Los estudios filológicos han encontrado un buen campo de estudio en la documentación judicial valenciana. El uso del catalán y el aragonés medieval en buena parte de sus series ha permitido investigaciones sobre las características idiomáticas –las grafías y sonidos, la morfosintaxis– del lenguaje de la Baja Edad Media en la ciudad de Valencia y Cocentaina. Unos estudios que han permitido conocer, además, las semejanzas y diferencias del habla empleada por las administraciones judiciales y por las personas (Ponsoda, 1996; Diéguez, 2002; Gregori, García Marsilla y Pujades, 2008; Guinot, Diéguez y Ferragud, 2008; Silvestre, 2008; Torró, 2009; Diéguez y Ferragud, 2011; Ferrando y Rangel, 2011).
Asimismo, el aprovechamiento de la documentación judicial para estudios de carácter económico y social ha encontrado su plasmación más reciente en los trabajos sobre la economía bajomedieval valenciana (García Marsilla, 1999; Llibrer, 2013; Bordes, 2003). En este último caso, se trata de una investigación sobre la evolución de la industria textil y el artesanado textil de la ciudad de Valencia entre finales del siglo XIII y la primera mitad del XIV, que recurrió a la consulta de buena parte de las fuentes documentales escritas del periodo –en especial notariales, municipales y registros judiciales–. En primer lugar, se estudiaron los volúmenes disponibles del tribunal del justicia de Valencia correspondientes al periodo 1283-1321. En segundo lugar, dentro de la documentación conservada para la primera mitad del siglo XIV, se analizaron un centenar de libros correspondientes a la sección del justicia civil entre los años 1321 y 1349. Además, el estudio del grupo artesanal textil valenciano de la primera mitad del Trescientos recurrió al método prosopográfico, es decir, la técnica de análisis que busca reunir las noticias biográficas posibles de un grupo social dado con el objeto de componer una especie de biografía colectiva seriando, además, las informaciones. En dicho caso, el recurso a la documentación judicial se convirtió en una necesidad imprescindible debido al volumen del resto de las fuentes disponibles, ofreciendo por otra parte buenos resultados. De hecho, el uso de los registros judiciales permitió reconstruir parte de la emigración artesanal a la ciudad de Valencia, la distribución del artesanado en las diferentes parroquias urbanas, la actividad laboral femenina –fenómeno siempre difícilmente aprehensible– o los conflictos dentro del mundo del trabajo.
6. Pero, además, la magnitud y heterogeneidad de la documentación judicial valenciana conservada de las diferentes magistraturas urbanas implican numerosos problemas relacionados con la explotación de los datos. Una primera tarea, necesaria en el curso actual de las investigaciones, es la de profundizar en el funcionamiento real de la justicia, analizando cada una de las series, ya que sin esta base de partida su uso para otros campos de estudio parece bastante problemático. El crecimiento y diversificación de las diferentes series documentales durante los siglos XIII-XV supone que sea más fácil su explotación sistemática entre finales del Doscientos y la primera mitad de la siguiente centuria. Por el contrario, a la hora de abordar la documentación de posteriores décadas se requiere, a fin de aprove-char los esfuerzos, un mayor conocimiento de cada una de las series y, no menos importante, una recopilación de datos homogénea.
Por esta razón, la elaboración de estudios sobre la administración de justicia, con el recurso a bases de datos informáticas uniformes, con la participación de amplios grupos de trabajo que compartan de manera continua sus investigaciones, se presenta como una de las tareas ineludibles a la hora de abordar el estudio de las prolijas series judiciales. No se puede esperar a la voluntad y capacidad de trabajo de un investigador aislado para abordar y aprovechar el caudal de informaciones que puede proporcionar la documentación judicial valenciana.
De hecho, la reconstrucción del funcionamiento y la finalidad de la justicia pública respecto a los conflictos existentes en el mundo urbano se convierte en el primer paso para el correcto aprovechamiento de la documentación aquí analizada. Una base de partida que debe servir para otro tipo de investigaciones. M. Vallerani, en su estudio sobre Perugia, señala cinco parámetros de referencia para realizar un análisis de la documentación judicial: a) estudio de los modelos y la praxis del sistema procesal adoptados por las administraciones judiciales; b) análisis del impacto de la conflictividad sobre el sistema judicial; c) examen de la naturaleza de la acción punitiva realizada por las autoridades; d) establecimiento de los presupuestos socioinstitucionales de la praxis contenciosa, y e) análisis de los principales componentes técnicos, culturales e ideológicos de la función judicial (Vallerani, 1990).
A la hora de estudiar la documentación judicial, las investigaciones realizadas en Génova durante las últimas décadas pueden servir como modelo de explotación de los datos para la realidad valenciana (Ghiara, 1980). En ese caso, la acumulación de informaciones se plantea en varias direcciones estrechamente relacionadas entre sí: en primer lugar, y esto ya se ha señalado, es necesario realizar una exploración de las fuentes disponibles que establezca la organización y administración de la justicia en un determinado periodo de tiempo; en segundo lugar, se debe confeccionar un modelo homogéneo de compilación de los datos, y en tercer lugar, la recopilación de los datos se debe realizar a partir de los diferentes procesos judiciales y su secuencia temporal. Un esquema de trabajo que implica individualizar cada procedimiento judicial, describiendo los hechos y recogiendo las referencias de todos los personajes implicados en ellos. Se trata, en palabras de P. Pérez, de establecer las dimensiones sociales del delito, mediante la reconstrucción de estadísticas sobre los pleitos, los procesamientos y las penas (Pérez, 1990).
Tampoco puede obviarse hacer referencia a las dificultades técnicas que implica el estudio de la fuente judicial. En su estudio sobre el justicia criminal de Valencia, R. Narbona señaló algunos problemas relacionados con la explotación de los datos que podrían extenderse al resto de la documentación judicial conservada. En primer lugar, el autor aducía los problemas de lectura debido al deterioro material de los libros y a las características escriturarias de los propios escribanos. En este caso, tanto la documentación criminal como la correspondiente a las primeras décadas conservadas, la del justicia de Valencia, presentan en algunos casos dificultades de comprensión. En segundo lugar, señalaba los inconvenientes relacionados con la configuración de los libros judiciales, ya que su desarrollo por manos imposibilita el seguimiento continuado de los diferentes pleitos, teniendo en cuenta, además, que las distintas partes del litigio en muchas ocasiones no se encuentran en el mismo volumen o se han perdido. Por último, el autor indicaba el alto número de renuncias, de casos que se cierran en alguna de las fases del proceso y que, por lo tanto, no tienen un desarrollo completo (Narbona, 1986).
Las posibilidades que ofrece la documentación judicial valenciana para el estudio de la sociedad urbana son grandes. La complejidad que adquirió a lo largo de la Baja Edad Media la administración de justicia implica que, a lo largo de su vida, buena parte de los habitantes de la ciudad tuviesen algún contacto con ella. Porque si el recurso al notario estuvo relacionado en la mayoría de ocasiones con la posesión de alguna propiedad mueble o inmueble, o la adquisición de bienes, por modestos que estos fuesen, la presencia en algún pleito, como demandante o demandado, como testigo, recurriendo a alguna de las formas de crédito que existían dentro de dicho entramado institucional –las denominadas Obligacions–, o pidiendo la designación de un tutor a las autoridades judiciales, hace que la presencia de casi todos los grupos urbanos, aunque en especial del artesanado, sea mayor que en las otras fuentes documentales conservadas para ese periodo.
Los campos de estudio que pueden aprovechar la documentación judicial abarcan muchas de las áreas en las que se divide, casi siempre por economía de esfuerzos, la investigación histórica. Algunos ejemplos pueden ilustrar estas afirmaciones. Así, durante la primera mitad del siglo XIV, la escasa representatividad de los libros de avecindamiento municipales para conocer la llegada de nuevos inmigrantes artesanos a la ciudad de Valencia entraña la necesidad de estudiar la documentación judicial. Las series de Tuteles, cures, marmessories i emancipacions de los tribunales del justicia de Valencia y del justicia civil nos informan de las actuaciones efectuadas por las autoridades judiciales en las que se designaba como tutor de un menor, a petición del propio afectado o de uno de sus progenitores o familiares, a un residente