Sanación para uno mismo y los demás
En la brujería verde, la sanación es un principio fundamental y un tipo de magia. El trabajo con los aliados naturales, como las plantas y los minerales, siempre ha tenido que ver con sanar para facilitar el crecimiento, como se ha expuesto antes, pero la cuestión es más profunda. Existe una diferencia entre curar una enfermedad y tratarla. La medicina occidental está muy enfocada en tratar los síntomas de las enfermedades. Esto es muy importante, pero no es lo mismo que curarlas. Supongamos que padeces insomnio y vas al médico. Puede ser que salgas de la consulta con la receta de un somnífero o, si has visitado a un médico holístico, tal vez con una caja de sobres de manzanilla con raíz de valeriana para que te hagas infusiones que te ayuden a conciliar el sueño. Estas medidas resuelven el problema del exceso de cansancio que te impide desenvolverte bien por la vida, pero no abordan la causa. Así como puedes decidir visitar a un terapeuta si percibes que tu insomnio puede tener que ver con el estrés, la brujería verde tiene como objetivo abordar el problema subyacente, no el síntoma solamente. Algunas soluciones pueden ser dormir con un trozo de citrino, colgar un atrapasueños en tu ventana si tienes muchas pesadillas o quemar salvia y lavanda en tu dormitorio para erradicar cualquier energía perturbadora.
La brujería verde te brinda las herramientas que necesitas para poder diseñar un plan de sanación más holístico, que puedes aplicar a enfermedades, relaciones personales, tu hogar, tu carrera profesional e incluso al conjunto del planeta, si lo consideras oportuno. Compartir estas herramientas o tus habilidades con otras personas también es un tipo de sanación, para ti y para ellas. Estar al servicio de otros habitantes del planeta de esta manera transforma muchas de las partes de ti que te parece que están mal en un poder que puedes usar para generar un cambio verdadero.
La comunión con el
mundo natural
No hay mejor maestro para estudiar la brujería verde que el mundo natural, con toda su sabiduría ancestral. Mucho antes del siglo de las luces, que fue la época en que el método científico comenzó a tomar forma, los humanos leían la tierra y las estrellas como si fuesen un manual de instrucciones. Observaban el cielo en busca de mensajes importantes que les permitiesen orientarse en muchos asuntos: cuándo cultivar, pescar o cazar; cuándo no salir de casa; en qué dirección viajar; qué tipo de acciones podían llevar a cabo para mejorar la vida de sus seres queridos, etc. Las brujas consideran que el hecho de que los humanos dejasen de recibir esos mensajes no significa que dejasen de enviarse. A continuación expongo algunas de las formas en que la tierra se comunica con las personas y explico cómo podemos aprender a escucharla.
Los elementos: no me refiero a los compuestos químicos de la tabla periódica, pero, al igual que ellos, también conforman el universo. Dentro del marco conceptual occidental, los elementos son la tierra, el aire, el fuego, el agua y el espíritu (o éter). Muchas brujas sienten que es importante traer la energía de todos los elementos al realizar actos de magia, o concentrarse en uno que pueda aportar el tipo de energía adecuado. Por ejemplo, la energía del agua es muy emocional, por lo que es perfecta en los rituales que tienen que ver con el amor y las relaciones. Se puede incorporar al procedimiento mágico como agua bendita o plantas acuáticas, o a través de un baño mágico.
El sol, la luna y las estrellas: tan natural como cualquier cosa que ocurra en la naturaleza aquí en el planeta es el hecho de que el cosmos está hablando constantemente a quienes están preparados para escucharlo, y tiene muchas formas de hacerlo. No ocurre solamente que todo nuestro concepto del tiempo está basado en los movimientos y hábitos de los cuerpos celestes, sino que, además, el estudio de la astrología nos puede proporcionar un conocimiento más profundo sobre el comportamiento y la historia del ser humano. Las fases de la luna nos ponen en contacto con los cambios emocionales y las estaciones, e incluso nos permiten ampliar la comprensión que tenemos de la humanidad. El hecho de prestar atención al movimiento del sol en tu zona te puede enseñar todo: a navegar, los ciclos de crecimiento de las plantas y animales, etc.
El tiempo atmosférico: realmente detesto que hablar sobre el tiempo que hace se considere un tipo de conversación intrascendente, porque yo podría hablar de eso todo el día. El tiempo atmosférico puede decirnos mucho sobre un lugar o una estación, e incluso puede indicar cuándo algo está muy mal. En las historias, el tiempo suele reflejar los sentimientos de los personajes o los sucesos que tienen lugar dentro de la trama; pero en la vida real, a menudo ocurre al revés: puede mostrarnos nuestras posibilidades y limitaciones, y determinar cuándo emprendemos ciertas tareas y cómo lo hacemos.
Las plantas y las flores: las plantas y las flores nos envían mensajes permanentemente con su olor, su forma, su color, sus ciclos de crecimiento, su sabor e incluso por medio de los animales que atraen o repelen. Las plantas pueden salvar vidas y pueden arrebatarlas con la misma rapidez. Pueden bendecirnos con la abundancia o maldecirnos con la pobreza y el hambre. También pueden ser amigas y sistemas de apoyo, fuentes de inspiración y un lenguaje que usamos para comunicarnos con los demás.
Los animales: tener una relación cercana, emocional y respetuosa con los animales es muy importante en mi práctica personal, y sé que mi caso no es único. Los animales de un lugar no solo pueden impartirnos enseñanzas sobre los ciclos de la naturaleza, sino que también pueden instruirnos sobre lo sobrenatural, la magia y todo lo que no se ve. Los animales son instintivos y muy psíquicos, y pueden sentir los cambios energéticos, los momentos repentinos de peligro e incluso los espíritus y seres sobrenaturales. El trabajo con un animal familiar (no solo con gatos) siempre ha sido muy relevante en el contexto de la brujería.
Los alimentos: nuestra relación con los alimentos puede tener mucho que ver con nuestra relación con los animales y las plantas, o tal vez no. En cualquier caso, la relación que tenemos con los alimentos es muy significativa, personal y, a menudo, cultural. Muchas brujas aplican comportamientos conscientes e intuitivos a sus elecciones y necesidades alimentarias, y se sirven de la comida para mantenerse conectadas con su cuerpo. En el caso de muchas personas, los alimentos también pueden proporcionarles una conexión fuerte con su entorno local o su herencia ancestral.
Los minerales y los cristales: los minerales y los cristales presentes en un lugar de forma natural pueden ser muy distintos de los que hay en otro lugar, y, como son muy antiguos, nos conectan a través del tiempo y el espacio. Ninguna de las tecnologías inteligentes que nos conectan a todos sería posible sin el cuarzo. Por esta razón, a los minerales y los cristales a menudo se los llama ancianos o guardianes de los registros.
La tierra: puede parecer obvio, pero si deseas comunicarte con la tierra, prueba a decirle «hola». A veces esto es tan simple como sentarse fuera, abrir el corazón y la mente y esperar una respuesta.
Brujería cosmopolita
No te extrañes si tu práctica cambia si te mudas o viajas a una nueva ubicación, aunque sea dentro de tu propio país o región. Mi ciudad está situada a lo largo del camino del ferrocarril subterráneo,* por lo que abundan en ella los practicantes de hoodoo (ver glosario), pero a dos horas de distancia está London (Ontario), ciudad que es conocida por sus bosques; allí, hay bastantes practicantes druidas que adoran a los árboles. La magia de Salem (Massachusetts) está inspirada en las prácticas inglesas de la época colonial debido a los infames juicios a brujas que tuvieron lugar ahí en 1692. En Luisiana, los esclavos y las personas de color libres combinaron sus prácticas religiosas africanas tradicionales con los santos y rituales cristianos para evitar ser