Memorias de posguerra. Garcia Manuel Emídio. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Garcia Manuel Emídio
Издательство: Bookwire
Серия: Història i Memòria del Franquisme
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788437095325
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      La crítica de arte Teresa del Conde publicó asimismo el libro Nuestra Gente, con imágenes a través de la lente de Walter Reuter realizadas entre 1942 a 1992, una monografía que recoge una antología de su trabajo sobre los indios de México.

      En 1999 con motivo de la Tercera Bienal de Fotoperiodismo le concedieron el premio Espejo de Luz de México.

      Aunque perdió sus archivos de negativos de Alemania (1929-33) y de España (1933-39), se conservan copias de ese periodo y cerca de 120.000 negativos de su trayectoria mexicana (1942-2005).

      Pregunta: ¿Qué fotógrafos conoció en la guerra civil española?

      Respuesta: Entre otros, Gerda Taro, que vivía en mi misma casa. Antes de salir a hacer fotos pasaba a saludarme. Incluso el día que partió, por cierto camino de Brunete, donde fatalmente moriría. Le dije, Gerda, estás loca. Te vas a la sierra, a Brunete. ¿Cómo vas tan elegante? Ella me contestó: Es que los compañeros quieren ver a una mujer. Esa misma noche moriría.

      R.: Hay muchas historias al respecto. La historia de la muerte de Gerda Taro la escuché en el hospital donde la ingresaron. Ella regresaba de Brunete en un coche lleno de heridos. Y se le ocurrió ponerse fuera con el busto hacia fuera en el momento que se cruzaron con un tanque que la aplastó por completo. Así murió. Sin conocimiento. Esto me lo contaron unos periodistas noruegos. Hay una foto con todas ellas.

      P.: ¿Tenía amigos españoles?

      R.: Sí tenía unos amigos en Málaga. El poeta Emilio Prados. El otro era Juan Rejano. Los dos se exiliaron en México.

      P.: ¿Cuándo conoció a Federico García Lorca?

      R.: A Granada fui desde Málaga. Yo tenía una amiga gitana en esa ciudad. Fue quien adivinó que mi mujer estaba embarazada. Me alojé con mi mujer y mi hijo en un hotel donde residía un familiar de Winston Churchill. Por recomendación de Emilio Prados conocí a García Lorca. Pregunté por su familia y llegué a su casa. Allí me dijeron que esperara que esa noche regresaba Federico de Madrid. Ese día comí invitado por su familia. Por entonces Federico trabajaba en Madrid. Esa noche cantamos juntos. Él tocaba el piano. Yo le canté canciones populares alemanas. Hablamos toda la noche.

      P.: ¿Antes de llegar a España en 1934 usted había trabajado como fotógrafo en Berlín?

      R.: De mi trabajo fotográfico en Alemania desde 1930 a 1933 estuve hablando con García Lorca. Creo que fui uno de los fotógrafos más combativos contra los nazis en Berlín. Yo tenía un amigo abogado que también fue muy agresivo contra los seguidores de Hitler. Por entonces los grupos de nazis perseguían a los obreros y a los grupos comunistas y cristianos con mucha violencia. Yo retraté muchos acontecimientos de esa época. Y, en 1932, ya tuve muchos problemas para hacer reportajes en Berlín pues andaban persiguiéndome los nazis. Así pues tuve que emigrar a Checoslovaquia.

      P.: ¿Qué hizo desde entonces?

      R.: Viví entre las zonas mineras de Silesia. Hice reportajes para diversas revistas.

      P.: Usted colaboró asimismo en la revista AIZ.

      R.: Así es. Desde 1930 a 1933 hice algunas colaboraciones para el Arbeiter Illustrierte Zeitung.

      P.: ¿Conoció a John Heartfield?

      R.: Así es. Hice muchas fotos que Heartfield utilizó.

      P.: ¿Cómo se hizo fotógrafo?

      R.: En el año 1920, con apenas 14 años, busqué mi primer trabajo. Era hijo de una familia obrera. Mi padre acababa de salir prisionero de la Primera Guerra Mundial. Eran tiempos difíciles. Me llevó a una imprenta y aprendí el oficio de grabador. En ese tiempo estuve unos meses en Finlandia. Regresé tan bien alimentado que mi madre no me reconoció. En 1924 terminé mi aprendizaje en la imprenta. En navidades me fui a la nieve. En la estación conocí al que organizaría los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Gracias a él aprendí a esquiar. Me pasé un par de meses en la estación de esquí. Al regreso a la imprenta creí que me iban a echar del trabajo. Y me quedé trabajando en la imprenta hasta 1930.

      P.: Usted llegó a hacer un reportaje de una manifestación obrera de 1930.

      R.: Así fue. En 1929 el jefe de policía de Berlín, que era socialdemócrata, prohibió la manifestación obrera del Primero de Mayo. La policía disparó contra la manifestación. Hubo más de 33 heridos y cerca de 100 heridos. Propuse una protesta contra esos hechos en mi trabajo. Hice un manifiesto que firmaron la mitad de los empleados. Por ese hecho me dejaron sin trabajo. Me tuve que ir al campo fuera de Berlín. Y allí se me ocurrió la idea que si me compraba una cámara fotográfica podría ganarme la vida haciendo fotos. Primero saqué fotos de desnudos de mis amigos en el campo.

      P.: ¿Cuál fue la primera cámara fotográfica que tuvo?

      R.: Una Contesa Nettel. Se abría como una tijera. Luego me compré una Agfa más corriente. Y más tarde me construí una amplificadora. Conseguí hacer media docena de fotos al día. Consumía películas 6 x 9 mm.

      P.: ¿Dónde publicaba sus fotos?

      R.: En una revista alemana titulada Belleza y Fuerza (Schönheit und Kraft). Me pagaron 7 marcos por cada foto. Luego me pidieron ese reportaje desde París. Era una revista pornográfica. Desde entonces renuncié a hacer fotos de desnudos. Entonces empecé a hacer reportajes políticos. Recuerdo que hice un reportaje sobre un ministro alemán (Brunink) que quería descentralizar los centros proletarios fuera de la capital. Sacar al proletariado de los centros urbanos. Hice un reportaje sobre la «Miseria en las casas de las afueras de Berlín”. Las llevé a Arbeiter Illustrierte Zeitung. Les gustó mucho mi trabajo. Me pagaron 400 marcos. Con ese dinero me compré una amplificadora. Y a partir de ese momento desde 1930 a 1933 trabajé para la revista AIZ.

      P.: ¿Qué actitud política tenían entonces los reporteros alemanes?

      R.: Por esas fechas había una organización de reporteros gráficos de izquierdas, se llamaba Arbeiter Photographen, aunque no pertenecí a ese grupo, pues siempre trabajé solo.

      P.: Años difíciles en Alemania.

      R.: Por entonces compaginé la fotografía con la música y la canción. Yo era autodidacta. Vengo de una familia de obreros. Éramos tres hermanos. Por entonces viví cerca de la Prusia oriental. Hablo del periodo 1914-17.

      P.: En qué trabajaba su padre.

      R.: Era herrero. Luego se hizo conductor de tranvías. En mi casa había dos libros y nada más.

      P.: ¿Qué vínculos tiene con la música?

      R.: Aprendí música gracias a un amigo burgués que tenía un piano en casa. Su madre era actriz. Con este amigo hacía de extra en obras de teatro. Hacíamos canciones, teatro y danza. Por entonces empezaba el «ballet» moderno en Alemania. Mi relación con la cultura fue a través de la danza, la música y el teatro.

      P.: ¿Cómo se cercó usted al mundo del arte?

      R.: A través de visitas en los museos. Así descubrí a Barlach, Deineka, Kollwitz, etc. Me impresionó mucho un artista que falleció durante la primera guerra mundial. Pintaba animales.

      P.: ¿Llegó usted a conocer a Frantisek Dtrikol?

      R.: No, no recuerdo. A mí entonces no me interesaba la foto. Admiraba a John Heartfield.

      P.: ¿Qué hizo usted al llegar Hitler al poder?

      R.: Salir de Berlín. Me escapé con una amiga alemana secretaria de mi amigo abogado. El 5 de Febrero de 1938 murió. Dicen que se suicidó tras varios años en un campo de concentración.

      P.: ¿Qué hizo usted en España como fotógrafo?

      R.: Trabajé para la revista Ahora que era una