, aún sosteniendo a su padre en sus brazos. Su cuerpo ahora sin vida y su odio por Hyakuhei hervÃa dentro de ella por matar a Sennin. Su mirada ahora se fijaba en Kyoko, deseaba que ella pudiera salvar a su mejor amigo del mismo frÃo destino en el que cayó tan sabio anciano.
Shinbe se puso de pie en actitud protectora en frente de Suki, bloqueando su cuerpo de la vista de Hyakuhei. El viento proveniente de la rabia de Kotaro, sopló el cabello azul medianoche de Shinbe sobre su rostro, dándole una expresión de hechizo a sus ya conocidos ojos amatistas. Su preocupación por Kyoko se intensificaba a medida que él sentÃa el poder del Cristal aumentar.
"No..." la palabra lo dejó como si el viento repentinamente lo hubiera noqueado. Shinbe sabÃa que si Hyakuhei obtenÃa el poder completo del guardián de corazón de cristal, ambos mundos estarÃan en gran peligro. Una lágrima escaldada corrÃa por su mejilla, mientras sentÃa que su corazón se destrozaba, con el hecho de que no podÃa hacer nada. "...Kyoko."
Hyakuhei miró a su alrededor a los enemigos que se habÃan interpuesto en su camino por tanto tiempo, la propia descendencia de su hermano. Ãl sabÃa que ellos tenÃan miedo de atacarlo porque él ahora mantenÃa a Kyoko como escudo y podÃa sentir la rabia formándose a su alrededor.
Sus alas de ébano se expandieron, creando un fondo oscuro detrás de él, mientras sus ojos igualmente oscuros encerraban a la chica entre sus brazos. "Ellos tratan de protegerte", expresó con una voz calmada y relajada, como si no estuvieran en el medio de una batalla sino viéndola desde afuera.
Ãl podÃa sentir que el guardián sagrado del corazón de cristal estaba aún visible en el centro de su pecho desnudo. Su amor por los guardianes que peleaban para protegerla era lo único que evitaba que el cristal se hundiera por completo en el cuerpo de él y que le diera el poder que deseaba.
La pureza de ese amor era su poder y ella lo estaba usando para tratar de alejarlo del cristal⦠él podÃa sentirlo. Pero él también podÃa sentir el poder que ya estaba corriendo por sus venas, y sólo lo hacÃa querer más.
Sus ojos se suavizaron por un momento mientras le susurraba como si hablara con un amante, "No es suficiente"
Hyakuhei decidió que usarÃa el poder que ya habÃa obtenido del cristal en contra de Kyoko para destruir el lazo de amor que rodeaba al pequeño grupo. Ãl sabÃa que tenÃa que detenerla porque sólo su poder ya era tan fuerte como el del cristal que una vez ella llevó dentro de sÃ. El mismo cristal que una vez le permitió sentir amor sólo para después arrancarle ese amor cruelmente.
Ãl atrajo el rostro de Kyoko a la suya y le dio un suave beso sobre sus labios inocentes. Mirándola a sus tempestuosos ojos verdes, él entró a su mente usando el poder del guardián de corazón de cristal.
Hyakuhei buscó entre sus recuerdos el de los guardianes a quienes tanto amaba para quitárselos. Al robar los recuerdos de las personas por las que ella luchaba debilitarÃa su poder y fortalecerÃa el de él.
Kyoko no podÃa pestañear. Ella sintió sus garras maliciosas dentro de su mente tratando de destruir sus recuerdos arrancándole la razón de esta pelea y tratando de arrancarle el amor. Sus amigos, todos ellos, ella no lo permitirÃa.
Kyoko sintió que su control se quebraba, dejándole sólo una cosa que podÃa usar en contra de él, y esa cosa era aquello que él intentaba tomar y destruir. Sus ojos destellaron de rabia, la cual ya no se encontraba reprimida. Ella colocó sus manos en sus suaves rizos de medianoche y juntó sus frentes, temblando con una oleada de poder.
Su voz atravesaba el silencio del campo de batalla, ella gritó. "¿Lo deseas con tanta fuerza? ¡AQUÃ! ¡Tómalo!"
Los ojos dorados de Kyou brillaron intensamente, mientras el miedo lo atravesaba cual cuchillo caliente. ¿Qué estaba haciendo la sacerdotisa? Ãl sabÃa que algo estaba terriblemente mal y