Precisamente, estas formas se forjan por las fuerzas unificadoras del lenguaje de los carnavales, las fiestas y ferias que se apoyan en el pasado y en lo vernáculo; mientras que los géneros de la cultura cómica popular están anclados a la actualidad, al presente y a lo cotidiano. Sus orígenes, según el mismo autor (1995), se forjaron en la cultura popular a partir de los estudios de la Edad Media y el Renacimiento. Dicha búsqueda hay que encontrarla en la tradición cómica y el folklore de las sociedades primitivas, que tienen como elemento fundamental la identidad del hombre consigo mismo. Esas instancias del folklore están unidas a las transformaciones del hombre, que se extienden a todos los espacios de la creación y de la cultura.
Lo anterior, se evidencia en varias de las ferias y fiestas colombianas como en el Carnaval de Barranquilla, el Festival de Blancos y Negros, (Pasto), el Festival de la Leyenda Vallenata (Valledupar), el Festival Internacional del Bambuco (Neiva), el Festival Internacional del Café (Manizales), el Torneo Internacional del Joropo (Villavicencio), la Feria de las Flores (Medellín) y la Feria de Cali Estas, son algunas de las manifestaciones populares en las que se escenifican muchos de los rasgos anteriormente explicados y en las que la palabra -de diferente índole y nivel- se presenta indistintamente y es capaz de adquirir diversas connotaciones de acuerdo con sus particularidades y la clase social.
1.3 El sentido de las fiestas en la cultura colombiana: implicaciones para quienes hacen inmersión en ella
Las fiestas en Colombia son un fenómeno de características culturales, sociales, lúdicas, políticas, económicas y religiosas. Colombia es una fiesta y se le conoce como uno de los países más alegres del globo. Según González (2007), este país celebra más de cuatro mil fiestas, lo que significa que en ellas circula una cantidad significativa de la vida de las comunidades que las celebran y de la nación misma, porque, sin duda, conforman parte del tejido social. Por esto, la fiesta se percibe como objeto de reflexión en la presente indagación, y ofrece un apoyo epistemológico para la enseñanza y el aprendizaje del español como lengua extranjera.
En su viaje y estadía en Colombia, el extranjero se encuentra con un conjunto diverso y cambiante –un caleidoscopio– de aspectos que la caracterizan: su geografía e historia, su cultura, su gastronomía, su música, sus lugares de turismo, su variedad étnica, su riqueza de fauna y flora y muchas, pero muchas fiestas. El adjetivo que puede abrazar a los anteriores factores es diversidad. Esta policromía y polifonía de la cultura y naturaleza colombianas es particularmente atractiva para propios y foráneos.
De manera que vivir a y en Colombia, implica estar ligado, de alguna manera, con las celebraciones festivas: familiares, institucionales o sociales; locales, regionales o nacionales.
Es por eso, que, como consecuencia, la sociabilidad, propia de la gran cultura latinoamericana –y, específicamente, colombiana– que conlleva la amistad, la alegría, la confianza, la colaboración, el apoyo, la relajación y el compartir, hacen que el extranjero pueda adentrarse en la dinámica de la comunidad en la que se inserta, con particular flexibilidad, lo que le puede dar garantía de un aprendizaje de la lengua más eficaz y ligado a la realidad contextual. Caso contrario, sucede con la inmersión de latinos en culturas en las que, para entrar en contacto y comunicación, se requieren tiempos y cumplimiento de exigencias sociales y culturales. Con esto, se está afirmando que el trato y la aproximación social dentro de la cultura colombiana son más abiertos y flexibles que en otras, por lo que se dan implicaciones favorables para quienes quieren aprender el español tanto en Colombia como en América Latina. Estos asertos están basados en la aplicación de la técnica de observación y en las experiencias personales de algunos integrantes del Grupo de Investigación ELEX. En consecuencia, siendo la fiesta un escenario para el encuentro social, ella misma se constituye como un ambiente natural para el aprendizaje de la lengua, puesto que en su acontecer transitan no solo el lenguaje y la lengua, sino valores (personales y colectivos), hechos (como la música y el baile), objetos de variada naturaleza (como regalos, gastronomía y vestuario). Es decir, toda una ética y una estética de la comunicación.
Esto último, pone al aprendizaje de ELE en el campo de la función semiótica del lenguaje y de la lengua, cuya multimodalidad (Kress, 2010), hace que su aprendizaje suceda desde todos los sentidos. Además de que, semióticamente hablando, el aprendiente extranjero de ELE, al estar inmerso en la cultura, a su vez, está aprehendiendo todos los sistemas simbólicos que la constituyen, lo que le da la ventaja de conectarse con toda la trama y la urdimbre de significados, esto es la cultura misma, en términos de Geertz (2003).
1.4 Las fiestas colombianas como pretexto para la enseñanza y el aprendizaje de ELE
Como corolario de lo dicho en el acápite anterior, y en aplicación a la presente investigación, el lenguaje de las fiestas colombianas subsume la cultura regional de las mismas; por eso, una de las preguntas que se hace González P. (2007), en su estudio sobre las fiestas en Colombia es la siguiente: “¿Qué lenguaje se utiliza?” en determinada fiesta. Este interrogante es particularmente pertinente a esta investigación. Así, para el caso que ocupa, el equipo ELEX, previó un conjunto de fiestas que abarcara buena parte de la variedad dialectal colombiana. Por eso, las ocho fiestas que conforman la propuesta didáctica se ubican en regiones y dialectos correspondientes pero diferentes unos de otros: costeño caribe barranquillero, costeño caribe valduparense, llanero, opita, pastuso, costeño pacífico caleño, paisa antioqueño y paisa manizaleño. Esta variedad y diversidad lingüística y fonética es indefectiblemente una apuesta para el aprendizaje circunstancial de ELE porque en el nivel de la palabra y de los enunciados complejos, ubicados en los contextos en los que adquieren los significados y los sentidos con los que el aprendiente construye la nueva realidad, esa que le posibilita el sistema semiótico de la cultura que habla la lengua, está la cultura social. De hecho, se afirma que aprender una lengua es aprender una cultura; por lo tanto, la fiesta, como hecho cultural, es un contexto provechoso para el aprendizaje de cualquier lengua, visto que hace posible el desarrollo de competencias fundamentales como la comunicativa, la intercultural y sociolingüística.
2. Marco metodológico
Igualmente, fue necesario un diseño investigativo que precisó de la aplicación del paradigma interpretativista, dado que va dirigido al significado de las acciones humanas (el aprendizaje de una lengua) y de la práctica social (la comunicación intercultural); por esto, el enfoque es cualitativo y acoge un tipo de investigación basada en una prueba piloto.
2.1 Método
Como es consuetudinario en la planeación investigadora, se previó tanto el paradigma como el enfoque y el tipo de investigación. Para la pertinencia de esta indagación se precisó de la aplicación del paradigma interpretativista, dado que va dirigido al significado de las acciones humanas (el aprendizaje de una lengua) y de la práctica social (la comunicación intercultural).
En cuanto al enfoque, fue de corte cualitativo (multimétodo), puesto que primaron la descripción, la interpretación y la comprensión de los fenómenos culturales relacionados con el aprendizaje de una lengua; además, se previó el seguimiento de las siguientes cuatro etapas: preparatoria (reflexión y diseño), trabajo de campo (recolección productiva de información mediante prueba piloto o survey), analítica (reducción de la información y obtención de resultados) e informativa (elaboración de informe y socialización de los hallazgos).
Y, respecto del tipo de investigación, primeramente fue una indagación basada en una prueba piloto; pero, dado el carácter multimetódico del enfoque cualitativo, se activaron el hermenéutico y el intercultural en ELE; la razón de esta diversidad obedece a que en el trasfondo de esta investigación se requirió la revisión sobre la construcción de significado y sentidos de las expresiones de este corpus, se enfatizó en el carácter inclusivo, el respeto y la valoración de la diversidad cultural de los dialectos colombianos y se dio la reflexión crítica sobre la praxis indagadora de modo que la enseñanza y el aprendizaje en ELE fueran contextualizados social y culturalmente. En suma, se