En ese sentido, el segundo bloque de trabajos, los estudios politológicos, parte de la idea que el ámbito estatutario puede ser una débil huella de lo que sucede en la realidad organizativa, centrándose, por tanto, en el análisis de los procesos de toma de decisiones, por ejemplo, la selección de dirigentes y/o candidatos.
De igual forma, existen dos conjuntos de trabajos. Primero, aquellos que optan por aumentar las observaciones, reduciendo el número de indicadores; normalmente estos trabajos abordan solo selección de candidatos. A nivel internacional, resaltan los trabajos centrados en el caso asiático de Chambers y Croissant (2008) y de Linz (2004). En el primero, los autores concluyen que en pleno siglo XXI, en los tres principales partidos de Tailandia, las decisiones son tomadas por el líder del partido y/o un grupo cerrado. En el segundo trabajo se da evidencia sobre la variación a lo largo del tiempo, pues los partidos se hacen más inclusivos en la medida en que permiten celebrar elecciones internas. Esto ha dado origen a un conflicto entre dos visiones organizativas: por un lado, el ala revolucionaria cuyo modelo de partido es elitista-centralista y, por el otro, la democrática con un modelo que apela a compartir el poder con la militancia.
En América Latina, resaltan los trabajos de Aquino (2004), Duque (2009) y Picado (2009), que dan cuenta, respectivamente, de los casos de República Dominicana, Colombia y Costa Rica. Aquino da evidencia respecto al mayor éxito de los partidos centralizados (Partido de la Liberación Dominicana) sobre los descentralizados (Partido Reformista Social Cristiano y Partido Revolucionario Dominicano) en la implementación de elecciones internas de candidato presidencial. Duque, por su parte, proporciona evidencia sobre la incongruencia del Partido Liberal y el Conservador, en términos de la correspondencia de las reglas escritas con las prácticas reales para seleccionar candidato presidencial, de 1974 a 2006. Finalmente, Picado analiza los procesos de selección del candidato presidencial y diputados en Costa Rica, gracias a lo cual resalta los factores que influyeron en adoptar mecanismos inclusivos: reformas electorales, efecto de imitación y presión de organismos internacionales. En este trabajo se destacan las variables exógenas que pueden incidir en la profundización de la democracia interna.
En el caso mexicano, se encuentran los trabajos que estudian diversos partidos. Destacan los aportes de Reveles (2011 y 2008), quien, en el primer trabajo, da evidencia sobre la inexistencia de apertura a la militancia en la elaboración de las plataformas políticas en el PRD y el PAN, y la reforma estatutaria en el PRI, en la antesala de la elección presidencial de 2006. En el segundo, el autor relaciona los valores ideológicos y la democracia interna, gracias a lo cual muestra que el pensamiento neoconservador de Acción Nacional fomenta las dirigencias jerárquicas y verticales; mientras que el pensamiento nacionalista-revolucionario y su fusión con la izquierda social, del PRD, derivan en menor respeto por la autoridad, así como en un mayor conflicto y debate internos. Prud’homme (2007), por otro lado, muestra que el origen partidario es importante para comprender el consecuente modelo de partido y su (presencia/ausencia de) democracia interna. El trabajo de Sarabia (2011) brinda evidencia sobre los procesos de selección de candidatos a presidencias municipales en los principales partidos en Ciudad Juárez, concluyendo que las fuerzas partidistas a nivel local son organizaciones pragmáticas en busca del voto, más que en la representación de intereses sociales. Por su parte, Corona (2013) se enfoca en el estudio de las tendencias oligárquicas del PRI, el PAN y el PRD en los procesos de selección de dirigencia nacional de 1988 a 2012. Entre sus hallazgos muestra que la oligarquización de los partidos es causa de “la apropiación de los puestos de dirección y candidaturas opuestos de elección, por parte de grupos de interés, familiares y amigos que se rotan el poder” (Corona, 2013: 429). Por otro lado, Manteca (2018) revisa los métodos de selección de candidatos del PRI, PAN y PRD, de 1994 hasta 2017. En su trabajo encuentra un claro “incremento del control de los partidos en detrimento de métodos de participación ciudadana más abiertos” (2018: 159).
Además, resaltan trabajos que analizan un solo partido, centrándose en pocos indicadores (selección de candidato presidencial y/o dirigencia), gracias a la profundidad logran dar cuenta de los diversos actores, de las estrategias y de la lógica que subyacen a dichos procesos.
La investigación de Reveles (2013) se enfoca en el estudio de la coalición dominante del PAN, concluyendo que en este partido, producto de sus principios neoconservadores, los dirigentes tienen un papel más amplio que las bases, de ahí el énfasis en métodos de selección indirectos. Por su parte, Zamitiz (2013) estudia el caso del PRI mostrando que luego del año 2000, cuando el PRI perdió la titularidad del Poder Ejecutivo, se encontraron dos patrones de conducta: al existir igualdad de fuerzas entre los contendientes, emerge el conflicto (2006), mientras que ante la desigualdad de fuerzas se genera la unión de los grupos en torno al mejor posicionado en busca del triunfo (2012).
El trabajo de Bolívar (2013) se centra en la oligarquización del PRD, a partir de la llegada de la corriente Nueva Izquierda a la dirigencia nacional en 2008, muestra que este evento dio lugar a una izquierda dividida en México: una fuerza ciudadana al margen del partido y el partido distanciado de los movimientos e interesado en mantener sus cuotas de poder. Por su parte, el trabajo de Espejel (2014) da cuenta de la ausencia de democracia interna en el Partido Verde Ecologista de México, ya que, entre otras cosas, la dirigencia nacional estuvo al poder de integrantes de una familia: de 1991 a 2001, en Jorge González Torres, y de 2001 a 2011, en Jorge Emilio González Martínez.
El trabajo de Díaz (2014) se enfoca en el estudio de los procesos de selección de candidato presidencial en el Partido del Trabajo, de 2000 a 2012. En su investigación, se resalta la concentración de poder en la Comisión Ejecutiva Nacional, encargada de decidir sobre la selección del candidato presidencial. El texto de Bolívar (2014) sobre Movimiento Ciudadano evidencia la existencia de tendencias oligárquicas en la renovación de dirigentes, lo cual ha generado que dicho órgano se convierta en un grupo compacto y cerrado. El trabajo de Corona (2014) sobre el Partido Nueva Alianza da cuenta de los procesos de selección de dirigente nacional, mostrando que se trata de una organización dominada por grupos de poder que se apropian de los cargos directivos y de elección popular, a través de métodos antidemocráticos.
Finalmente, el análisis de Bolívar (2017) centrado al estudio del partido Movimiento de Regeneración Nacional, da cuenta de tendencias poco democráticas al interior de la organización, toda vez que quienes ocupan los cargos de dirección son un grupo compacto, aunado a que no se permite la creación de grupos internos. A lo anterior se suma el peso del liderazgo de Andrés Manuel López Obrador en la organización. Vale la pena decir que con los estudios politológicos se logran apreciar los actores en pugna, resaltar la importancia de la génesis, el papel que juegan los dirigentes, así como la modificación de las decisiones internas y algunos factores que propician dicho cambio, por ejemplo, tal como los triunfos y las derrotas electorales, las reformas electorales y la presión de organismos internacionales.
Para cerrar el apartado de los tipos de estudios, se puede mencionar que en el marco teórico, tal como hacen los estudios cercanos a la ciencia política, se observa la democracia interna en las reglas y, sobre todo, en los procesos internos, teniendo en consideración las peculiaridades, factores y actores mencionados anteriormente.
1.2 Tendencias organizacionales
En este apartado corresponde construir el modelo teórico para el análisis de los siete casos de estudio que se abordan: el PRI, el PAN, el PRD, el PT, el PVEM, MC y MORENA. La apuesta, en términos generales, recupera una gran lección emanada de Duverger y Panebianco sobre la importancia del origen para entender el devenir de los partidos políticos, sin que ello signifique una camisa de fuerza. La democracia interna no es la excepción. No obstante, en primera instancia se aborda brevemente cómo se ha considerado a la democracia interna: como variable independiente (que explica algo más) o como variable dependiente (que requiere alguna explicación plausible). Enseguida se analizan algunas definiciones sobre democracia interna, mismas que ayudarán a construir un concepto de democracia interna entendida como la distribución de poder. De igual forma, la revisión de dichas definiciones hace posible dar cuenta