Brujería verde. Paige Vanderbeck

pequeño plato o cuenco ignífugo, cerillas y discos de carbón vegetal: el incienso se vende bajo muchas formas, tales como palos o conos, o como mezclas sueltas de hierbas y resinas que se queman sobre un disco de carbón vegetal. Puedes encontrar pequeños cuencos ignífugos hechos de hierro colado, cerámica, latón y cobre con la forma del caldero clásico. Elige uno que realmente te guste. Los discos de carbón vegetal se pueden comprar en paquetes de diez, y es mejor encenderlos con una cerilla de madera. Me gusta poner un poco de arena en el fondo del cuenco para que acoja el disco de carbón y absorba el calor.

       Un mortero y una mano de mortero: el mortero y la mano de mortero se utilizan para moler hierbas y resinas con el fin de hacer polvos, mezclas de incienso o remedios. Te recomiendo que tengas un juego hecho de un material pesado, como granito, para las hierbas, y otro hecho de un material más suave para las resinas o minerales. Las resinas no se quedan adheridas a las superficies metálicas, por lo que es más fácil mantener el mortero limpio si es de este material.

       Cuchillos y tijeras: la mayoría de las brujas guardan cuchillos y tijeras separados de los demás para utilizarlos exclusivamente con las plantas mágicas y con otros propósitos relacionados con su práctica, pero no es imprescindible hacerlo. Las brujas de cocina que trabajan con hierbas culinarias y comida mágica tienen unas tijeras solamente. Asegúrate de mantener afilados y limpios estos instrumentos, y de que la hoja sea siempre la apropiada para el trabajo que estás realizando.

       Tarros y boles de vidrio: las brujas ya estaban obsesionadas con los tarros de vidrio antes de que se pusieran de moda. Utilízalos para almacenar tus plantas y hierbas, así como algunas de tus creaciones, como mezclas de incienso o sales de baño. Los boles úsalos, por supuesto, para efectuar mezclas. El vidrio no absorberá el olor de tus plantas y hierbas ni las afectará, y los boles de este material se pueden limpiar y reutilizar.

       Algodón natural: puede ser en forma de tiras de tela, bolsitas, hilo o la guata mullida que se usa en las almohadas. Es transpirable, lo que permite que la energía fluya libremente.

       Velas: como principal exponente del elemento fuego, las velas son muy populares en la brujería. Se pueden tallar o cubrir con aceites y hierbas, y se pueden quemar con fines específicos según el color de la cera.

       Aceites esenciales y portadores: los aceites esenciales, extremadamente concentrados, están hechos con un solo tipo de planta o flor que tiene propiedades medicinales o mágicas, y su olor denota que son una ­sustancia muy ­auténtica. Es peligroso emplearlos directamente, por lo que se mezclan con lo que se llama un aceite ­portador, que es seguro para la piel y tiene cierto aroma propio; son ejemplos de aceites portadores el de oliva, el de jojoba y el de aguacate.

       Cuerdas o cordeles: se pueden usar para atar manojos de hierbas destinados a ser colgados o quemados, y también se pueden usar en hechizos de nudos con el fin de atraer, alejar y proteger. El cáñamo es un material magnífico para hacer cuerdas o cordeles, porque esta planta sirve para intensificar cualquier acto de magia, como descubrirás en el capítulo cinco.

       Una escoba: las brujas utilizan escobas, en efecto. Desafortunadamente, ninguna ha descubierto todavía un hechizo que sirva para volar en ellas, pero lo lograremos. La escoba se utiliza para efectuar limpiezas físicas y mágicas, y sirve como amuleto de protección del hogar cuando se mantiene junto a la puerta principal.

       Herramientas de adivinación: la adivinación es lo que antes se llamaba leer la fortuna, a partir de mensajes procedentes de espíritus, dioses o el mundo invisible. Las cartas del tarot y oraculares, los péndulos y las bolas de cristal son herramientas de adivinación. También puedes obtener otras más vinculadas a la tierra, como runas de cristal o las varas celtas ogham, que están talladas en madera sagrada.

       Las manos: tus manos tienen un poder extraordinario. Tienen la capacidad de crear y destruir y de dar y recibir. Usarás tus manos para recibir energía de ciertas ­herramientas naturales, como los cristales, y enviarla imbuida de tu intención. Meterás tus manos en la tierra y las usarás para recoger flores y espinas, también para mover la energía, por lo que es importante que las mantengas limpias y saludables. El bálsamo curativo a base de hierbas del capítulo seis es ideal para las manos desgastadas por los trabajos de jardinería u horticultura y contiene la energía de siete hierbas y plantas mágicas.

      El árbol del mundo

      Desde que los seres humanos empezaron a compartir historias de carácter espiritual, han estado concediendo un papel protagonista a los árboles. Casi todas las culturas tienen un árbol del mundo, o árbol sagrado, que une toda la vida que hay en la tierra con la de los cielos y las criaturas del inframundo. El árbol del mundo nos recuerda que la magia nunca está lejos, y que cuando la necesitamos, solo tenemos que estirarnos hacia las estrellas y enraizarnos en la tierra, como si fuésemos un gran árbol. En el jardín del edén de la Biblia y el jardín de las hespérides de la mitología griega, el manzano era sagrado, y otorgaba conocimiento y sabiduría a cualquiera que comiese sus frutas. En la mitología nórdica, el árbol del mundo era un fresno gigantesco llamado Yggdrasil, y Odín estuvo colgado de una de sus enormes ramas como un ahorcado en un acto sacrificial. Los druidas de las islas británicas consideran que el roble es un árbol sagrado, y se sirven del refugio que les proporcionan los grandes robledales para celebrar sus reuniones mágicas. En la India, Buda alcanzó la iluminación mientras estaba sentado bajo una higuera sagrada conocida como Sri Maha Bodhi. Aunque el árbol Bodhi ha muerto o ha sido derribado por tormentas, siempre crece uno nuevo en su lugar. Conocerás todos estos árboles mágicos en el capítulo siete, titulado «La sabiduría de la madera».

      La creación de un espacio verde

      Tu hogar es tu santuario, y si practicas la brujería verde, lo será por partida doble. Tu hogar puede ser un lugar de poder y una fuente de energía mágica, y puede ayudarte en tu camino. Ahora que tienes todas las herramientas físicas necesarias, es hora de que generes la energía adecuada en el hogar.

      El hecho de limpiar y crear un espacio dedicado a tu práctica pone de manifiesto que estás trabajando para crear un espacio para la espiritualidad en tu vida. No tiene que ser una habitación entera o todo un invernadero, aunque puede serlo. Coloca tus herramientas y cualquier planta o cristal mágicos que tengas. Asegúrate de tener un espacio de trabajo fijo y un poco de material almacenado. Una vez que tengas listo este lugar, será el momento de pasar al resto de la casa. Te conviene emprender sin cargas el camino de la bruja verde, contando con un espacio relajante y tranquilo en el que puedas acoger lo nuevo.