Isósceles. Juno B. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juno B
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788418730016
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de una catastrófica conversación

      en un porche de Valencia.

      Es probable que las lágrimas durasen 24 horas,

      pero los restos de pena, amor y rabia,

      siguieran cayendo durante varios días más,

      hasta cubrir un corazón entero

      a 6 metros de profundidad.

      Antes de esta erupción,

      la palabra «desamor» no existía,

      se le dio ese nombre en honor a ella.

      Ni venganza, ni rutina, ni mentiras.

      El elemento letal fue un adiós ardiente,

      formado por nunca más volcánicos,

      te quiero sólidos y dolor atrapado.

      Donde hubo fuego, cenizas se volaron.

      Pompeya, aunque tus ruinas hoy sean arte,

      ¿por qué no me avisaste de esto?

      Y todo se quedó inmóvil,

      sin darnos cuenta de que esta vez

      se había parado para siempre.

      7. Prefiero

      Una sonrisa vive en las mentiras que le hicieron creer,

      le hago señas desde fuera,

      pero ella no quiere verme.

      Si al final vas a quedarte,

      tengo un requisito,

      en mis principios quedó escrito: sinceros hasta el final.

      Nunca lo dudes,

      preferiré siempre una verdad que duela

      a una duda que mate.

      8. Hablemos de la lluvia

      Cuando llueve y digo que hace un buen día,

      mi madre aún se ríe irónica.

      Las palabras dan un significado a ciertas cosas

      que ya hemos consideramos unidas.

      En realidad, no hay nada que sea porque sí y punto,

      todo es más subjetivo de lo que se establece.

      Para mí, la lluvia es un buen día,

      el amarillo trae buena suerte

      y un viernes no me lo jode un trece.

      No hay que olvidar que las supersticiones

      no dejan de ser creaciones de otros

      y el tiempo ya las considera ajenas.

      Lo bueno es que ya no me pregunto si aplaudiríamos,

      o nos pondríamos guapos si nadie más nos viese.

      Conozco la respuesta y esta es no,

      no haríamos nada que no fuese involuntario.

      Por eso, lo único que hago es escribir y escribirte,

      y como lo hago por mí,

      se convierte en algo íntimo y real.

      Por eso, la gente se para, porque encuentran verdad,

      pero solo la recordamos nosotros.

      Él ya no me pasa fotos desde su ventana

      cuando llueve.

      Dice que es porque al margen de esto,

      en su corazón siempre brilla el sol.

      Me alegro por la luz,

      pero recuerdo que me dijo

      que si no estábamos triste de vez en cuando,

      ya no valoraríamos lo contrario.

      Yo tengo vacía la nevera,

      pero tengo la mente llena de tulipanes,

      caléndulas, jacintos, orquídeas, azucenas, jazmines,

      magnolias y narcisos.

      Son las flores que combinan con un vestido blanco,

      y es mi manera de pedirte que te quedes.

      El día que llovió y no cerraste la ventana

      me recordó a otro en el que estabas apagado

      y no quisiste dejar de estarlo.

      Estático, como que la soledad,

      abrazada a ti, te impida ver a otros,

      que también querríamos hacerlo.

      Es tan contradictorio como sentirse feliz,

      pero triste,

      porque ya no eres tú la causa.

      Si al final acaba bien,

      querré un nuevo principio.

      Todos los días a las doce podré escribirte un poema,

      porque si en algo se asemeja escribir al amor,

      aunque parezca injusto,

      es en que lo hago por mí.

      Nunca he sabido hacerlo así,

      pero ya estoy en ello,

      y solo cuando llueva,

      podremos brillar por dentro.

      Apapache 3

      Cupido me lanzó una flecha, pero pasó por los cachitos rotos. ¿Qué haría yo en otras vidas, para sufrir que no estés en estas?

      9. Anxiety

      «Claro que lo veo, pero no lo veo claro» Charlie

      No sabría cómo definirla,

      pero sí cómo dibujarla:

      unas veces blanca,

      otras con garabatos, nudos indescifrables.

      Entras sin permiso y lo arrebatas todo.

      A veces pienso que no te conozco,

      estás en mí de muchas formas,

      te disfrazas de cordero y pretendes darme miedo,

      haciendo que no sepa

      qué pasará después.

      Ni siquiera vives en el presente,

      naces en el pasado y te nutres de los miedos al futuro.

      Por eso, cuando intentaste arruinar el mío,

      tuve que echarte.

      En la lección 140 de cómo salir del bucle,

      aprendí a parar.

      Si paro en cierta parte del círculo,

      y lo veo desde fuera,

      mi lápiz del valor pinta una línea transversal

      y lo atraviesa todo.

      Lo he llamado puente.

      Sigo sin manejar cuando entras,

      pero yo salgo cuando quiero.

      10. Laberintos

      Ayer conocí a Eva.

      Estaba recortando las ramas sobrantes,

      creando un espacio casi simétrico,

      perfecto.

      Dice que un día estuvo perdida en el laberinto.

      Hoy ya no lo estaba,

      pero, aun así, seguía dentro.

      Jamás encontró la salida,

      y dentro se