Tuve el privilegio de realizar un trabajo a dúo con Juan Mario en la década de los 90, lo que me permitió –además de un valiosísimo aprendizaje– ver el fino trabajo que incorpora en cada proyecto abordado. En nombre de la comunidad de la guitarra en Colombia, le quiero expresar mi gratitud por poner en nuestras manos una completa propuesta para el estudio de las escalas, teniendo en cuenta la variedad de opiniones que despierta este tema.
En este libro encontramos una maravillosa oportunidad para realizar un trabajo serio y muy fundamentado con la técnica interpretativa de las escalas como herramienta para llegar a tocar de la mejor manera el repertorio de nuestro instrumento.
Daniel Saboya
Tunja
Junio de 2016
Considerando las transformaciones técnicas y estéticas sucedidas en la música hasta el día de hoy, el estudio de las escalas es aún un tema fundamental en la formación y desarrollo del músico. Este campo de estudio traspasa aspectos tan diversos como la teoría musical, la composición y particularmente, el de la interpretación instrumental.
Sin embargo, en el ámbito de la guitarra clásica se presentan opiniones divididas acerca del valor formativo de las escalas. Sus defensores las consideran el fundamento de la técnica y de la interpretación; en este sentido, Andrés Segovia (1953) expresaba que “la práctica de las escalas le permite a uno resolver un gran número de problemas técnicos en un tiempo más corto que el estudio de cualquier otro ejercicio” (s.p., traducción propia).
Por otro lado, sus críticos las consideran ejercicios tediosos e innecesarios, un esfuerzo perdido que poco o nada tiene que ver con la experiencia musical. Esta última postura, bastante generalizada en nuestro medio, ha producido un abandono del tema, particularmente dentro de los programas de guitarra clásica. Por ello, se ha generado desinformación, vacíos técnicos y un sentimiento de frustración en muchos guitarristas al momento de abordar obras sin las capacidades apropiadas.
Irónicamente, si para los estudiantes de instrumentos sinfónicos, las exigencias técnicas de su repertorio estimulan el estudio continuo de este tema, los guitarristas sienten poco interés en su práctica, pues desconocen su importancia dentro del repertorio histórico y los beneficios que aportan a su formación. Por ejemplo, la poca relación entre las escalas diatónicas tradicionales con las escalas del repertorio guitarrístico, así como las formas de aprendizaje tan poco estimulantes como la simple repetición, han influido de manera significativa en este abandono.
Este libro propone un proceso formativo estructurado a partir de los fundamentos técnicos e interpretativos aplicados al ámbito de la literatura instrumental. De esta forma, el Estudio integral propone estrategias variadas y efectivas en aspectos tales como el desarrollo de la técnica pura, el estudio de las escalas tradicionales y las escalas del repertorio, y la interpretación de las obras de escala. Estas actividades graduales aportarán un mayor dominio en la interpretación del instrumento.
Se presenta así a nuestra comunidad de guitarristas y educadores un texto que, llevado de manera constructiva, despertará interés por su estudio y fortalecerá las competencias necesarias para un desempeño más satisfactorio del guitarrista clásico en nuestro medio.
Aproximación y retrospectiva histórica
La escala, entendida como una sucesión ascendente y descendente de alturas, normalmente continuas, está siempre organizada a partir de un sonido fundamental que aparece al principio y al final de la misma. De este modo, es un material habitual de la música que se manifiesta en una infinidad de diseños, y a la vez, presenta diferentes usos y enfoques.
Sin duda alguna, la práctica musical ha generado una multitud de escalas construidas sobre diferentes diapasones, temperamentos, sistemas de división de la octava y variables microtonales en los que las escalas pentatónicas, las mayores y menores del sistema tonal, los modos de la música antigua, la escala cromática, la escala por tonos y la multitud de escalas étnicas constituyen apenas una mínima parte de este universo.
Sin abordar un aspecto tan importante como el estudio teórico de estas tipologías, este libro se ocupa en la práctica interpretativa de la escala desde tres enfoques, la escala como:
•Abstracción sonora
•Recurso simbólico o descriptivo
•Material didáctico en el estudio de la interpretación
El uso de la escala como recurso de la composición y la práctica instrumental ha sido permanente a través de historia de la música; esto ha generado una textura característica en la cual predomina el grado conjunto, como es natural. Con frecuencia, la aparición de un pasaje “escalístico” genera melodías ágiles de carácter lúdico que favorecen la fluidez del desarrollo del discurso sonoro y su percepción. Lo anterior se logra gracias a modelos tan simples como la línea descendente o ascendente y a procedimientos de desarrollo melódico como la secuencia.
De cierta manera, la eficacia en la percepción de la escala radica en su estrecha relación con las características anatómicas y neurológicas del sistema auditivo, el cual está organizado de forma tonotópica;
“[e]l término tonotópico [se refiere a] la representación espacial de las frecuencias [dentro del oído, y a la manera como] ciertas células responden […] a determinadas [alturas]” (Cancino, 1999, p.33). La literatura científica explica que a la altura del oído interno, dentro de la cóclea o caracol, se encuentra el órgano de Corti “que contiene una serie de células sensibles a estímulos electromecánicos, [denominadas] células ciliadas”. (Guyton, y Hall 2006, p. 256)1
Volviendo al contexto estético, las cualidades mencionadas del oído, que son exploradas y recreadas por la escala, sitúan este fenómeno en el campo de la abstracción sonora, con un valor y significado que se explica por sí mismo. Igualmente, dichas cualidades establecen la función integradora y reiterada del grado conjunto dentro de la melodía, lo que, por contraste, obliga al uso del salto, un recurso ideal para evitar la monotonía de su diseño.
Por otro lado, y desde una perspectiva cultural, la escala es un elemento simbólico relacionado con el pensamiento filosófico, espiritual y estético de cada época. Igualmente, ha sido un recurso efectivo de la música descriptiva que recurre a la analogía entre la realidad y el sonido. A modo de ejemplo, la retórica musical desarrollada desde la Edad Media hasta finales del Barroco creó una serie de códigos o figuras para representar ideas extramusicales, dentro de los cuales la escala jugó un papel destacado. De esta manera, la elección del modo, la tonalidad, el rango, los puntos de clímax, las cadencias y el tratamiento general de una escala tenían un propósito retórico dentro del discurso musical. Este es el caso de las figuras musicales conocidas como hipotiposis, que consisten en un tipo de descripción realista de objetos o accidentes naturales tales como ascenso (anabasis), descenso (catabasis), escape (fuga) y el movimiento circular (circulatio). Por extensión, se llega a otras imágenes como la aproximación o distanciamiento de un objeto, el clímax