Pero la definición de lo que es o no es patrimonio en un territorio no es una función exclusiva de los técnicos; también la sociedad tiene gran parte de esta responsabilidad, ya que es ella la que contribuirá a juzgar si un bien es representativo de sí misma como para ser considerado patrimonio, de acuerdo con su escala de valores. El concepto ha evolucionado y se ha ido ensanchando (Figura 1). Hoy consideramos patrimonio cultural elementos que no eran considerados como tal por nuestros ascendientes (Alba 2014, Iranzo y Hermosilla 2015). Ya no nos ceñimos sólo al arte o a los monumentos, sino que consideramos como patrimonio aquellos bienes que tienen la capacidad de salvaguardar la memoria y de identificarnos como miembros de un colectivo.
Hacemos referencia al conjunto de bienes materiales e inmateriales que una sociedad reconoce, selecciona y adopta como un legado para seguir legándolo. Pero, además, ahora los bienes del patrimonio se contextualizan en su territorio de referencia. Se le vincula el concepto paisaje. La Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO (1972) da una definición patrimonial del paisaje, al hablar del término paisaje cultural. Define paisajes culturales como la manifestación de un territorio que ha sido modelado por la actividad humana, en interacción con el medio natural.
Figura 1. Ensanchamiento del concepto patrimonio
Fuente: Elaboración propia.
El patrimonio es una herencia que nos dejan, y que dejamos a nuestros descendientes. Casi siempre decimos que el patrimonio es un conjunto de manifestaciones culturales que heredamos y que identificamos como propias. Pues bien, la naturaleza también nos deja su herencia, su patrimonio, por medio de formas geológicas, masas de agua, especies vegetales, especies animales… Este patrimonio natural se concibe como un recurso. Como un bien útil porque ofrece servicios ecosistémicos y porque puede generar riqueza. Ese conjunto de elementos que heredamos de los procesos medioambientales no pueden ser concebidos como elementos independientes e aislados entre sí, sino que interactúan dando lugar a una totalidad, a un geosistema, que tiene una manifestación paisajística que también es patrimonio.
Así pues, entendemos por Patrimonio Natural al conjunto de bienes y riquezas naturales o ambientales, que la sociedad ha heredado de sus ascendientes (Serrano 2002). La Convención de la UNESCO de París (1972) considera Patrimonio Natural, en su artículo 2, a:
• Los monumentos naturales construidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional, desde el punto de vista estético y científico. Por ejemplo, Marcahuasi es una meseta de la Cordillera de los Andes situada a 4.000 metros de altitud sobre el nivel del mar. Se trata de una meseta de origen volcánico, donde se encuentra un singular conjunto de gigantescas rocas de granito de morfología singular, como consecuencia de la erosión del viento y la lluvia a lo largo del tiempo.
• Las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas, que constituyan el hábitat de especies animales y vegetales amenazadas con un valor universal excepcional, desde el punto de vista estético y científico.
• Los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas que tengan un valor universal excepcional, desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural.
• Son patrimonio natural las formaciones que testimonian grandes fases de la historia de la Tierra, elementos geomórficos o fisiográficos de mucha significación. Como por ejemplo Messel, el mejor sitio fosilífero del mundo para conocer el medio ambiente del Eoceno, el periodo geológico que se extendió entre los 57 y los 36 millones de años antes de nuestra era. El sitio proporciona una información única en su género, sobre las primeras etapas de evolución de los mamíferos, de los que se encuentran fósiles bien conservados, desde esqueletos perfectamente articulados hasta el contenido de sus estómagos.
• Son patrimonio natural los procesos ecológicos y biológicos en curso en la evolución y el desarrollo de los ecosistemas y las comunidades vegetales y animales terrestres, acuáticos, costeros y marinos.
• Son patrimonio natural los fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia estética excepcionales.
Por su parte, el World heritage Committee o Comité Intergubernamental de Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1999), además de ratificar el artículo 2 de la Convención, expone que para que un bien sea tratado como Patrimonio Mundial Natural debe cumplir al menos uno de los siguientes criterios:
1. Ser ejemplo eminentemente representativo de las grandes fases de la historia de la tierra, incluido el testimonio de la vida, de procesos geológicos en curso en la evolución de las formas terrestres o de elementos geomorfológicos o fisiográficos de mucha significación;
2. Ser ejemplo eminentemente representativo de procesos ecológicos y biológicos en curso en la evolución y el desarrollo de los ecosistemas y las comunidades vegetales y animales terrestres, acuáticos, costeros y marinos;
3. Representar fenómenos naturales o áreas de belleza natural e importancia estética excepcionales;
4. Contener los hábitats naturales más representativos y más importantes para la conservación in situ de la diversidad biológica, comprendidos aquellos en los que sobreviven especies amenazadas que tienen un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia o de la conservación.
En ocasiones, la noción patrimonio natural es empleada como sinónimo de medio ambiente o medio natural (Serrano 2002); en otras como espacios vírgenes de gran belleza y singularidad. Sin embargo, existen autores que opinan que patrimonio natural no está exclusivamente ligado a los grandes espacios naturales monumentales. Existen áreas menores con un alto valor ecológico en las que se aprecia la actividad antrópica; es decir, transformadas por el trabajo humano. Aun así, son valoradas como patrimonio natural por su relevancia biológica o medioambiental a nivel comarcal y local. En este sentido, patrimonio natural son todos aquellos elementos naturales (ríos, relieves, vegetación, fauna…) que dan lugar a los espacios libres, así como el fruto del trabajo del hombre en el medio; es decir, el paisaje humanizado.
Son patrimonio natural aquellos recursos naturales básicos, las especies de flora y fauna silvestres y el paisaje en cualquiera de sus manifestaciones. Efectivamente, también son patrimonio natural zonas más concretas que tienen a escala comarcal o local un alto valor ecológico. Es decir, áreas en las que, aunque se aprecia la actividad antrópica, son valoradas como patrimonio natural por su relevancia biológica o medioambiental a nivel local. En resumen, toda la flora, fauna, territorio y conjuntos de estos tres grupos con un valor ecológico, o paisajes donde se integren perfectamente los elementos naturales y los antrópicos, son considerados patrimonio natural. Dicho patrimonio ha pertenecido y es raíz biológica de nuestro pueblo y, por lo tanto, debe ser conservado y transmitido a las generaciones futuras.
3. Espacio Natural
Un espacio natural puede ser definido como aquella área o lugar ambientalmente singular, debido a la riqueza de su biodiversidad, a la evolución de sus ecosistemas, e incluso a los resultados de interaccionar con el hombre. Son lugares que, tanto los técnicos como los políticos, consideran prioritarios; los unos por la calidad de sus hábitats y por albergar especies únicas, y los otros por la creciente sensibilidad que hacia ellos experimenta la sociedad actual. Los espacios naturales son unos enclaves que presentan uno o más ecosistemas, no necesariamente explotados o transformados por la acción humana, aunque ésta puede estar presente, con especies animales y vegetales de interés científico y educativo, o que presentan paisajes