Conflicto armado en Siria. Janiel Melamed Visbal. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Janiel Melamed Visbal
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789587892659
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la propia familia Assad y de funcionarios políticos y militares de su confianza, pavimentaron cinco décadas de régimen autoritario.

      Sin embargo, entre marzo y junio de 2011, el hartazgo social por promesas de reformas incumplidas por el gobierno encabezado por Bashar al-Assad y los efectos de la llamada Primavera Árabe, desencadenaron diversas protestas sociales, que cobraron cientos de víctimas de la mano de una reacción (léase, represión) gubernamental desproporcionada manu militari. El inicio de esta escalada de violencia contra manifestantes y grupos contestatarios no deja de poner de relieve la naturaleza de una por demás compleja situación regional, signada por la efusión sistemática de sangre cuya principal víctima es la población civil.

      Así mismo, la obra hace hincapié en el peso de la historia y el factor geopolítico para una mejor comprensión de las causas asociadas al conflicto. Al hacerlo, por una parte, resalta cómo las divisiones político-administrativas de la región responden más a dictámenes de potencias coloniales que a realidades en el terreno. Por otra parte, desarrolla una caracterización geopolítica de Siria y la importancia de su posición relativa (determinismo geográfico) como cruce estratégico y tránsito de recursos energéticos mediante oleoductos y gasoductos; fortaleza y a la vez debilidad del Estado. No hay que pasar por alto que el país carece de profundidad estratégica, lo que se erige en una vulnerabilidad insoslayable, por ejemplo, desde el mirador del monte Hermon en los Altos del Golán, pues en un día despejado se alcanza a vislumbrar Damasco, su capital, a aproximadamente 40 kilómetros de distancia.

      Adicionalmente, la dimensión multicausal de la guerra requiere considerar el complejo entramado de antagonismo religioso presente en las hostilidades. Por ejemplo, en el conflicto armado en Siria, se entrecruza una amalgama de grupos combatientes de oposición con claro raigambre de extremismo religioso, en gran medida fundamentalista y radical, a saber: Frente al-Nusra (afiliado a al-Qaeda y partidario de la creación de un Estado pan-islámico regido por la Sharia), Estado Islámico de Iraq y Siria (integrado fundamentalmente por yihadistas extranjeros, en gran parte combatientes veteranos de otros conflictos armados como el de los Balcanes, Afganistán y Chechenia), y Frente Islámico (alianza integrada por Ahrar-al-Shaam y las Brigadas Suqooral-Shaam, de raíz islamista siria). En el mismo sentido, la guerra en Siria ha agitado el escenario de violencia sectaria subyacente entre actores estatales que promueven su propia hegemonía regional a partir de la división entre chiitas y sunitas al interior del Islam. De ahí que no deba sorprender que la oposición siria se encuentre financiada y armada por Estados mayoritariamente sunitas como Arabia Saudí, Qatar y Turquía, al tiempo que se refuerza con la llegada de combatientes suníes yihadistas de todo el mundo, especialmente de Europa. En contraste, el régimen de Damasco recibe tanto apoyo chiita de Irán, como de Hezbolá, una milicia chiita libanesa.

      Respecto a la connotación multiactoral, el autor resalta la injerencia protagónica de diversos Estados, desglosando y analizando sus intereses más relevantes. El resultado de este ejercicio permite entender, por ejemplo, como las relaciones Israel–Siria son por demás complejas y caracterizadas por un historial de hostilidades abiertas o encubiertas a lo largo de 70 años pero en el marco de una relativa racionalidad que se ha visto alterada a partir del creciente grado de influencia y control territorial de Irán y de las milicias de Hezbolá en el territorio sirio. Así mismo, ilustra por qué las relaciones históricas entre Turquía–Siria, se caracterizan recientemente por tener episodios de tensión y antagonismo. A su vez, resalta el papel de la República Islámica de Irán y el apoyo de las milicias de Hezbolá para conservar a Siria como epicentro de su agenda de resistencia contra Israel y los Estados Unidos. Por otra parte, proyecta la agenda tanto de Arabia Saudita como de Catar, en aras de consolidar su nivel de influencia regional mediante el apoyo a grupos rebeldes contra Damasco. Al mismo tiempo, define la participación de la Federación Rusa para contener la influencia de Estados Unidos de América en la región y proyectar su poder nacional y como este último, busca también sus propios objetivos estratégicos regionales, anclados en la consolidación de alianzas tradicionales (por ejemplo, con Israel) y emergentes con las monarquías del Golfo, detentadoras de las mayores reservas colectivas comprobadas de crudo.

      Recapitulando, la obra de Janiel David Melamed Visbal se erige en una fuente de consulta obligada para todo aquel que quiera conocer las raíces, contenidos, alcances y notas esenciales del conflicto armado que, desde hace aproximadamente nueve años, desgarra a la sociedad siria en posiciones hasta ahora irreconciliables. La tasa de defunción de población civil supera, con creces, a la de los combatientes propiamente dichos, con la comisión de crímenes de guerra que, por su naturaleza, son de carácter imprescriptible y con efectos devastadores no solamente sobre sus habitantes e inmediaciones territoriales dado a que por sus implicaciones se ha convertido en una verdadera amenaza a la seguridad internacional. A la luz de todas estas circunstancias ¿podría considerarse el conflicto armado en Siria una guerra más en la compleja dinámica de antagonismos y rivalidades del Medio Oriente o el principio del Armagedón que anuncia el Evangelio?; el lector tiene la última palabra.

      Marcos Pablo Moloeznik

      Guadalajara, Jalisco, México, 23 de enero de 2020. Profesor-Investigador de la Universidad de Guadalajara e Investigador Nacional CONACYT (México) - 2017 William J. Perry Award for Excellence in Security and Defense Education, National Defense University, Washington, D.C.

       INTRODUCCIÓN

       La guerra no es más que un duelo en una escala más amplia. [...] Podríamos representarla como dos luchadores, cada uno de los cuales trata de imponer al otro su voluntad por medio de la fuerza física; su propósito siguiente es abatir al adversario e incapacitarlo para que no pueda proseguir con su resistencia.

      Karl Von Clausewitz

      El 17 de diciembre de 2010 seguramente inició como cualquier otro día ordinario para Mohamed Bouazizi, un joven árabe que se encontraba desempleado en Túnez, su país natal. Por la necesidad imperante de subsistir se había dedicado a vender frutas y verduras de forma informal y ambulante en la pequeña y céntrica ciudad de Sidi Bouzid. Presuntamente, inspectores locales confiscaron las pertenencias del joven Bouazizi aduciendo que adolecía de permiso legal para continuar la venta de sus productos, y de repente algo que podría haber sido un simple procedimiento rutinario pasó a la historia como un hecho catalizador que, con diversos niveles de intensidad, propició una sorpresiva reconfiguración del norte de África, Medio Oriente1 y el golfo Pérsico.

      Ese día, Mohamed Bouazizi, ante la incapacidad de pagar las coimas exigidas, sufriría una compleja sucesión de acciones frustrantes en su contra. Fue públicamente humillado y golpeado por la autoridad; posteriormente se dirigió a la oficina del gobernador para interponer un reclamo que no fue escuchado por nadie, siendo ignorado ante la absoluta indiferencia de quienes se supone deben velar por el bienestar de los ciudadanos. Estas circunstancias aumentaron su nivel de rabia y lo motivaron a llevar a cabo una protesta tanto desesperada como inusual. Mohamed Bouazizi se prendió fuego a las afueras de aquella misma oficina gubernamental que representaba todo su odio, toda su frustración y toda la injusticia que había tenido que soportar.

      Este acontecimiento despertaría un inesperado sentimiento de protesta social que movilizaría a miles de tunecinos, que tal vez se compadecieron con Bouazizi y proyectaron en su experiencia sus propios sentimientos de ira y frustración. Estos manifestantes, exigían mayores libertades civiles y políticas, así como efectivas garantías por parte del Gobierno hacia sus ciudadanos. Rápidamente, las protestas se trasladaron hasta la capital de Túnez y terminaron por derrocar el gobierno autoritario de Zine al-Abidine Ben Ali, después de estar de manera ininterrumpida en el poder desde 1987.

      La caída del exmilitar, hombre fuerte y autoritario líder de Túnez, se consolidó como un elemento de transformación significativo y desencadenó una masiva ola de protestas sociales a lo largo de otros espacios de opresión e inequidad en la región, exigiendo también mayores niveles de libertad y participación política de la ciudadanía en países circundantes. Este contexto tuvo enormes