52 51. Gracias, señor todopoderoso
54 53. Pensamientos de hoy y de ayer
55 54. Miradas
56 55. Pintor que pintó en septiembre
60 59. El pasado y el presente
61 60. Cuando el sol ilumine esta tierra
62 61. Una vez más besar el cielo
66 65. Quiero
68 67. Asombro
75 74. Sin recuerdos, sin olvidos
79 78. La noche
80 79. Las tumbas abren su boca
86 85. Noha
91 90. Palabras
Landmarks
1 Table of Contents
A mi Dios y Padre Jehova
Familiares, amigos y conocidos
Poemas del alma
Aunque este relato pueda emparentarlo con alguna experiencia propia, le diré que en principio son recuerdos que a posterior incluyen unas cuantas poesías…
Tal vez algún nieto diga “este era mi abuelo”, sí, y no trascienda. Tal vez opine del sentido de lo escrito; tan solo me conformaría con que mis palabras sean un bálsamo a su pensamiento y al saber que en esta vida y en cada casa se vive diferente, se vive apegado a una cultura diferente.
Hallará alguna simple historia; recordará alguna vivencia propia, evaluará principios, cualidades inherentes o no al subsistir. Tan solo si lograran mis palabras llegar al corazón, suficiente; son 75 años, desde los brazos de mis padres hasta este momento. Ya un poco adolorido recorro calles y algunos polvorientos caminos que se han erigido como soles de un pensar profundo. Nací en Belgrano, poco tiempo después residí en provincia.
Los años de la adolescencia transcurren, no así como los de la infancia. Siempre al ver un niño vuelven a mí los recuerdos, pasados de años y alegría.
Si algo no olvido son las higueras, las ciruelas a campo abierto. La aventura de una siesta comiendo brevas; y una pileta hermosa o revolcándose en los tréboles del campo donde el color incitaba ya el deleite.
Mis padres pasaron las penurias de los años 30 viviendo en Entre Ríos, quien de chico ayudaba en un frigorífico y el pago eran monedas más alguna cabeza de ganado que la madre sabiamente faenaba; mi padre hombre de poco hablar.
A mi abuelo le gustaba el juego de naipes y a veces perdía sus ganancias, tanto que no alcanzaba para los propios hijos que lo ayudaban a comprar un par de alpargatas.