Monsil. Jeong-saeng Kwon. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jeong-saeng Kwon
Издательство: Bookwire
Серия: Colección literatura coreana
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9786077640943
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le dijo a la señora Milyang:

      —Mamá, regresemos.

      —No.

      —¿Qué hacemos si regresa papá?

      —No regresará.

      La señora Milyang se levantó tomando la mano de Monsil.

      —Vámonos ya —dijo dirigiéndose al padrastro.

      —Sí, vámonos.

      Monsil estaba muy cansada. Al llegar a la casa del padrastro, entró a una habitación y cayó rendida.

      Cuando despertó, a la mañana siguiente, se sorprendió porque se encontraba en una habitación desconocida.

      —¿Ya despertaste?

      En vez de su madre, en la habitación estaba una anciana desconocida. Su rostro tenía una verruga arriba del ojo derecho, como las ventosas de los tentáculos del calamar, y muchas arrugas.

      Monsil, mirando la habitación, empezó a sollozar.

      —No llores. Pronto vendrá tu mamá.

      Le pareció que la anciana tenía buen corazón. Tomando la mano de Monsil, le secó las lágrimas con la manga de su vestido. Luego dijo en voz alta:

      —Hija, ¿estás afuera?

      Se oyó el ruido de alguien que venía corriendo. Se abrió la puerta y entró la señora Milyang.

      —¡Monsil!

      —¡Mamá!

      Monsil lloró de alegría en el seno de la señora Milyang.

      —Ya está bien. Deja de llorar y comamos. ¿Tienes hambre? Te dormiste sin cenar.

      Monsil, al tomar la mano y mirar la cara de la señora Milyang dos y tres veces, se tranquilizó al asegurarse de que en verdad se trataba de su madre.

      La señora Milyang entró con la comida. Sorprendentemente era arroz blanco con un guiso de pescado. Monsil no podía comer bien. Tal vez por miedo, intranquilidad o vergüenza de estar en una casa desconocida.

      Comió un poco y dejó la cuchara, la señora Milyang parpadeó. Era una señal de que podía comer mucho. Monsil meneó la cabeza. Su madre salió muy triste del cuarto con la comida. Cuando Monsil intentó salir con ella, la anciana la detuvo.

      —Siéntate aquí.

      Monsil se medio sentó frente a la anciana.

      —¿Cuántos años tienes?

      Monsil vaciló un rato y respondió:

      —Siete años.

      —Aunque sólo tienes siete años, eres muy alta y hablas muy bien.

      — …

      — Desde ahora vas a vivir conmigo. Soy tu abuela, ¿entiendes?

      Monsil dijo que sí meneando la cabeza.

      —Ahora vete a jugar.

      Monsil salió. Era una casa con un patio muy grande, pero se veía solitaria.

      —Hija, te lavaré la cara.

      Monsil miró a su alrededor y preguntó en voz baja:

      —Mamá, ¿de veras no regresaremos con papá?

      La señora Milyang se enojó.

      —¡Te he dicho que tu papá se fue por allí, muy lejos, y no va a regresar! Él ya no es tu padre, el nuevo es tu verdadero padre, ¿entiendes?

      A Monsil se le hizo un nudo en la garganta y bajó la cabeza.

      Por esa razón, desde aquel momento, Monsil tendría dos padres. Tenía que abandonar a su verdadero y humilde padre y considerar al otro hombre, con más dinero, como el verdadero. Además tendría abuela y viviría en una casa grande y no en una prestada.

      El apellido de su padrastro era Kim. Las personas lo llamaban “superintendente”. Su esposa había muerto y él vivía solo. Por eso se casó con la madre de Monsil.

      —¿Cómo te llamas? —preguntaron a Monsil las señoras de Detgol.

      —Me llamo Monsil Chung.

      —¿Monsil Chung? —las señoras movieron sus cabezas con una sonrisa burlona.

      Ese día, llamándola aparte, la señora Milyang le advirtió más tarde a Monsil:

      —Cuando alguien te pregunte tu nombre, a partir de ahora tienes que responder que eres Monsil Kim.

      —¿Por qué, mamá?

      —Te he dicho que tu padre Chung ya no es tu padre.

      —¿Ahora mi apellido es Kim?

      —Sí, Kim.

      Monsil dejó de usar el apellido Chung y empezó a utilizar el apellido Kim.

      —Monsil Kim.

      Era muy raro y nada familiar.

      Con el tiempo, Monsil se acostumbró al pueblo de Detgol y fue olvidando la casa que había dejado. Olvidó al señor Chung, aunque insistía en que él era su verdadero padre; desapareció de su memoria la palabra pobreza, los aciagos momentos en que no había comida y sólo tomaba una sopa de hierbas.

      Después de un año, Monsil era feliz.

      Se había convertido en la hija del superintendente Kim de Detgol. La abuela, la casa grande de piso de madera, los árboles de caqui y dátil también eran de Monsil.

      Cuando llegó el mes de mayo, después de un año, la señora Milyang tuvo un bebé muy bonito. Era un niño.

      Cuando Monsil vio al bebé, vinieron a su mente recuerdos del pasado y evocó la memoria de su otro hermano, su verdadero hermano, hijo también del padre Chung, y que sufrió mucho y murió siendo niño.

      El recién nacido hizo recordar a Monsil vagamente a su hermano y su muerte y, sin saber porqué, se sintió muy sola. Sintió lo mismo que cuando llegó a la casa del superintendente Kim hace un año.

       2. Coja