Los brotes de EPM muy intensos representan la principal amenaza para la salud pública y la industria pesquera en los fiordos patagónicos, en particular en las regiones de Aysén y Magallanes (Lagos, 2003). Por el contrario, los episodios de Envenenamiento Diarreicos por Mariscos causados por especies endémicas del género Dinophysis, principalmente D. acuta, D. acuminata, productores de toxinas lipófilas (ácido okadaico, OA y derivados, pectenotoxinas; Reguera et al., 2014), representan la principal amenaza en la Región de Los Lagos (Lembeye et al., 1993; Alves de Souza et al., 2014), un área donde se concentra más del 95% de la producción nacional de mitílidos (29 x 104 t año-1). En años recientes, las proliferaciones del dinoflagelado Protoceratium reticulatum, asociado a la producción de yesotoxinas, han generado gran contingencia en la Región de Los Lagos. Otras especies, que se pueden caracterizar como especies emergentes, como las que producen toxinas ictiotóxicas (Chatonella, Pseudochattonella y Karenia), han causado grandes mortandades de salmones en centros de cultivo en las regiones de Aysén y Los Lagos. Sin embargo, a pesar de los graves trastornos económicos que generan las floraciones de este tipo de microalgas, existen grandes lagunas de conocimiento respecto a su dinámica poblacional, toxicología, factores que desencadenan una floración, variabilidad interanual, entre otros.
Figura 4
Modelo conceptual asociado a los eventos FAN. Se ilustran las fases de crecimiento y los procesos biológicos asociados en interacción con actividades humanas y procesos oceanográficos y atmosféricos.
8.2.1. Causas de las FAN en la Patagonia chilena
Uno de los mayores desafíos para nuestra comprensión de los eventos FAN es la diversidad y multiplicidad de procesos biológicos y oceanográficos (Pitcher et al., 2005; Kudela et al., 2017) que tienen lugar desde la microescala (e.g., la germinación de quistes) a la meso escala (e.g., recirculación de masas de agua en un fiordo) hasta la escala regional (e.g., descarga de agua dulce a la zona costera). Todos estos procesos son, directa o indirectamente, modulados por las condiciones atmosféricas, pero las variables claves dependen nuevamente de la escala espaciotemporal que estemos abordando. Por ejemplo, los procesos de dispersión de algas en los primeros días o semanas de un evento FAN están parcialmente controlados por la circulación oceánica local, la cual es forzada en buena parte por el esfuerzo superficial del viento (Molinet et al., 2003). De igual forma, la temperatura del aire y la energía solar incidente en superficie determinan en buena medida la temperatura de la capa superior del océano, que a su vez condiciona la estabilidad de la columna de agua, pudiendo influir en el proceso de germinación de quistes (Figura 4).
Más elusiva es la vinculación entre las fluctuaciones atmosféricas con la ocurrencia de eventos FAN en la escala interanual. Aunque es evidente que la magnitud, extensión espacial y duración de los eventos FAN en el sur de Chile varían de manera sustantiva entre un año y otro (Guzmán et al., 2002; Molinet et al., 2003; 2010), la ausencia de una serie de tiempo consolidada y de larga data de estos eventos dificulta su asociación con las variables climáticas. Una hipótesis apunta a que las anomalías de gran escala del viento a lo largo de la Patagonia chilena, son debidas al control que este ejerce sobre la surgencia costera (Molinet et al., 2003). Un periodo prolongado de viento del sur podría ser capaz de incrementar el afloramiento de aguas sub-superficiales ricas en nutrientes, favoreciendo la ocurrencia de un evento FAN. No obstante, las fluctuaciones interanuales del viento meridional frente a la costa de Patagonia son pequeñas, pues en esa zona predomina el viento zonal (este-oeste). Alternativamente, León-Muñoz et al. (2018) enfatizan el rol de las variaciones en la descarga de agua dulce en la zona costera de la Patagonia chilena. En ese trabajo se analizó la ocurrencia de una FAN durante verano y otoño de 2016, el peor evento registrado en la historia del sur de Chile y con catastróficas consecuencias ambientales, sociales y económicas (Hernández et al., 2016). Desde el punto de vista climático, este periodo presentó la mayor sequía de los últimos 50 años (Garreaud, 2018) producto de la superposición de un intenso evento de El Niño en una tendencia de disminución de precipitaciones que ha afectado la Patagonia desde los años 1960 (Boisier et al., 2018). La escasa evidencia disponible muestra que la disminución del aporte de agua dulce a los fiordos y canales patagónicos disminuyó la estratificación termohalina permitiendo el afloramiento de nutrientes. Así, el aumento de nutrientes en la capa superficial y la mayor radiación solar en condiciones de sequía habrían favorecido el explosivo incremento de Pseudochattonella verruculosa y Alexandrium catenella a comienzos del año 2016 (León-Muñoz et al., 2018).
Aunque físicamente plausible, la hipótesis que conecta fluctuaciones interanuales de precipitación y eventos FAN deberá ser corroborada considerando otros eventos (como también años en los cuales estos no hayan ocurrido). De verificarse, se anticipa entonces un negativo escenario para los florecimientos nocivos en la Patagonia chilena, en tanto las proyecciones climáticas para el futuro indican la mantención de la tendencia en la reducción de la precipitación (Boisier et al., 2018), la cual será ocasionalmente agravada por la ocurrencia de años de El Niño, como sucedió en el verano de 2016 (Garreaud, 2018).
8.2.2. Cambio global y posibles respuestas de las especies FAN
Hallegraeff (2010) sugiere algunas respuestas que pueden ser esperables frente al escenario del cambio global; i) expansión del rango de distribución de especies de aguas cálidas a expensas de especies de aguas más frías, las cuales serían desplazadas hacia los polos; ii) cambios especie-específicos en la abundancia y estacionalidad de FAN; iii) cambios en la fenología de algunas especies fitoplanctónicas (e.g., inicio temprano, períodos más largos de ocurrencia); iv) efectos secundarios en la red trófica marina, principalmente cuando las especies zooplanctónicas y los peces planctívoros sean afectados de manera diferente. La hipótesis general planteada por este autor es que algunas especies de algas nocivas pueden llegar a ser más competitivas, mientras que otras pueden disminuir considerablemente en áreas donde generalmente son recurrentes, es decir, que habrá “ganadores” y “perdedores”.
Considerando las predicciones de aumento de la temperatura superficial del mar (ca., 2°C) previstas para el sistema de fiordos y canales patagónicos, las microalgas que más problemas causan en esta zona podrían verse beneficiadas. En este sentido, Wells et al. (2015) señalan que aumentos en la temperatura, estratificación, acidificación del océano y eutroficación de la columna de agua producirán efectos positivos en grupos taxonómicos como Alexandrium y Heterosigma. En este sentido, Moore et al. (2008) señala que el incremento de temperatura incrementará la ventana de oportunidad de Alexandrium catenella, lo cual se verá reflejado en extensión del periodo de ocurrencia de las floraciones. Por su parte, Fu et al. (2012) señala que el incremento en la acidificación del océano producirá un aumento en la toxicidad celular en A. catenella, así como también en diatomeas del género Pseudo-nitzschia.
Los escenarios de cambio global previstos para las próximas décadas en la Patagonia chilena sugieren que los eventos FAN podrían intensificarse en términos de duración, toxicidad e incluso cambios en rangos de distribución geográfica, algunos de los cuales ya están siendo observados como es el caso de A. catenella y Dinophysis acuminata, por lo cual es clave comprender a fondo la dinámica y los factores que gobiernan este tipo de eventos para contar con medidas de manejo y mitigación efectivas.
8.3. Explotación minera, acuicultura y extracción desde turberas del musgo Sphagnum
La actividad minera presente en la Patagonia chilena, es un factor relevante en relación con sus impactos potenciales ya que su desarrollo es aún escaso, a diferencia de lo que sucede en Argentina donde está más extendida (Bechtun, 2018) y tuvo un gran impacto a mediados del siglo pasado en la zona del Lago General Carrera (Bustamante et