La paradójica dimensión 89. Daniel V.. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Daniel V.
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788418411885
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sobre él.

      Solo en esas ocasiones he podido escribir sobre la dimensión 89.

      9 de octubre

      Mis escritos dicen que algunas de las realidades que construye son solo locura y caos; otras, en cambio, se rigen por una razón casi inhumana, un régimen de estructuras rígidas y sofocantes. Hay realidades salpicadas de la fortuna esperanzadora, y otras sembradas en melancolías y desgracias. Desde mi actual realidad, todo me parece curioso o más bien imposible. En esta realidad permanezco en mi celda por voluntad propia, el mundo es un peligro para mi ser, preferible es estar aquí, en meditación y razonando sobre aquello que se ha hecho. Nadie me ha traído, he venido a mi encierro por voluntad propia, caminando libre al encierro.

      Mi vecino de encarcelamiento parecía sacar algunas cuentas, algo sobre las posibilidades y probabilidades, de que estuvo cerca de perderlo todo, pero que, aun así, no puede dejar de apostar, que su existencia se justifica en ello.

      Según lo que dice mi pared, en varias ocasiones ha tratado de dejar de jugar, cuando crea una realidad muy favorable y estable, cuando siente que es suficiente o que está apostando mucho en verdad… cuando en verdad ha sido suficiente. Sin embargo, todas las veces vuelve a caer, vuelve a venir a este mismo lugar a iniciar nuevamente su ritual. Muchas veces me ha pedido perdón por no poder detenerse; esas veces, al parecer, sentía que era una realidad ideal. En verdad, no logro entender la profundidad de esto, entiendo el concepto de muchas dimensiones, pero en este caso son distintas realidades que se superponen para una misma dimensión; es decir, para esta dimensión solo existe una realidad… Seguramente, la nueva realidad destruye la anterior; seguramente, ya he sido destruido varias veces… o puede que no.

      Esta vez solo cruzamos un par de frases, y luego comenzaron los gritos, los golpes y el crujido… la iluminación y su escape a la dimensión 89.

      28 de octubre

      No tengo noción de cuál es el primer o último de mis escritos, solo tengo algunas fechas tontas que me dicen el día en que comencé a poner las letras… pero son tantas fechas que lo único que hacen es confundirme aún más.

      No sé para quién escribo este testimonio, quizás lo hago para anticiparme a la situación, para tratar de hacer algo, para de alguna forma evitar que se detenga el tiempo y se reinicie. Algunas veces pienso en que debería matarlo y así poner fin a esto de una buena vez. La tentación de convertirme en el asesino de un Dios, acabar con este ludópata caprichoso que juega con el tiempo y el espacio, es algo en lo que estoy pensando constantemente. Soy el único que sabe lo que realmente está sucediendo, soy el único consiente en este mundo de insensatos e inocentes. El destino del mundo está en mis manos, en estas torpes y adoloridas manos, que lo único bueno que han hecho ha sido dejar este testimonio en la piedra.

      Esta es mi locura, lo que carcome mi mente. Debo encontrar la forma de detener este ciclo sin fin, ya casi todas las paredes están cubiertas de letras, se aglomeran entre las grietas y me gritan que tome una decisión, que sea el libertador de todos y ponga fin al juego.

      No sé qué sucederá después, pero ahora solo esperaré a que llegue. Debo detenerlo antes de que viaje a la dimensión 89.

      5 de octubre

      Me ha contado que en ese lugar él se enfrenta a otro ser, otro iluminado, pero de una realidad distinta; que juega una partida cósmica en la que enfrentan fragmentos de los distintos mundos y puede hacer que se anulen o se fortalezcan; que cada cosa en esta realidad es una parte de este tejido cósmico hecho a base de trozos de razón, locura, fortuna y desgracia.

      Me ha contado que con cada pasada ha construido diferentes planos de existencia, y que cada vez ha ganado. No sabe que es lo que pasará si llegara a perder, pero que esa sensación de omnipotencia, de poder crear la realidad a su gusto, lo ha embriagado y hecho adicto, que no puede dejar de jugar.

      Me ha contado que en cada intento procura siempre que su realidad tenga el fragmento llamado «el repetir», porque su realidad siempre se repite y lo lleva a tener una nueva oportunidad para volver a ese lugar; una y otra vez, siempre anhelando volver a la dimensión 89.

      7 de octubre

      Todos los fragmentos de realidad tienen un nombre y una imagen, quizás hasta un número. Creo que representan algo, algo así como un tarot, pero en lugar de que el juego adivine lo que va a pasar, pasa lo que dice la carta. Es decir, la realidad se moldea de acuerdo con lo que dicen las cartas que él ha jugado. Si, por ejemplo, la carta se llama la destrucción y en ella aparece una imagen en la que se destruyen cosas, seguramente la realidad estará definida por una gran calamidad, quizás una guerra, quizás una gran catástrofe…

      No es mucho lo que logro comprender de esto, pero me lo imagino como una gran mesa cósmica de juegos, con un paño verde de terciopelo, donde dos seres cósmicos se tiran su propia suerte, y esta transfigura todo lo que somos, y que el primero en crear una realidad plausible puede dejar aquel lugar y el otro se queda eternamente soñando, un prisionero del olvido, un perdedor en la dimensión 89.

      18 de octubre

      Creo que no tendré otra oportunidad tan clara o, si la he tenido, seguramente la he desperdiciado patéticamente. Creo que este es el momento para lograr acabar con él, mi mente por fin podrá descansar. Intentaré tomarlo por sorpresa, seré un héroe anónimo, espero darle un seco y limpio golpe, y de una vez por todas romper este irreal ciclo de días. Una y otra vez, ya comprendo todo, para esto es que escribo este diario, por esto la locura me ha consumido, es para salvar al mundo o terminar de condenarme.

      Según lo que he leído, de mi puño y letra, en varias realidades he decidido tomar mi propia vida, pero siempre he vuelto, porque esa no era la salida. Ahora lo veo con toda la claridad de quien ha vivido miles de veces el mismo momento; esto nunca se trató de él, sino de un magnicidio que por el bien de todos debe realizarse.

      Está llegando, es mejor que me prepare. Espero que mis capacidades sean las suficientes, espero que dentro de sus poderes no esté leyendo mi mente. Como sea, puede que él mismo quiera que lo haga, la única cura para su enfermedad, para no volver a la dimensión 89.

      1 de noviembre

      El muy arrogante me lo dijo, que esta era su voluntad, que deseaba irse sin perder… y que alguien supiera que él había sido campeón invicto.

      Creo que su alma estaba tan cansada como la mía, recibió el golpe como quien recibe un regalo esperado, ni siquiera dejo de sonreír… Todo este tiempo, y nunca pregunté su nombre, no sé a quién he matado, y cada minuto que pasa más dudas tengo de por qué lo he hecho.

      Las paredes comienzan a borrarse, hace unos días me sentía un héroe, de a poco comienzo a olvidar por qué he hecho aquello…

      Debo apresurarme antes de olvidarlo todo, sé que es en la celda contigua, sé algo de un ritual, puedo recordarlo… aquel jugador, aquella dimensión.

      Creo que lo merezco. El mundo me lo debe. Si lo he salvado, también puedo ponerlo en juego. Creo que es mi obligación, debo entrar a la dimensión 89.

      Menes, el gato en la caja

      Entonces Dios vio a aquel gato blanco parado de forma estoica sobre un cúmulo de nubes y le preguntó al santo más sabio de su consejo sobre cómo era posible que aquel gato hubiera llegado hasta allí.

      Con más asombro que sabiduría, el sabio contempló a la insolente criatura, que comenzaba a lamer sus patas mientras los ignoraba conscientemente y, con una reverencia, le dijo al Todopoderoso:

      ¡Oh, soberano entre los soberanos! Sea tu gloria sobre todas las cosas y que tu reino se extienda por todo el firmamento. Ruego que tu ira no me alcance y seas piadoso con tu servidor al escuchar lo que te tengo que decir. Singular es encontrar aquella bestia terrenal en estos lares, pero según he escuchado, poco asombro nos debería causar, ya que aquella criatura fue nombrada en un antiguo relato que un alma pasajera me llegó a transmitir y, sin duda, este gato de blanco y corto pelaje, de porte digno e indignante expresión, se trata del mismo gato nombrado por aquella noble alma, quien así me dijo:

      Sin