Salir vencidos o vencedores. Gonzalo Lezo De Córdoba. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Gonzalo Lezo De Córdoba
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9788412225143
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ser humano de hoy ni deja huella ni disfruta de no dejarla. Para desgracia, la gran mayoría, como decía anteriormente, ni siquiera es consciente de ello. Viven en el mundo feliz de Aldous Huxley adormecidos por el «soma» que menciona en su libro Un Mundo Feliz, que hoy en día no es ni más que menos que los medios de comunicación. Esas serpientes encantadoras que ponen lo que quieren que veamos por indicación de un poder mundial oculto para controlar y evitar que no nos rebelemos contra toda esta mierda que han creado.

      La gente defiende la derecha o la izquierda y fustiga a la dictadura porque ésta nos impide hacer lo que queremos. Pero vivimos una dictadura peor aún, la de la falsa democracia donde nos dicen que somos libres. Y a cambio, nos dicen cómo tenemos que pensar, cómo tenemos que educar a los niños, que ya no educamos sino que el sistema adoctrina por medio de Educación para la Ciudadanía, que suena muy bien pero no es más que adoctrinamiento social dirigido a menoscabar las libertades de las familias y a quitar la patria potestad a los padres.

      Nos dicen también cómo tenemos que defender leyes por las que no daríamos un voto a favor de éstas si fuéramos libres de verdad. Por ejemplo, la libertad de sexo a partir de los 12 años que no es más que una pedofilia encubierta y legalizada; leyes mordaza que nos obligan a cumplir bajo pena en muchos casos de prisión. Ni siquiera sabemos si lo que queremos lo necesitamos de verdad. Nos ponen los anuncios en la TV, en Internet, nos llenan de anuncios que nos hacen sentir que necesitamos cosas, que compramos porque las queremos pero ya no estamos seguros de si las queremos de verdad o si nos las han impuesto en nuestro cerebro de forma subliminal. Cosas que no hacen más que mantenernos en una espiral de consumo para satisfacer lo que nos han dicho lo maravilloso que son, pero que si las perdemos, lo perdemos todo. Con la dictadura nos meten en una jaula pero no nos quitan la libertad de pensar y de ser libres en la mente. Con los gobiernos de hoy en día, con esta falsa democracia que nos han vendido, nos han metido la jaula en nuestra cabeza, somos libres de andar por la calle, pero estamos prisioneros en nuestro cerebro.

      Hemos llegado a una situación en la que no somos capaces de ver en qué grandísimo problema nos han metido y nos hemos dejado meter. Porque nos han metido, no nos hemos metido nosotros solos. Ni siquiera somos capaces de ver el problema en sí. Percibimos que algo va mal, pero no nos paramos ni siquiera un minuto a pensar qué es lo que está mal ni cómo resolverlo. ¿Cómo podemos resolver un problema que no podemos ver y ni siquiera somos conscientes de que existe?

      • • •

      ¿Dónde nos encontramos la sociedad de hoy en día? No hemos llegado ni al principio de poder dar una solución. Ni siquiera somos conscientes de que tenemos un problema. Como decía antes, nos han acostumbrado a través de los medios, las películas, los gobiernos a que lo que tenemos es maravilloso y nos ponen imágenes de gente que lo pasa fatal para que estemos callados y agradecidos de no estar como ellos. Así es como nos tienen alienados.

      Karl Marx decía que la religión era el opio del pueblo. El que los mantenía dormidos para inutilizarlos y que así el poder haga con ellos lo que quiera. El opio de hoy en día son los medios de comunicación. La sociedad está completamente alienada y vive en una fantasía que le han hecho creer que es tal fantasía idealizada, pero la gente está vacía y peor aún, no se dan cuenta de que estamos metidos en un grandísimo problema. No lo quieren y no lo pueden ver. Nos han hecho creer que somos casi los mejores para que así no demos un minuto por luchar contra lo que está mal porque temamos destruir todo lo que hemos conseguido. Todo lo que hemos conseguido a base meternos en compras que nos han metido en la cabeza y por las que hemos pagado a base de sudor y lágrimas. Y nadie parece ver ni hacer o saber cómo hacer algo.

      Pero como en toda la etapa de la historia, siempre hay pensadores, luchadores, personas con integridad que procuran aportar con su existencia una solución para cambiar las injusticias por medio del pensamiento y de la acción.

      Hay solución. Y hay una solución mucho más rápida de lo que la gente imagina. Pero para ello, la sociedad tiene que despertar, tiene que luchar y tiene que educarse para saber diferenciar la mentira de la verdad. La civilización tiene que luchar por algo, tiene que luchar porque el mal no venza sus vidas. No puede dejarse llevar sin más. La vida es un don que debemos y tenemos la obligación de respetar. Lejos de una ofensa a Dios que nos dio la vida, es una ofensa a nosotros mismos. Que algo tan bonito como es la vida no la tiremos por la ventana como si fuera cualquier cosa. Al final moriremos como unos desgraciados, y os aseguro que en el lecho de muerte, nos arrepentiremos de haber llevado una vida vacía, una vida en la que no hemos cuidado la familia, los amigos, y sobre todo, y ante todo, a nosotros mismos.

      Una vida alejados de Dios nuestro referente, y creador de todas las cosas. No podemos ayudar al prójimo si nosotros necesitamos primero la ayuda para estar bien. Cuando una persona está en el lecho de muerte, nunca dice «tenía que haber ganado más dinero; tenía que haber conseguido más lujos...» lo que dice es siempre lo mismo «tenía que haber cuidado más a mis amistades, haberme llevado mejor con mis hermanos, haber cuidado más a mis hijos, y muero como he vivido. Como una auténtica basura». Y esa es la pena que vivimos lo creamos o no, pero que solo nos damos cuenta de ella en el lecho de muerte.

      Pero tengo buenas noticias: 2.000 locos que son los que imponen su dictadura en el mundo no pueden con 8.000 millones de ciudadanos. Podemos solucionar y vencer ese problema y podemos hacerlo YA. Hay una manera de empezar a darnos cuenta de lo que nos pasa y de salir de ese letargo en el que estamos metidos. Hay una manera de levantarse todos los días y de sentir que somos lo más importante del mundo. Hay una manera para darse cuenta de que tenemos el poder de cambiar y dirigir nuestra vida con respecto a nuestra conciencia y forma de pensar, y no de que nos la dirijan un grupúsculo de idiotas. Podemos entrar por la puerta de nuestra casa todos los días y sentir que con nuestra vida hemos ayudado a hacer un mundo más justo, mejor y mucho más digno. Todos en una sola acción a la vez tenemos el poder de cambiar las cosas, tenemos el poder de representar esa especie tan grande como es el ser humano y que cuando ha luchado en conjunto ha conseguido lo mejor de la vida y ha logrado todo lo que se ha propuesto. Divide y vencerás. Pues eso precisamente es lo que tenemos que hacer para no ser vencidos. Debemos unirnos, pues nunca hemos estado más separados, y luchar todos a la vez contra el mal.

      Solo nos falta darnos cuenta de que este paso es necesario y para ello tenemos que despertar y darnos cuenta primero del problema en el que estamos metidos.

      Todo problema en la vida sea de la índole que sea, pasa por 3 etapas:

      Etapa 1: Darse cuenta de que existe el problema. Imprescindible pues si el problema no lo ves, no lo puedes abordar. Y esto representa más de la mitad del camino. Un soberbio no puede ver su soberbia si no se para a pensar todos los días si lo que hace está bien o está mal. Un alcohólico no puede resolver su dependencia si no ve que tiene un problema con el alcohol. Un mentiroso no puede ser honrado si no ve que la mentira no lleva a ningún sitio.

      Etapa 2: Hay que buscar una solución para luchar contra el problema. Una solución bien razonada, no cualquier solución, si queremos que el problema se resuelva de verdad. Una solución que nos permita saber contra qué tenemos que luchar y que identifique todas las debilidades para abordarlas y darles solución. Cuanto más elaborada y analizada sea la búsqueda de la solución, mayor la probabilidad de éxito.

      Etapa 3: Hay que poner en marcha la solución al problema. Hay que mojarse las manos y empezar a luchar con las armas que hemos desarrollado para vencer el problema y eliminarlo de nuestras preocupaciones y desazones que destruye nuestras vidas. Y nunca parar. Nunca hasta el final.

      A lo largo de este libro, expondré los pasos que considero necesarios para darnos cuenta del problema; quién es el enemigo a vencer; qué herramientas usa el enemigo para descubrir cómo podemos inutilizarlas; y la propuesta de una solución que bien coordinada nos llevará a recuperar nuestra vida y nuestras libertades.

      En la Parte 1 del libro, expondré el problema y quien está detrás de todo el problema generado para hacerse con el poder mundial a base de destruir la sociedad civilizada como hasta hace unos años habíamos conocido.

      En la Parte 2, desarrollaré las herramientas usadas por este grupo de locos para destruir nuestra sociedad y nuestra libertad. De esta manera, podremos saber contra qué