CRITERIO UTILIZADO PARA LA EVALUACIÓN
Una de las clasificaciones más habituales de las metodologías de evaluación de proyectos es la de evaluaciones costo-beneficio versus evaluaciones de costo-efectividad.
Costo-beneficio
La evaluación costo-beneficio es la más tradicional y se basa en el uso del análisis costo-beneficio, en el que cada costo y cada beneficio debe ser identificado, medido y finalmente valorado (en términos monetarios), esto último a objeto de tener un único criterio común que permita tomar la decisión correcta para maximizar la riqueza para quien se evalúa el proyecto, expresada en un indicador llamado Valor Actual Neto (VAN) positivo, el cual se explicará en detalle el capítulo Indicadores de Evaluación de Proyectos.
Costo-impacto
La evaluación costo-impacto (o costo-efectividad) se usa en el caso de proyectos de difícil medición de beneficios. Una de las limitantes de la evaluación basada en el análisis costo-beneficio, es la intangibilidad de algunos impactos, o sea, la dificultad de traducir en términos monetarios algunos costos y beneficios, espacialmente en la evaluación social.
Por ejemplo, ¿cuánto vale el beneficio por menor pérdida de vidas humanas asociado a poner un semáforo en un cruce peligroso de alto tráfico? Algunos creen que la vida humana tiene valor económico infinito, otros dicen que depende de quién es el ser humano al que estamos salvando, mientras que otros dicen que el beneficio económico de salvar una vida es el salario de la persona salvada. Es fácil ver que ponerse de acuerdo en la valoración de ese impacto no es tan simple y directo como ponerse de acuerdo en el costo del semáforo, unos 10 mil dólares.
Frecuentemente, la intangibilidad se hace más patente por el lado de los beneficios, porque los costos suelen ser más fáciles de valorar. Por esto, en estos casos se puede usar una razón costo-impacto como aproximación a la razón costo-beneficio. El impacto no lo podemos transformar en beneficio, justamente por la dificultad de valorarlo en términos monetarios, sin embargo, podemos medirlo en sus unidades naturales. En el ejemplo del semáforo, si se determina que los accidentes con resultado de muerte disminuirán de 15 a 2 accidentes/año, la razón costo/impacto será 10 mil USD/ 13 vidas ahorradas por año.
Como se puede observar, los indicadores de costo-impacto no sirven para determinar la conveniencia de hacer o no hacer un proyecto individual, sólo sirven para comparar alternativas de proyectos. Si la razón utilizada es impacto/costo, seleccionamos la alternativa de mayor razón, pues es la que permite generar la mayor cantidad de unidades de impacto por unidad de costos. Al revés, si usamos la razón costo/impacto seleccionamos la alternativa de menor razón.
En nuestro ejemplo, las alternativas podrían ser despejar y remarcar las señales de tráfico en el cruce, asignar un policía en las horas de alto tráfico, construir un paso sobre o bajo nivel que impida el cruce de los flujos que se encuentran en la intersección de calles. En todos estos casos, necesitaríamos saber el costo e impacto de cada una de estas alternativas para poder calcular la razón correspondiente.
Luego, en la práctica, este criterio supone que alguna de estas alternativas de proyecto debe hacerse y entonces sólo debemos centrarnos en encontrar la mejor alternativa de proyecto. Lo anterior es un supuesto fuerte y una debilidad de este tipo de evaluaciones.
Costo mínimo
La evaluación de costo mínimo se utiliza si se estima o se sabe a priori que todas las alternativas tienen beneficios o impactos iguales o cualitativamente comparables. O bien no tenemos ninguna forma de medir el impacto en unidades naturales o estimar cualitativamente su impacto, entonces podemos usar un indicador aún más básico, elegir simplemente la alternativa de mínimo costo.
Multicriterio
Los criterios de evaluación anteriores son monocriterio, pues existe un solo indicador a optimizar. En tanto que en el caso de la evaluación multicriterio se pretende maximizar conjuntamente más de un objetivo, usualmente considerando factores de impacto que son relevantes en la evaluación social. Por ejemplo, la distribución del ingreso, la equidad territorial, la seguridad nacional, etc. Para poder calcular el impacto total necesitaremos agregar de alguna forma los diferentes tipos de impacto, usualmente a través de una ponderación de éstos. La forma más simple de llegar al impacto total es que el tomador de la decisión (no el evaluador) defina ponderadores para cada criterio.
Lamentablemente, se puede demostrar que la evaluación multicriterio puede llevar a inconsistencias como que la solución preferida por el tomador de decisiones no es la ganadora, aplicando sus ponderadores preferidos, y por lo tanto deberíamos usar métodos matemáticos relativamente más complejos, como el Analitical Hierarchy Process (AHP, proceso de jerarquía analítica), Análisis de Factores o el Multidimensional Scaling (MDS, escalamiento multidimensional).
La figura 1.8 resume y ordena los criterios de evaluación revisados.
Figura 1.8: criterios de evaluación de proyectos
Claramente, no tiene sentido aplicar el criterio costo-impacto cuando se puede aplicar costo-beneficio, sin que aumente significativamente el costo del estudio, pues podremos mejorar significativamente la toma de decisiones; pasamos de sólo poder elegir entre alternativas (asumiendo que todas son socialmente rentables) a poder medir las rentabilidades.
Organismos como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización de Estados Americanos (OEA) han venido impulsando el uso de metodologías costo-impacto para la evaluación de inversiones públicas. Esto es recomendable para países que inician la implementación de un sistema de inversiones públicas, y que por ende, aún no cuentan con sistemas de información apropiados para la toma de decisiones. En el caso de otros países no tiene sentido aplicarla en sectores que ya cuentan con metodologías para aplicar el criterio costo-beneficio, sólo parece razonable hacerlo en sectores en los que la valorización de beneficios es muy compleja o costosa, como es el caso de educación y salud.
RESUMEN DEL CAPÍTULO
¿QUÉ ES UN PROYECTO DE INVERSIÓN?
Una idea de cambio en el empleo actual de recursos para ofrecer un producto o servicio nuevo o modificar un proceso productivo existente (ampliarlo, reducirlo, mejorarlo, etc.)
El dueño del proyecto es el propietario de los recursos que le serán asignados y que está considerando el proyecto para cumplir un objetivo
Este dueño tiene que tomar una decisión entre diferentes alternativas de realización con un cierto grado de incertidumbre sobre los beneficios y costos que podría generar cada opción
ETAPAS DE UN PROYECTO
Preinversión: antes de la realización
Inversión: cuando se materializa el cambio en la asignación de recursos
Operación: cuando se utiliza el proyecto para generar beneficios y costos
GENERACIÓN DEL PROYECTO
La generación de ideas de proyecto, su diseño y evaluación ocurren habitualmente en la etapa de preinversión
Una idea de proyecto surge de la identificación de oportunidades y problemas de una organización o persona sobre la cual se puede actuar para alcanzar mejor el objetivo perseguido a