Semiótica del texto fílmico. Desiderio Blanco. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Desiderio Blanco
Издательство: Bookwire
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Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789972454288
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la vía del “referente”. En la dirección [significantetipo], se produce una operación de reconocimiento del tipo. Los criterios de reconocimiento son de naturaleza cuantitativa y cualitativa: tanto el número como la naturaleza de los rasgos que autorizan el reconocimiento, son importantes. Por ejemplo, el tipo “árbol” será fácilmente reconocido si los rasgos que corresponden a los tipos /”tronco”/, /”ramas”/ y /”hojas”/ están presentes, aunque no todos sean necesarios al mismo tiempo. No existe un producto necesario de rasgos de identificación; sólo es necesario un conjunto mínimo de tales rasgos, o sea, un conjunto de rasgos necesarios y suficientes, el cual se consigue por medio de la asociación libre de elementos, cuyos tipos son limitados en número. El reconocimiento del tipo a partir del significante es necesariamente conjetural, en virtud del estatuto lógico de los conceptos, de las relaciones y de los procesos implicados en el funcionamiento del signo icónico.

      La producción-emisión de signos icónicos puede definirse como la producción de simulacros del “referente”, gracias a una serie de transformaciones, aplicadas de tal manera que su resultado esté conforme con el modelo propuesto por el tipo correspondiente al “referente” (=relación de cotipia). La recepción de los signos icónicos identifica un conjunto de estímulos visuales (= significante)como si procedieran de un “referente” que les corresponde, por medio de transformaciones adecuadas. Significante y “referente” pueden considerarse correspondientes, ya que ambos se configuran de acuerdo con un tipo (=cotipia), el cual da cuenta de la organización particular de sus características espaciales.

       3. NIVEL PLÁSTICO

      A.J. Greimas, en su texto fundador Sémiotique figurative et sémiotique plastique (1984), estableció la clara diferencia entre el nivel icónico y el nivel plástico del signo visual. Si en el nivel icónico se establece, como hemos visto, una necesaria relación ternaria entre /significante/ /tipo/ y /referente/, en el nivel plástico la relación se reduce de nuevo a una relación binaria: significante/significado. Ningún tipo interviene entre ambos funtivos para asegurar la identificación de algún posible “referente”. Sin embargo, esta relación no es ni clara ni precisa. Postular la existencia de un sistema semiótico plástico, como señala acertadamente A.J. Greimas (1984: 13), no impide reconocer al mismo tiempo que dicho sistema nos es prácticamente desconocido. Desconocido en su constitución, no en existencia. Un sistema semejante sólo puede ser captado y explicitado a partir del examen de los procesos semióticos plásticos —es decir, a partir de los textos plásticos —, en los que dicho sistema se encuentra realizado.

      El código plástico moviliza valores excesivamente variables. Al pretender analizarlos al margen de sus actualizaciones —aparte de su presencia en los textos plásticos—, se corre el riesgo de hablar de generalidades.

      Un enunciado plástico puede ser analizado desde el punto de vista de las formas (en el sentido de la Gestalt), de los colores o de las texturas, así como desde el punto de vista del conjunto formado por esos elementos. En realidad, nos enfrentamos siempre a sintagmas de formas, a sintagmas de colores y a sintagmas de texturas, y los significados reposan más en sus relaciones que en las formas o en los colores en sí. El significado plástico es relacional y topológico, y sus unidades son estructuradas por el sistema textual más que por el código. De todas maneras, cualquier análisis plástico que pretendamos hacer, nos obliga a utilizar determinadas oposiciones estructurales que permiten dar cuenta de las formas, de los colores y de las texturas: /alto vs. bajo/, /abierto vs. cerrado/, /simple vs. compuesto/, /claro vs. oscuro/, /liso vs. rugoso/...; tales oposiciones, que se encuentran en diversos enunciados plásticos, aparecen como la actualización en sintagmas de estructuras que existen en un paradigma general, potencializado en la competencia de los usuarios. Los objetos plásticos son verdaderos objetos semióticos y, por tanto, podemos indagar la relación que en ellos se establece entre una expresión y un contenido.

      En el plano del significante, constatamos que las unidades simples no existen jamás aisladas, al margen de la actualización. Una determinada /claridad/, una /rugosidad/, una /abertura/ sólo son lo que son en función de oposiciones que existen no solamente en el paradigma sino también y necesariamente en el sintagma. Pero, por el hecho de que cada realización en el enunciado cristaliza experiencias anteriores, en las que estímulos semejantes han sido ya estructurados y permanecen potencializados en la memoria de los actores semióticos, cada forma reconocida puede recibir un lugar en la pareja de opuestos que constituyen los elementos de un sistema.

      Y lo mismo sucede en el plano del significado. No es posible asignar un valor preestablecido a los elementos aislados, al margen de toda relación sintagmática. Por tal razón, en el nivel plástico, el dispositivo que mejor puede explicar la generación de la significación es el dispositivo de los sistemas semisimbólicos. En tal sentido, es posible descubrir tres niveles de investimiento semántico en el nivel plástico del signo visual (Grupo µ, 1992: 194):

      • Semantismo correlacional plástico. - Algunas oposiciones de la expresión plástica pueden aparecer frecuentemente, en los enunciados plásticos, investidas de los mismos valores semánticos, en virtud de asociaciones contraídas en otros textos por su conexión con elementos icónicos o con otros elementos extravisuales: el cielo es azul, la hierba es verde, la sangre es roja. En una determinada cultura, esas repeticiones pueden asociar, de manera más o menos estable, oposiciones de la expresión con oposiciones del contenido. Este fenómeno es el que da origen a lo que A.J. Greimas y sus colaboradores de la Escuela de París (Türlemann, Floch, Fontanille, Courtés) han denominado sistemas semisimbólicos. Tales sistemas se caracterizan por establecer correlaciones semióticas no entre términos aislados de la expresión y términos aislados del contenido, sino entre categorías del plano de la expresión y categorías del plano del contenido.

      Así, por ejemplo:

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      Lo importante es reconocer que esas homologaciones y correlaciones se establecen en el proceso del texto y no están dadas a priori. En tal sentido, cualquier otro texto las puede invertir con toda libertad, estableciendo correlaciones y homologaciones como la siguiente:

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      Un ejemplo clásico de esta inversión aparece muy claramente en Alexander Nevski (S.M. Eisenstein, 1938), película en la que los teutones invasores y perversos —los “malos”— aparecen revestidos de túnicas blancas, mientras que los rusos defensores y heroicos —los “buenos”— visten ropas de tonos oscuros. El cine expresionista y el cine negro nos habían acostumbrado a la homologación siguiente:

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      Eisenstein, en cambio, establece la homologación del modo siguiente:

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      La expresión del luto, asimismo, genera diferentes homologaciones en las distintas culturas: En Occidente nos hemos acostumbrado a la correlación semisimbólica:

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      Mientras que en Oriente la correlación es como sigue:

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      (Aunque, por