De la sociedad de las naciones a la globalización: Visiones desde América y Europa. Mercedes Samaniego. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mercedes Samaniego
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789566068198
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cada país, fuera cual fuese su ubicación territorial y fuera cual fuese su situación político-ideológica, social, económico-financiera o cultural. En general, la historia escrita de la época se inclina por narrar los motivos de tensión que los acuerdos surgidos al finalizar la Gran Guerra alimentaron entre los vencidos. Pero no faltaron en los años veinte motivos de euforia como lógica réplica a los desastres bélicos. Las diferentes visiones generadas, en nuestro caso desde América y Europa, facilitan el repaso de las consecuencias de aquella postguerra, sin pretender agotar todos los factores que dan cuenta de un momento histórico de tanto calado.

      No cabe duda de que la etapa denominada de Entreguerras arrastra fenómenos históricos que dan tono a la época y que incluso tomados aisladamente explican tanto lo ocurrido en las circunstancias en que se producen como en el transcurrir del tiempo próximo y más lejano. La consolidación de la democracia en países fortalecidos por el triunfo bélico e incluso entre los vencidos, es una de las notas dominantes del periodo, lo cual no impidió que las consecuencias de la crisis de los primeros años veinte fomentaran la aparición de los regímenes totalitarios que se agregaron al triunfo revolucionario comunista de la URSS.

      Sabemos que no es posible contemplar los años que transcurrieron entre 1919 y 1939 como una etapa histórica plana, dadas las mutaciones sufridas a partir de los llamados felices años veinte y el comienzo de la II Guerra Mundial. Y es que no solo deberíamos detenernos en las situaciones históricas indicadas propias de cada país, sino en las tendencias globales que subyacían e iban matizando el devenir del futuro. Sin duda, aquellas dos décadas marcaron no solo la etapa subsiguiente a la Gran Guerra, sino que fueron el origen de un mundo nuevo nacido tras la II Guerra Mundial, cuyos efectos son bien conocidos, quizá por la cercanía en el tiempo y por la fuerza de la llamada Guerra fría, del colapso del comunismo y sus consecuencias en el umbral del siglo XXI.

      En este breve apunte inicial de una obra editada por el Profesor Dr. Andrés Medina Aravena, me siento cordialmente obligada a agradecer el interés y buen hacer que ha prodigado desde el primer Congreso de la serie de los celebrados tanto en Chile como en España, donde siempre ha estado presente y donde ha ofrecido sus conocimientos plenos de interpretaciones cargadas de intencionalidad profunda para una mejor comprensión del mundo contemporáneo. Celebro que el punto final de estos Encuentros se haya puesto en la Universidad Católica de la Santísima Concepción, donde sus autoridades académicas y su profesorado han contribuido a la realización de estas reuniones en medio de un clima de entera satisfacción científica y de relación humana que deben subrayarse para conocimiento de propios y extraños.

      No es menor la consideración debida a la labor realizada por los Profesores Dr. Guillermo Pérez Sánchez y Dr. Ricardo Martín de la Guardia de la Universidad de Valladolid en orden a la organización de los Congresos celebrados en España y a la edición del libro referido a El Colapso del Comunismo. Su rigor académico e incansable entrega a la tarea de investigar, merecen el elogio de la comunidad universitaria en momentos en que se precisa una seria formación histórica por parte del alumnado.

      Numerosos han sido los ponentes procedentes de varias Universidades, tanto españolas como americanas y últimamente de Estonia, que han participado en los cinco Congresos realizados. Vaya para ellos mi agradecimiento, con especial intensidad para el Profesor Dr. Juan Gay Armenteros de la Universidad de Granada, compañero de tantos Seminarios y reuniones europeas. Su participación en nuestros Encuentros merece específicamente mi reconocimiento.

      Deseamos que las publicaciones en donde hemos ido recogiendo el contenido de las ponencias presentadas en los cuatro Congresos precedentes y en esta última obra donde se editan los trabajos realizados en agosto de 2018, no cayeran en el olvido de los estudiantes que tanto en Chile como en España han seguido estas enseñanzas, a los que agradecemos su presencia, sin la cual hubiera sido poco gratificante el esfuerzo de tantos docentes que han honrado estas páginas.

      En el capítulo de agradecimientos no puede faltar una sincera mención a la acogida que siempre hemos tenido por parte de las autoridades universitarias facilitando las reuniones de trabajo, las aulas para las actividades relacionadas con la presentación de audiovisuales y, sin duda, el acompañamiento dispensado en ratos de relación amistosa entre colegas empeñados en unas mismas metas.

      Solo la interpretación del Himno académico traduciría adecuadamente los sentimientos que nos unen en la gratificante vocación intelectual en la que estamos comprometidos y que nos gustaría transmitir a los estudiantes que en nuestros días y en el porvenir se embarquen en esta singladura de la Historia, especialmente la del mundo contemporáneo, interpretado en ocasiones mediante formulaciones ideologizadas, sin contrastar con las auténticas fuentes que dan cuenta de los hechos que deben ser adecuadamente analizados por los maestros del saber histórico, únicos valedores de nuestro pasado.

       PARTE PRIMERA

      Visiones desde América

      CAPÍTULO I

      UNA APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LA PARTICIPACIÓN CHILENA EN LA SOCIEDAD DE NACIONES: EL CASO DEL SEGUNDO CONFLICTO ÍTALO-ETÍOPE (1935-1936)

       Frank Avilés Morgado*

      INTRODUCCIÓN

      La Sociedad de Naciones (SDN, 1919-1946) -también conocida como Liga de las Naciones- vio la luz tras el fin de los luctuosos sucesos asociados a la Primera Guerra Mundial, constituyendo el principal referente para las relaciones internacionales en el periodo entreguerras. De acuerdo a lo planteado por Mark Mazower, el citado organismo representó un puente entre el mundo imperial del siglo XIX y el auge del Estadonación del siglo XX1, teniendo la misión de –gracias a los espacios de multilateridad propiciados por este- superar los secretismos tan propios de la época decimonónica y, de paso, favorecer la participación de otros actores de la escena internacional.

      A modo general, es posible afirmar que la SDN, junto con buscar la estabilidad del orden internacional recientemente creado, y sentar las bases de la futura paz mundial que idealmente debía imperar en el mundo en lo sucesivo, también se erigió con la finalidad de propiciar la denominada “seguridad colectiva”2 de la comunidad internacional; un concepto novedoso para la época cuya premisa esencial, de acuerdo a Kissinger, era que “todas las naciones considerarían de igual modo cada amenaza a la seguridad y estarían dispuestas a correr los mismos riesgos al oponérsele”3.

      Compuesto por tres órganos principales –la Asamblea General, el Consejo (cinco miembros permanentes y cuatro no permanentes) y la Secretaría General- el aludido organismo ginebrino tuvo su época de oro fundamentalmente en el último lustro de la década del veinte, pudiendo solucionar algunas controversias menores, como por ejemplo la existente entre Finlandia y Suecia por las islas Aland4. Para la década del treinta, en tanto, tuvo que hacer frente a una multiplicidad de conflictos que demandaron su pronunciamiento, tales como la guerra de Manchuria, que enfrentó a China con Japón (1931); la guerra del Chaco (1933); el problema ítalo-abisinio (1935) y la Guerra Civil en España (1936)5.

      Al respecto, cabe decir que tanto el conflicto manchuriano como los que tuvieron lugar en Etiopía y en España tienen un denominador común: el ser tristemente célebres por la ineficiencia de la SDN a la hora de solucionarlos. En ese contexto, y en el entendido que Chile fue uno de los miembros fundadores del Covenant, y designado posteriormente como integrante rotativo del Consejo del organismo, cabe preguntarse ¿cuál fue su posición en torno a dichos conflictos dentro de la SDN? Siendo más específico, ¿cuál fue la postura de Santiago, particularmente frente al segundo conflicto ítalo-etíope?

      La importancia del tema en cuestión radica en el hecho de que la inoperancia de la SDN creó las condiciones ideales para el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, en el entendido que el principal mecanismo para evitar un conflicto de carácter global –la seguridad colectiva- fracasó rotundamente a lo largo de la década del treinta, empezando con el caso de Manchuria, continuando con el ítalo-etíope y culminando con la Guerra de