Pensamientos y reflexiones. Dostoiesvki. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Dostoiesvki
Издательство: Bookwire
Серия: Doce uvas
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9788432159787
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narrador omnisciente. A veces recorre un camino intermedio, como en Los endemoniados, donde muchas cosas las sabe el narrador espía desde la habitación de al lado.

      Cualquier personaje es importante, aunque se le dedique solo unas pocas páginas. No hay secundarios. Hay poca atención al paisaje, pero mucha al interior de las viviendas y a la apariencia externa de las personas, especialmente a los rasgos de la cara.

      Se ha señalado con frecuenta el talento dramático de Dostoievski, muy apropiado para las novelas por entregas; por eso muchos capítulos terminan con un eficaz golpe de efecto, que hace esperar con cierta ansiedad la continuación.

      EL PENSAMIENTO

      Nicolai Berdiáiev (1874-1948), muy en la línea de Dostoievski, escribió que la existencia del mal es una prueba de la existencia de Dios. Si el mundo consistiera total y únicamente en la bondad y la justicia, no habría necesidad de Dios, porque el mundo mismo sería Dios.

      El contraste entre el bien y el mal es esencial en el pensamiento de Dostoievski. Adherido en su juventud a propuestas llamadas liberales —en realidad, una combinación de nihilismo y socialismo—, desde su conversión al cristianismo el centro de su pensamiento son la necesidad de Dios y la fe en la inmortalidad del alma. Toda propuesta social que prescinda de esto está llamada a engendrar males. Incluso si se reviste de ideas filantrópicas. Para Dostoievski, el socialismo humanitario es fatalmente un preludio del ateísmo. Schátov, uno de los conspiradores de Los endemoniados, asegura que si en Rusia hubiera alguna vez revolución empezaría de manera irremisible por el ateísmo.

      El cristianismo de Dostoievski está teñido de eslavofilia, pero no como un nacionalismo cerrado, sino como solución para Europa. Versilov, el padre de El adolescente, defiende la salvación de Europa por Rusia, «porque solo, en tanto que ruso, era yo entonces en Europa el único europeo». Piensa que Rusia ha de padecer por el mundo, la salvación vendrá del Este... En esto no fue del todo clarividente, si se tiene en cuenta la historia de su país en el siglo XX y hasta hoy. De todos modos, no vio a Rusia como algo eterno, sino como un pueblo que podía tener una misión salvadora más allá de sus propias fronteras.

      La abundancia de textos que recoge esta antología acerca de la existencia de Dios y de la fe en la inmortalidad es reflejo de la insistencia de Dostoievski en ambos temas, más aún en sus últimas —y también más logradas— obras. Su perspectiva, muy detallada y minuciosa en el análisis de lo humano, es a la vez siempre trascendente.

      Como es usual en las novelas, no todos los personajes gozan de la simpatía del narrador ni hablan por su boca. Pero puede decirse que Dostoievski se siente muy cercano a los personajes que destacan por su inocencia: una inocencia trágica, dulce y confusa, en el príncipe Miskin; y una inocencia lúcida y activa, en Alekséi Karamázov.

      La versión que se ofrece de estos textos es resultado de una comparación de traducciones en castellano, francés e italiano.

      [1] De las nueve obras citadas se han extraído los textos que componen esta antología.

      CRONOLOGÍA

1821Dostoievski nace en Moscú, el 11 de noviembre. Es hijo de un médico del hospital para pobres Marinski. Es el segundo de siete hermanos.
1832La familia se traslada a la región de Tula, en la Rusia suroccidental, donde el padre había adquirido unas tierras.
1837Muere la madre de tuberculosis, enfermedad recurrente en las novelas de Dosto­ievski. Prosigue los estudios en la Escuela de Ingenieros Militares de San Petesburgo.
1839Muere el padre, siendo un despótico propietario rural, asesinado al parecer por sus siervos, en una época en la que aún existía esa esclavitud.
1841Es ascendido a alférez.
1843Termina los estudios de ingeniería militar como subteniente.
1845Abandona la profesión de ingeniero para dedicarse a la literatura.
1846Publica Pobres gentes, con buena crítica. Recibe el elogio de Visarion Belinski (1811-1848), en aquella época el escritor más influyente de Rusia.
1847-1848Se endeuda, por el escaso éxito de las siguientes narraciones y la falta de dinero; a eso se suma la frecuencia de los ataques de epilepsia. Es una época de agitación en toda Europa. Participa en reuniones de un grupo de nihilistas que se oponen, más de palabra que con hechos, al entero sistema.
1849Es arrestado y encarcelado el 23 de abril por formar parte del grupo intelectual Círculo Petrashevski, acusado de conspirar contra el zar Nicolás I. El 16 de noviembre, con otros miembros de ese grupo, es condenado a muerte y trasladado a la fortaleza de San Pedro y San Pablo para ser ejecutado. El 22 de diciembre, los prisioneros fueron conducidos al patio para la ejecución pero, cuando faltaban pocos minutos, la pena fue conmutada por cinco años de trabajos forzados.
1850-1854Condena en Omsk, Siberia.
1854-1859Queda liberado, se reincorpora al ejército como soldado raso y sirve en Kazajistán.
1857Contrae matrimonio con la viuda Maria Dimitrievna Isáyeva. El zar concede una amnistía, que le permite recuperar el título nobiliario y volver a publicar libros.
1859Se licencia del ejército y se le permite residir en San Petersburgo. Funda con su hermano Mijail la revista Vremya (Tiempo).
1861Publica en esa revista Humillados y ofendidos. Ese mismo año el zar Alejandro II ordena la emancipación de los siervos, acabando así con una de las lacras más humillantes de la sociedad rusa.
1861-1863Publica Memorias de la Casa de los Muertos, con su experiencia de preso en Siberia. Viaja por Europa visitando Berlín, París, Londres, Ginebra, Turín, Florencia y Viena. Pierde mucho dinero en la ruleta, y regresa a Rusia en la ruina más completa.
1864Muere su mujer. Poco después muere también su hermano Mijail, y se hace cargo de la manutención de la viuda y de sus cuatro hijos, endeudándose de modo considerable. Viaja al extranjero con la esperanza de ganar dinero en la ruleta, pero una vez más pierde todo.
1867Publica Crimen y castigo, con gran éxito. Pero las continuas deudas le obligan a firmar un contrato leonino con un editor, que le hace trabajar sin descanso. Se casa con Anna Grigorievna Snitkina, la taquígrafa que le había ayudado a escribir El jugador en un tiempo récord. Viaja con ella a Europa, y en Baden-Baden juega de nuevo a la ruleta y vuelve a perder. El matrimonio reside en Ginebra, donde prepara El idiota; a juicio del autor, su mejor novela.
1868Le nace una hija, que muere pocos meses después. Viajan por Italia y Alemania.
1869Nace en Dresde su segunda hija, Liubov. Publica El idiota.
1871Nace su hijo Fiodor.
1872El matrimonio se traslada a Stáraya Rusa. Se publica Los endemoniados, otra de sus grandes obras.
1873Edita la versión completa de Los endemoniados, publicada por una modesta editorial que había fundado junto a su mujer. La novela tuvo un éxito rotundo. En la misma editorial reeditó varias de sus obras anteriores y comenzó a publicar la revista Diario de un escritor. Se encarga de la redacción del semanario El ciudadano.
1874Abandona la redacción de El ciudadano, y trabaja en la novela El adolescente.
1875Nace su hijo Alekséi. Vuelven a San Petersburgo, y viven del dinero que obtienen por El adolescente.
1877Publica la colección completa de Diario de un escritor, de nuevo con gran éxito.
1878Muere el pequeño Alekséi, uno de los golpes más duros en la vida de Dostoievski.
1879Empieza a publicarse Los hermanos Karámazov, que levanta una enorme expectación.
1881El 9 de febrero, con cincuenta y nueve años, muere en su casa de San Petersburgo, como consecuencia de una hemorragia pulmonar, asociada a un enfisema y a un ataque epiléptico. El 13 de marzo es asesinado el zar Alejandro III, a los sesenta y dos años.

      MEMORIAS DE LA CASA DE LOS MUERTOS (1861)

      LA MUERTE DE MIJAÍLOV

      Yo no conocía mucho a Mijaílov. Tenía, como mucho, veinticuatro años. Era alto, delgado y de rostro muy bello. (...) Era extrañamente taciturno, pero dulce y triste. Era como si en el penal se hubiera disecado; así lo comentaban los presos, que tenían un gran recuerdo de Mijaílov. El sol enviaba sus oblicuos y vivos