Por ello, hemos estructurado este libro siguiendo esta lógica: para poder ser padres conscientes de lo que está en juego cuando se vive un divorcio, dedicamos la primera parte de esta obra a exponer por qué son tan necesarios los buenos tratos, pues de estos depende que un niño alcance un óptimo desarrollo y se proyecte a futuro como un adulto psicológicamente equilibrado, responsable y capaz de tratar bien a los demás. Por ello, explicaremos en qué consiste una parentalidad bientratante y qué son las competencias parentales. Seguidamente, expondremos por qué puede ser negativa —e incluso nefasta— para las personas menores de edad una separación conyugal conflictiva, violenta o negligente. Podría verse afectado nada más y nada menos que el neurodesarrollo del niño.
En la segunda parte, con este escenario sobre el cual sustentar la intervención, me detendré en cómo hacer que el divorcio de los padres sea doloroso pero no traumático. Proporcionaré una guía —desde el paradigma de los buenos tratos— sobre qué podemos hacer como padres antes, durante y después de la separación para que los niños y jóvenes puedan atravesar esta adversidad, apoyándose en los adultos y desarrollando recursos que les permitan afrontarla. Expondré también qué ocurre cuando hay rupturas pretraumáticas (ya generan trauma en sí como sucesos) y postraumáticas, y qué podemos hacer para ayudar a los niños en esas situaciones tan duras. Finalmente, ofreceré el testimonio de una persona que se divorció y trabajó para conseguir, junto con su expareja, un divorcio con buenos tratos. Pienso que las experiencias de las personas le dan todo el sentido y credibilidad a lo que decimos los profesionales; sin ellas, este trabajo quedaría cojo e incompleto.
Toda separación o divorcio de los padres es un conflicto. Conflicto que se debe manejar y abordar, porque no es tanto el conflicto en sí, como que este pueda resolverse, negociarse y gestionarse dentro de un clima de buenos tratos para todos. A lo largo del libro utilizo la palabra «conflicto» para referirme con ello a los divorcios más negativos y tóxicos. La palabra «conflicto» significa desacuerdo u oposición, pero también tiene la acepción de guerra o combate derivados de una oposición o rivalidad prolongadas. En el libro utilizamos ambos significados; dependiendo del contexto semántico, estaremos refiriéndonos al «combate entre los padres» en el cual el niño sale perjudicado o al «desacuerdo u oposición» que existe entre ambos al divorciarse.
Los padres competentes cometen errores en su crianza, pueden incluso reproducir los modelos transmitidos por la generación anterior, y necesitan aprender habilidades y recursos y reorganizarse tras la ruptura de pareja. Pero antes, durante y tras esta pueden reflexionar (e incluso cambiar los modelos inadecuados de la generación anterior), expresar las emociones, comunicarse, resolver los problemas y compartir una parentalidad responsable y bientratante mediante acuerdos en los que prime el interés superior del menor. Porque son padres que tienen capacidad parental suficiente7 y, por tanto, pueden manejar el divorcio poniéndose en la piel de sus hijos, manteniendo el vínculo con ellos de una manera sensible y dándoles seguridad, sabiendo el dolor y el estrés que les genera un suceso de este tipo. No queremos padres perfectos —no existen—, sino padres conscientes y dispuestos a reflexionar. Padres que cometan errores, pero que también den lecciones importantes de reparación a sus hijos en estas situaciones8.
Por ello, bienvenidos padre y/o madre a este libro, si lo tiene en sus manos y está hojeando estas líneas. Si busca literatura de este tipo, es que ya conecta emocionalmente con usted mismo, con lo que siente y con lo que pueden sentir sus hijos, cuando piensa en separarse o si ya se ha separado. Si es profesional de las ciencias sociales, educativas o de la salud, creo que este también puede ser su libro, y en él puede encontrar un enfoque comprensivo y útil del sufrimiento infantil causado por los divorcios o separaciones de los padres, sobre todo cuando entran en un perpetuo conflicto.
Espero que se convierta en una herramienta válida y en un faro seguro que guíe su caminar como padre o madre y/o profesional.
La Granja de San Ildefonso, a 6 de diciembre de 2019
1 La Convención sobre los Derechos del Niño son 54 artículos que recogen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños. Su aplicación es obligación de los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsabilidades de otros agentes como los padres, profesores, profesionales de la salud, investigadores y los propios niños y niñas. (Fuente: www.unicef.es).
2 Wallerstein, J. y Blakeslee, S. (2018). Second Chances: men, women and children, a decade after divorce. Orion Hardbacks.
3 Barudy, J. y Dantagnan, M. (2010). Los desafíos invisibles de ser madre o padre. Manual de evaluación de las competencias y la resiliencia parental. Barcelona: Gedisa. Nota del autor: sobre qué son las competencias parentales y su trascendencia en el desarrollo de los niños hablamos en el epígrafe siguiente.
4 Barudy, J. y Dantagnan, M. (2010). Los desafíos invisibles de ser madre o padre. Manual de evaluación de las competencias y de la resiliencia parental. Barcelona: Gedisa.
5 Bowlby, J. (1989). Una base segura: aplicaciones clínicas de la teoría del apego. Barcelona: Paidos Ibérica.
6 R. Benito (comunicación personal, 30 de noviembre de 2019).
7 Nota del autor: padres capaces son, como veremos, aquellos con unos niveles medios de empatía y una historia de apego seguro o ganada a la seguridad. Son padres y madres que pueden reflexionar y ser conscientes de la trascendencia que tiene el rol parental en la crianza, desarrollo y bienestar de los niños.
8 Siegel, D. (2014). Tormenta cerebral. El poder y el propósito del cerebro adolescente. Barcelona: Alba Editorial.
PRIMERA PARTE
LOS FUNDAMENTOS DE LA PARENTALIDAD BIENTRATANTE COMO AMORTIGUADORES DEL IMPACTO QUE LA SEPARACIÓN DE LOS PADRES TIENE EN LOS HIJOS (O DE CÓMO MANTENER LOS BUENOS TRATOS EN LOS PROCESOS DE SEPARACIÓN O DIVORCIO)1
1 Nota del autor: algunas personas me han dicho que esto es casi una utopía. Yo, no obstante, creo en ello y pienso que es posible si los adultos conectan emocionalmente con los efectos que las separaciones o divorcios maltratantes tienen sobre los niños, y si son conscientes de que los buenos