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Editado por Harlequin Ibérica.
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© 2013 Victoria Dahl
© 2021 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
Demasiado sexy, n.º 228 - enero 2021
Título original: So Tough to Tame
Publicada originalmente por HQN™ Books
Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial.
Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.
Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.
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Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited.
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I.S.B.N.: 978-84-1348-669-7
Conversión ebook: MT Color & Diseño, S.L.
Índice
Este libro es para Jif, que intenta con todas sus fuerzas mantenerme casi cuerda.
Capítulo 1
La lluvia resbalaba por el parabrisas de su camioneta F-150 mientras esperaba a que el semáforo se pusiera en verde. La plaza de Jackson Town estaba desierta, pero parecía que la luz estaba esperando a que los turistas pudieran cruzar la calle, aunque, en realidad, no hubiera ninguno. Walker Pearce puso el limpiaparabrisas y deseó que las escobillas pudieran borrar la sensación que ella le había dejado en la piel al acariciarlo con los dedos. La cabina de la camioneta todavía olía a su perfume. Sin preocuparse de la lluvia, bajó la ventanilla y, cuando se abrió el semáforo, metió la marcha y aceleró.
No la odiaba. Lo que ocurría era que, cuando ella lo había llamado, él había pensado que quería que hablaran. Pero, por supuesto, no era eso lo que Nicole quería de él. Nunca era eso.
Sabía que él tampoco tenía demasiados escrúpulos. La había besado. De hecho, se habrían acostado alguna noche si no se hubieran sobresaltado porque habían estado a punto de sorprenderlos. Así que no, no podía decirse a sí mismo que estaba por encima de aquellas cosas. Sin embargo, tontear con la mujer del dueño del rancho no le había parecido tan mal cuando sucedía por casualidad. Un momento inesperado en la sala de arreos. Un encuentro accidental después de una fiesta de verano. Él no lo había propiciado, ni ella tampoco. O, por lo menos, él trataba de convencerse de que las cosas habían sido así.
Sin embargo, ya no trabajaba en el Rancho Fletcher, así que Nicole no podía dejarlo todo al azar. Lo había llamado y le había pedido que quedara con ella en Old Warm Springs. Le había dicho que era por un asunto importante, que necesitaba verlo. A él le había gustado eso, lo de sentirse importante para una mujer como ella. Pero lo había malinterpretado todo.
Se pasó una mano por la boca, pensando que iba a tener que afeitarse si no conseguía librarse del olor de su piel.
Tampoco habían mantenido relaciones sexuales en aquella ocasión, a pesar de que ella se le había subido al regazo y se había apretado contra él. No sabía por qué estaba tan empeñado en proteger el matrimonio de Nicole, porque no parecía que a ella le importara mucho. Antes de que lo