Poemas de Sixto. Sixto Rolando Esquivel. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Sixto Rolando Esquivel
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9789878720029
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al pie de la mesa

      Todavía espera

      Aquel viejo amigo ya viejo y cansado

      Tal vez nunca sepas perrito faldero

      Las amargas horas que juntos pasaron

      Porque, porque allá en el campo

      Nos espera la noche

      Y velás el sueño de cosas queridas

      Y tejes tus sueños con collar de estrellas

      Y esperas la luna y la voz del silencio

      Buscando al cansancio pegadito al alba

      Pa’ nacer de nuevo

      Y cuando algo te falta no lo echas de menos

      Y le había sacado de la tierra fruto

      De sus manos callosas mil cosechas buenas

      Y no tuvo fuerzas pa’ aguantarse tanto

      Si se había quedado con su único sueño

      De muchacho manso

      Y allí ya no estaba

      La madre que vieja

      Es novia en sus años

      Que arranca en caricias

      Las penas del alma

      Que junto a su pecho

      Ya niño te sientes y el miedo se pierde

      Estando a su lado

      Dijo allá ese gaucho

      Que la noche aquella

      No alumbró la luna

      La vieja casona

      Y no estaba el sueño

      En la vieja tranquera

      Dijo allá ese gaucho

      Que volvió cansado

      Como si no fuera

      Más que algún extraño

      Y allá en las distancias

      Que separa el tiempo

      Todavía vive la fe de los buenos

      Pero sabe, hermano,

      Qué buscaba el gaucho

      Tan solo un amigo

      Que al fin lo entendiera

      La madre que vieja y que es novia

      No estaba ya entonces en la vieja tranquera

      Por eso es que siempre

      En aquel boliche

      Se recuerda aquello

      Dos ginebras, mozo, dos ginebras …!

      Póngalo en la cuenta

      Y al pie de la mesa

      Todavía espera...

      Bendita palabra que les has dado a mis oídos

      La música impresa de tu mensaje escrito

      Preciado libro que permaneces en mi existencia

      Como oasis abierto en el desierto

      Cuando quiero hacer lo que no puedo

      Y resisten mis entrañas sentimientos

      Como mares, tempestades, ríos, volcanes y otros males

      Inundan sin querer mis pensamientos

      Estoy solo y no acostumbro mi alma

      Todavía a la altura de tu nombre

      Bendito en las alturas y en la tierra

      Tú solo sabes aquello que esto encierra

      Y de mis hijos, mis amigos y del mundo

      Tanta ansiedad por años amasada

      La libertad espera agazapada

      Nuestro suspiro gime el corazón del hombre

      Quiero mirar tu palabra iluminada

      Como así oír los cantos a tu santo

      Mensaje que por mucho me condena

      Mensaje que por mucho de vida y paz ya me consuela

      Que soy, Señor, en este mundo

      Si para tristezas solo he nacido

      Para llegar siempre al olvido y mirar las marchitas rosas

      No quiero volver a ser el ciego o el sordo que no escucha

      Quiero sentirme por tu luz iluminado

      Y ser un vaso en tus manos muy deseado

      Que vuelva a mí lo que tanto he deseado

      Buenos momentos que se resisten y han pasado

      Juventud que viejo no he olvidado

      En un mundo de dolor y de llanto acongojado

      Que la luz de tu camino hacia la vida

      Se eternice en los senderos ya trazados

      Castiga mi alma si he pecado

      Perdona mi error que mucho ya he llorado

      Tu palabra expresa en soledad

      Las muchas razones de mi espera

      Sé que me animas y consuelas

      Pero el dolor no espera

      Por eso escucho y veo con esperanza

      Que el brillo de tu gloria no me alcanza

      Porque todo el amor que encierra el alma

      No me alcanza para la espera y las distancias

      Son muchas las razones de las tantas

      Ansiedades que se brotan de inquietantes

      Verdades que no sabes si se cumplen

      O en tu vida más allá son delirantes

      Quiero el amor, tu amor, sentir como antes

      Cuando la luna daba allá en mi frente

      Y volvía cansado e indiferente

      Que los miedos que sorprenden mi confianza

      Era yo un caminante, el corazón lleno de alegría

      La muerte ni anciosa ni estresante

      No era el sentir que se llenara de latidos

      El corazón que joven y entendido

      Solía llevarme por lejanos caminos

      Bendita palabra que has dado a mis oídos

      La música impresa de tu mensaje escrito

      Y que a tantos como a mí le has dado

      La sonrisa plena de una esperanza

      Mientras lloro por aquello que no debo

      Tú me das confianza

      Mensaje escrito, cálida templanza

      Que arroba el sentir de los que esperan.

      Allá en las entrañas

      De mi barrio viejo

      Donde la naturaleza

      Se agiganta al pasar

      Allá entre las sombras

      De los pinos altos

      De chalecitos pintados