28:6.15 (316.2) Es el plan de tus superiores avanzarte mediante responsabilidades cada vez mayores tan rápido como se vaya desarrollando suficientemente tu carácter como para soportar con gracia estas responsabilidades agregadas, pero sobrecargar al individuo atrae únicamente el desastre y asegura la desilusión. Y el error de colocar responsabilidad prematuramente sobre el hombre o el ángel se puede evitar utilizando el ministerio de estos estimadores infalibles de la capacidad de confianza de los individuos espacio-temporales. Estos seconafines acompañan siempre a Aquellos Elevados en Autoridad, y estos ejecutivos no hacen nunca asignaciones hasta tanto haber sopesado a los candidatos en las hojas de balance secoráficas y haberlos declarado «sin faltas».
28:6.16 (316.3) 5. La Santidad del Servicio. El privilegio del servicio inmediatamente sigue al descubrimiento de la confiabilidad. Nada os separa de la oportunidad de mayor servicio excepto tu propia falta de confiabilidad, tu falta de capacidad para la apreciación de la solemnidad de la responsabilidad.
28:6.17 (316.4) El servicio —el servicio con fin determinado, no la esclavitud— produce la satisfacción más alta y es expresión de la dignidad más divina. El servicio —más servicio, servicio aumentado, servicio difícil, servicio venturoso, y por fin servicio divino y perfecto— es la meta del tiempo y el destino del espacio. Pero por siempre los ciclos de recreación del tiempo alternarán con los ciclos de servicio del progreso. Y después del servicio del tiempo sigue el superservicio de la eternidad. Durante la recreación temporal debes visualizar el trabajo de la eternidad, así como, durante el servicio de la eternidad, recordarás el recreo del tiempo.
28:6.18 (316.5) La economía universal se funda en ingreso y salida; durante toda la carrera eterna no encontraréis jamás la monotonía de la inacción o el estancamiento de la personalidad. El progreso está posibilitado por el movimiento inherente, el avance crece de la capacidad divina para la acción, y el logro es el hijo de la aventura imaginativa. Pero inherente en esta capacidad para logro está la responsabilidad de la ética, la necesidad de reconocer que el mundo y el universo están llenos de una multitud de tipos diferentes de seres. Toda esta magnífica creación, incluyéndote a ti mismo, no se hizo sólo para ti. Este no es un universo egocéntrico. Los Dioses han decretado: «Es más noble dar que recibir», y dijo vuestro Hijo Soberano: «El que sea más grande entre vosotros, que sea el servidor de todos».
28:6.19 (316.6) La verdadera naturaleza de todo servicio, sea éste cumplido por el hombre o por el ángel, se revela plenamente en los rostros de estos secoráficos indicadores de servicio, las Santidades de Servicio. El análisis pleno de los motivos verdaderos y ocultos se muestra claramente. Estos ángeles son en verdad lectores de la mente, investigadores del corazón y reveladores del alma del universo. Los mortales pueden emplear palabras para ocultar sus pensamientos, pero estos altos seconafines desnudan los motivos profundos del corazón humano y de la mente angélica.
28:6.20 (317.1) 6 y 7. El Secreto de la Grandeza y el Alma de la Bondad. Habiendo despertado los peregrinos ascendentes a la importancia del tiempo, el camino está preparado para la realización de la solemnidad de la responsabilidad y para la apreciación de la santidad del servicio. Aunque estos son los elementos morales de la grandeza, también hay secretos de la grandeza. Cuando se aplican las pruebas espirituales de la grandeza los elementos morales no se desatienden, pero la calidad de altruismo revelada en la labor desinteresada para el bienestar de los propios semejantes terrenales, particularmente de los seres merecedores en necesidad y en dolor, ésa es la verdadera medida de la grandeza planetaria. Y la manifestación de la grandeza en un mundo como Urantia es la exhibición del autocontrol. El gran hombre no es el que «conquista una ciudad» o «derrota a una nación», sino más bien «el que domina su propia lengua».
28:6.21 (317.2) La grandeza es sinónimo de divinidad. Dios es supremamente grande y bueno. La grandeza y la bondad sencillamente no se pueden divorciar. Son por siempre una sola cosa en Dios. Esta verdad es literal y extraordinariamente ilustrada por la interdependencia reflexiva del Secreto de Grandeza y del Alma de la Bondad, porque ninguno de ellos puede funcionar sin el otro. Al reflejar otras cualidades de la divinidad, los seconafines de los superuniversos pueden actuar por sí solos, y así lo hacen, pero las estimaciones reflexivas de la grandeza y de la bondad parecen ser inseparables. Por lo tanto, en cualquier mundo, en cualquier universo, estos reflectores de la grandeza y de la bondad trabajan juntos, mostrando siempre un informe dual y mutuamente dependiente de cada ser sobre el que se enfocan. La grandeza no se puede estimar sin conocer el contenido de la bondad, mientras que la bondad no se puede retratar sin exhibir su grandeza inherente y divina.
28:6.22 (317.3) La estimación de la grandeza varía de esfera a esfera. Ser grande es ser semejante a Dios. Puesto que la cualidad de grandeza está completamente determinada por el contenido de la bondad, se deduce que, aún en tu estado humano presente, si puedes mediante la gracia volverte bueno, estás volviéndote por ello grande. Cuanto más constantemente contemplas y más persistentemente persigues los conceptos de la bondad divina, más certeramente crecerás en grandeza, en verdadera magnitud de carácter genuino de supervivencia.
7. El Ministerio de los Seconafines
28:7.1 (317.4) Los seconafines tienen su origen y sede central en las capitales de los superuniversos, pero con sus semejantes de enlace deambulan desde las orillas del Paraíso hasta los mundos evolucionarios del espacio. Sirven como asistentes valiosos de los miembros de las asambleas deliberantes de los supergobiernos y son de gran ayuda para las colonias de cortesía de Uversa: los astrónomos, los turistas milenarios, los observadores celestiales y una hueste de otros, incluyendo los seres ascendentes que aguardan transporte para Havona. Los Ancianos de los Días disfrutan de asignar a algunos de los seconafines primarios para que asistan a las criaturas ascendentes domiciliadas en los cuatrocientos noventa mundos de estudio que rodean a Uversa; aquí también sirven como maestros de las órdenes secundaria y terciaria. Estos satélites de Uversa son las escuelas finales de los universos del tiempo, que presentan el curso preparatorio para la universidad de siete circuitos de Havona.
28:7.2 (317.5) De las tres órdenes de seconafines, el grupo terciario, agregado a las autoridades ascendentes, ministra más ampliamente a las criaturas ascendentes del tiempo. Tendrás ocasión de conocerlos poco después de tu partida de Urantia, aunque no harás uso libremente de sus servicios hasta tanto no alcances los mundos de estadía de Orvonton. Disfrutarás de su compañía cuando los conozcas plenamente durante tu estadía en los mundos escuela de Uversa.
28:7.3 (318.1) Estos seconafines terciarios son ahorradores de tiempo, acortadores del espacio, detectores de errores, maestros fieles y guías sempiternos —señales vivientes de la seguridad divina— colocados en misericordia en las encrucijadas del tiempo, para guiar allí los pies de los ansiosos peregrinos en momentos de gran perplejidad e incertidumbre espiritual. Mucho antes de llegar a las compuertas de la perfección comenzarás a ganar acceso a las herramientas de la divinidad y a hacer contacto con las técnicas de la Deidad. Cada vez más, desde el momento en que llegues al primer mundo de estancia hasta que cierres los ojos en el sueño de Havona, preparatorio para tu tránsito al Paraíso, te aprovecharás de la ayuda de urgencia de estos seres maravillosos, que tan plena y libremente reflejan el conocimiento certero y la sabiduría segura de aquellos peregrinos seguros y confiables que te han precedido en el largo viaje hasta los portales de la perfección.
28:7.4 (318.2) Se nos niega el privilegio pleno de utilizar a estos ángeles de la orden reflexiva en Urantia. Son visitantes frecuentes en vuestro mundo, puesto que acompañan a las personalidades de asignación, pero aquí no pueden funcionar libremente. Esta esfera está aún bajo una cuarentena espiritual parcial, y algunos de los circuitos esenciales para su servicio no funcionan en el presente. Cuando