Y va a caer... como decíamos ayer. Tomo 1: Informes mensuales de coyuntura política 1980-1984. Rodrigo Baño Ahumada. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Rodrigo Baño Ahumada
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789560013354
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excesivas en la comercialización de los «autos populares», a la vez que aumentan los hechos de violencia. Como resultado inmediato resurgen niveles de terror que ya parecían superados y la sensación de estabilidad decrece.

       LOS MISMOS DUROS, LOS MISMOS BLANDOS

      A pesar de las profusas acusaciones por parte del gobierno, y a pesar de que ellas fueran –al menos en parte– ciertas, respecto a la existencia de un terrorismo de izquierda, resulta que, en todo caso, el enfrentamiento más visible en el último tiempo se produce entre grupos en el poder.

      Baste para ello considerar que, tanto voceros oficiales (Baeza, Mena) como medios de comunicación adictos al régimen (El Mercurio y toda su cadena informativa) insisten en sembrar dudas respecto a quiénes serían los autores de la muerte del coronel Roger Vergara, lo que tiene enorme importancia, independiente de quién haya sido autor.

      Como se señala en el informe anterior, la lucha entre «duros» y «blandos» tiende a cobrar mayor virulencia, particularmente en el mes que recién termina, cuando esas diferencias parecen traspasar el ámbito estrictamente civil, para comenzar a presentarse en el terreno militar mismo.

      La caracterización del general (R) Mena como «blando» y su reciente remoción han sido señalados por la prensa y no desmentidos. Ahora bien, el contenido de la disputa parece centrarse particularmente en el futuro político del régimen, aceptándose, en general, el modelo económico impuesto. Esto no significa que no haya intereses económicos en juego, sino que estos se viabilizan o no a través de determinadas características del régimen.

      Como se apunta en el informe anterior, un régimen institucionalizado o un régimen personalista otorgan distintas posibilidades a cada grupo económico.

      Quizás pueda afirmarse que la definición de la «transición», más que la institucionalidad futura, sea el punto más crítico en esta disputa. No debe olvidarse que según sea quién dirige la transición –y su duración–, determina de hecho el carácter de la institucionalidad futura.

      Es en este enfrentamiento entre grupos de poder donde parece irse acentuando el rigor de los medios utilizados.

      A partir del debate ideológico político –que dadas las características de la situación actual se realiza a través de «centros de estudios» y medios de comunicación de masas–, parece pasarse al uso o amenaza de otros medios. Anteriormente se asiste a la creación de numerosos «centros de estudios», tal cual se señaló en el informe correspondiente al mes anterior.

      Asimismo, crece el interés en controlar medios de comunicación, particularmente la prensa. Basta aquí recordar que los «duros» buscan comprar el diario La Tercera, que es lejos el de mayor circulación nacional, mientras El Mercurio coordina sus pulsaciones y trata de popularizar y extender la difusión de Las Últimas Noticias.

      Una segunda etapa en esta «escalada» podría encontrarse en la denuncia pública de escándalos y fraudes en que se insinúa veladamente la participación de personas vinculadas al «bando contrario». Tal sería el caso del fraude del IVA y su supuesta relación con el general (R) Contreras.

      Por último, una etapa en que los sectores en conflicto buscan, y en cierta medida, logran apoyo para sus posiciones al interior del Ejército.

      Tal etapa se manifestaría en hechos como el relevo del general (R) Mena, considerado «blando», por el general Gordon, que se define más por su fidelidad personal al presidente Pinochet, la que se ve reforzada por el hecho de estar en servicio activo y ser –por ende– uno de sus subordinados jerárquicos; el discurso del general Washington Carrasco, reclamando por una mayor presencia institucional de las FF.AA. en la institucionalidad futura; las declaraciones del general (R) Baeza, respecto a la posibilidad de que el crimen del coronel Roger Vergara hubiera sido perpetrado por extremistas que no sean de izquierda.

      En este mismo sentido se inscribiría la aparición de ciertos supuestos «comandos» que actúan directamente en la represión, promoviendo aún más la sensación de enfrentamiento y la eficacia de los grupos más duros para destruir a la oposición.

      El que tales «comandos» existan con independencia de la CNI parece bastante dudoso, según se desprende de las profusas informaciones periodísticas. Cosa esta bastante contrastante con la habitual parquedad o silencio con que los medios de comunicación respondían a hechos semejantes ocurridos en el pasado.

      En esta etapa es donde cobra mayor importancia la posibilidad de trasladar el conflicto a la esfera militar por parte de los grupos civiles en disputa.

      Por otra parte, el aumento de la virulencia en el conflicto puede hacer vacilar el papel de árbitro que desempeña el presidente Pinochet, puesto que, si bien duros y blandos reconocen explícitamente su autoridad, los últimos precisan, a lo menos, neutralizar un tanto su preponderancia personal en la «transición», mientras los sectores más duros intentan presentarse como los únicos confiables en el proceso, empujándolo a encabezar un movimiento de mayor autoritarismo que el actual.

       EL INESTABLE MARCO INTERNACIONAL

      En todo caso, el análisis de este conflicto debe entenderse dentro del marco en que se da. Para los sectores en el poder, la oposición aparece como aislada y desarticulada, como un enemigo ya derrotado y, por lo tanto, no se le considera un peligro para dirimir las diferencias internas.

      Por otra parte, el frente internacional también aparece propicio: la disminución de la virulencia en la crítica internacional al gobierno chileno, el levantamiento de la prohibición de vender armas a Chile por parte del Gobierno inglés y la creciente expectativa del triunfo de Reagan en las elecciones de Estados Unidos, serían, entre otros, indicadores de una mejor posición del régimen chileno en este aspecto.

      Es necesario tener en cuenta, también, que es característico de los regímenes autoritarios la dificultad que presentan para resolver normalmente las controversias que se producen en su seno.

      Al no existir canales regulares de expresión y negociación de intereses, los sectores que, aún dentro de los grupos de poder, pretenden lograr un giro favorable a sus expectativas, suelen necesitar producir profundas conmociones sociales y políticas para lograrlo. Ejemplos en este sentido son los hechos ocurridos en los últimos años en Grecia y Portugal y, en cierta medida, en España.

      No obstante, lo anterior requiere ser matizado. En el llamado «frente internacional» debe considerarse que la posición de EE.UU. sigue siendo adversa al gobierno chileno, al menos en el Departamento de Estado, que aboga por una pronta institucionalización y una cierta «apertura».

      A la vez, el conflicto del Beagle sigue abierto y, aún más, parecen haberse estancado las negociaciones en la mediación. Esta situación tornaría francamente desfavorable la emergencia del nuevo régimen boliviano que, por más derechista que sea, aparece respaldado por Argentina. A su vez, el carácter autoritario de un régimen no impide que en él puedan producirse acuerdos, al menos provisorios, entre sectores en pugna cuando ninguno de ellos está seguro de imponer sus posiciones o cuando aparecen elementos que hagan considerar que la Oposición pueda obtener dividendos de tales disputas.

      Por último, y lo que puede ser básico, la situación de esta Oposición no es tan clara como algunos pretenden.

       LOS OPOSITORES CON MIEDO Y SIN MIEDO

      Ya se señalaba en el informe anterior el, al menos aparentemente, inmovilismo de los sectores de la oposición, pero también se contrastaba el aislacionismo y autoritarismo de cúpula de estos con la emergencia de movimientos sociales de carácter unitario (expresivos en el ámbito sindical, estudiantil y cultural, principalmente). La situación actual parece mantenerse en esos términos, pero a ellos conviene añadir dos hechos significativos en la materia.

      El primero se refiere a la fuerte reactivación del conflicto Iglesia-Gobierno a raíz de acciones