Cuando se contraen los músculos, las arteriolas locales se dilatan con rapidez mediante un mecanismo que no está regulado por el sistema nervioso esquelético o autónomo, sino por conexiones mecánicas directas. Las fuerzas tensiles del músculo esquelético que se contrae alteran la conformación de las fibrillas de fibronectina que van desde el músculo hasta la arteriola cercana. Este estiramiento abre los receptores de óxido nítrico y provoca una vasodilatación local (Hocking y cols., 2008). La normalización de la actividad muscular, que es el objetivo del kinesiotaping para la restauración de la longitud y la fuerza, puede tener un efecto mecánico directo en la actividad linfática local.
Los estudios indican que la contracción y relajación tisular pueden dar lugar a un patrón dinámico de actividad celular que afecta a todo el organismo (Langevine y cols., 2011; Langevine y cols., 2010). La composición y la cantidad de la matriz extracelular cambia constantemente no solo debido a las demandas tisulares, sino también al entorno mecánico (Purslow, 2010). El estrés mecánico puede transferirse a las membranas celulares a través de las integrinas que unen las moléculas extracelulares y las anclan en el lugar. Las integrinas envían señales dentro de la célula para modular su crecimiento, su remodelación y su viabilidad. Las fuerzas mecánicas sobre los receptores de las superficies celulares pueden alterar de inmediato la organización y la composición de las moléculas en el citoplasma y el núcleo de las células (Chen e Ingber, 1999; Ingber, 2003, 2010). En función del estado de tensión del entramado de fascias, los fibroblastos incrustados pueden pasar de una morfología laminada a una dendrítica, y la actividad fibroblástica puede responder a las cargas mecánicas con efectos medibles, como la entrada de calcio extracelular, la liberación inducida por calcio de los depósitos de calcio intracelular y la liberación de adenosina trifosfato (ATP) (Langevine y cols., 2010; Langevine y cols., 2011). Se considera que el efecto mecánico del kinesiotaping y la estimulación de las fascias funcionan restaurando la homeostasia de diferentes sistemas, incluyendo los que están a nivel celular.
INTERACCIÓN ENTRE LOS SISTEMAS
La interacción entre los sistemas antes mencionados y otros muchos implica que un cambio singular en un sistema da lugar a una cascada de efectos en los restantes sistemas. Cualquier deficiencia en uno de los sistemas mencionados puede afectar a las manifestaciones físicas del paciente. A la inversa, la presencia de síntomas físicos o de estrategias alteradas puede impactar en múltiples regiones del cuerpo y asimismo influir en múltiples sistemas. Un profesional clínico inteligente reconoce las interacciones entre los sistemas e interviene en las patologías con respecto a estos múltiples sistemas. Hay que tener en cuenta lo siguiente:
•Si no se resuelve la interrupción del sistema linfático proximal, resulta cuestionable aumentar la actividad muscular de una extremidad distal.
•En los problemas musculoesqueléticos crónicos, los profesionales constatan que los pacientes han recibido fármacos para resolver los desequilibrios químicos que se han desarrollado. Además, los fármacos tomados a largo plazo pueden tener efectos secundarios en el control muscular. El tratamiento de estos pacientes debe tener en cuenta la relación de estos fármacos con la terapia suministrada.
•Si no se resuelven adecuadamente los factores víricos o bacterianos concomitantes que agravan la patología, las mejoras físicas pueden verse obstaculizadas o retardadas.
•Si la causa principal de un problema físico es de naturaleza psicológica, ninguna medida de taping —o en este contexto de terapia manual— procurará un efecto a largo plazo a no ser que se aborde simultáneamente la situación psicológica del paciente.
Los profesionales clínicos deben saber que sus conocimientos y su competencia pueden tener límites y que, a menudo, han de derivar al paciente a un especialista con más experiencia y cualificación.
El núcleo del método del kinesiotaping radica en la restauración de Ku (espacio), Do (movimiento) y Rae (enfriamiento). Deben ser profesionales con experiencia los que valoren y consideren el tratamiento, cuyo objetivo, en lugar de simplemente optimizar un elemento o sistema en detrimento de otro, será equilibrar los sistemas siempre que sea posible.
Las discrepancias tensionales de longitud y fuerza constituyen únicamente uno de los componentes de la compleja naturaleza de lo no óptimo, la transferencia fallida de la carga o las estrategias de estabilización de compromiso. Dentro del programa de kinesiotaping se dispone de otras técnicas de taping como, por ejemplo, para mencionar solo algunos, el taping linfático, el taping mecánico, el taping de espacio, el taping funcional y el taping de epidermis, dermis y fascias (EDF). Estas otras estrategias de taping tienen en cuenta otros factores que pueden ser los causantes de los síntomas físicos y las manifestaciones de una persona. En este libro no los comentaremos. Sin embargo, los profesionales clínicos deben ser conscientes de estas alternativas que también se enseñan en los cursos acreditados de kinesiotaping.
El kinesiotaping para la restauración de la longitud y la fuerza estimula un razonamiento clínico que responde a las nuevas evidencias y a los conocimientos obtenidos en las investigaciones externas sobre el organismo y cómo responde este a diferentes estímulos, así como a la evidencia emergente del cuerpo del paciente, que puede cambiar en respuesta al trabajo realizado con el vendaje y con otras intervenciones. Este enfoque flexible nos permite cambiar y crecer con la práctica continuada del kinesiotaping e insta a los profesionales clínicos a reflexionar sobre las intervenciones que han realizado con el vendaje. Conforme mejora la experiencia clínica del profesional con los vendajes, este sabrá informarse sobre las evidencias externas de las investigaciones emergentes y decidir si dichas evidencias son aplicables o no a las manifestaciones de un determinado paciente. Cuando la investigación ofrece medios prácticos y aplicables, el profesional clínico responsable de kinesiotaping se planteará cómo integrar esta información en sus decisiones clínicas.
Por ello, el taping de los músculos para restaurar la longitud y la fuerza constituye una herramienta útil para influir directamente en la mecánica articular y en el funcionamiento linfático y muscular a través de la recuperación de la mecánica normal y la homeostasia del tejido. El kinesiota-ping ofrece la oportunidad de mejorar la función, el estado de ánimo y la actitud, ya que posibilita el cambio en la experiencia del dolor, los síntomas y las opciones de movimiento.
KINESIOTAPING Y OTRAS TÉCNICAS DE TAPING
El vendaje kinesiotape es una aplicación sobre la piel, por lo que sus beneficios son comparables a los que ofrece el vendaje rígido tradicional. El taping profiláctico colocado tras tratar y rehabilitar una zona puede proporcionar un apoyo continuado a la región y reducir el riesgo de nuevas lesiones (Frett y Reilly, 1994). Estos vendajes influyen en el control neuromuscular modificando la mecánica de la articulación (Lohrer y cols., 1999; Wilkerson, 2002; Shima y cols., 2005; Killbreath y cols., 2006), modulando la respuesta propioceptiva y contribuyendo a la restauración del equilibrio (Callaghan y cols., 2002; Callaghan y cols., 2012; Refshauge y cols., 2000; Robbins y cols., 1995). Asimismo, contribuyen a modificar la amplitud de movimiento de la articulación, reducen los efectos de los exudados inflamatorios y descargan el tejido, con lo que ayudan a controlar el dolor (Herrington, 2006; Simmonds y Keer, 2007; McConnell, 2000; Felicio y cols., 2014). Al igual que la mayoría de las técnicas de terapia manual, el objetivo del kinesiotaping es tratar las capas fasciales mediante la