De la deconstrucción a la confección de lo humano. Oscar Nicasio Lagunes López. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Oscar Nicasio Lagunes López
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786077817543
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agudo y sabio Chesterton decía: “llegará el día en que se blandirán espadas por demostrar que las hojas son verdes en verano”.1 Profeta con sentido común. Hoy esas espadas se han desenvainado para defender lo obvio: “que en verano las hojas son verdes”, que la gran mayoría de los seres vivos, sean vegetales o animales, son heterosexuales y así se reproducen. Pero no se blanden las espadas para defender la heterosexualidad de plantas y flores, como tampoco de perros y gatos. ¡Ah! Pero qué lucha cuando se trata del ser humano, que también la biología lo clasifica entre los animales. Hay quien blande la espada para defender y quien para atacar. Hoy, las espadas de ataque a la heterosexualidad de los seres humanos chorrean sangre y hacen correr mucho dinero. En la descripción que el editor Laertes hace del libro de Oscar Guasch Andreu,2 dice textualmente:

      La heterosexualidad es un problema social grave, que limita la vida de millones de seres humanos. Esta obra explica que la heterosexualidad es un invento médico-burgués del siglo XIX. Y es que la heterosexualidad no es natural ni instintiva, y tampoco genética.3

      Así de claro. El combate de espadas no es sobre las decisiones libres de las personas, sobre si dos varones quieren convivir o dos mujeres casarse. Es sobre la naturaleza humana. La genética y la biología no tienen ya cabida en la definición de la persona humana; ésta queda reducida a la sola dimensión psíquica expresada en la decisión individual. El editor Laertes continúa presentando el libro así: “La heterosexualidad se aprende, cambia y se transforma; la de ahora ya no es la de antes”. El panta rei de Heráclito torna en la forma más radical.

      Para la biología y para el sentido común, la verdad salta a la vista; dos más dos dan cuatro, no es discutible, aunque a veces desearíamos que fueran cinco, otras tres; sin embargo, la naturaleza de las cosas no depende de los deseos o decisiones. Pero en la cultura contra-natura, esta evidencia no es cierta y hay que blandir la espada de la argumentación para “demostrar que las hojas son verdes en verano” y que la heterosexualidad es un dato estructural de la persona humana, tanto a nivel biológico como psicológico y espiritual. La ideología de género presenta un mundo utópico y es una verdadera revolución cultural,4 que pretende imponer que las hojas en verano no son verdes, que la dualidad sexual no existe en los seres humanos, que el matrimonio entre un hombre y una mujer es invención de la cultura occidental, que es un derecho para las madres matar a los hijos en su seno, y un acto de amor eliminar al anciano. Voy a exponer brevemente los puntos esenciales y hacer después una valoración crítica, recuperando lo positivo que hay en el fondo de ciertas posiciones y evidenciando, al mismo tiempo, los elementos más problemáticos.

       IDEOLOGÍA Y CULTURA DE GÉNERO

      La sexualidad ha sido siempre una dimensión humana controvertida: fuente de unión y de discordia. No cabe duda que en un pasado no muy lejano, y todavía hoy en no pocos países y culturas, el paradigma dominante ha sido la inferioridad, subordinación y dependencia de la identidad femenina respecto a la masculina. A cada sexo corresponderían, por determinación biológica, unas funciones sociales y unos comportamientos culturales que serían fijos e invariables. Esto ha conllevado discriminación y violación de los derechos fundamentales de las mujeres. Quien es sensible a los derechos de las personas no podía no reaccionar. La cultura occidental, sobre todo, lo ha hecho presentando una separación tan radical entre sexo y género, que ha llevado a muchos estudiosos a denominarlo “ideología de género”.

       Definición de género

      El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define el género, desde el punto de vista lingüístico, como “categoría gramatical inherente en sustantivos y pronombres, codificada a través de la concordancia en otras clases de palabras y que en pronombres y sustantivos animados puede expresar sexo”. Según esto se aprecian tres géneros: masculino, femenino y neutro. El término “género” proveniente del campo de la lingúística se aplicó, a partir de la década de 1960, a la psicología y a la antropología. Mientras el sexo es biológico, el género sería una construcción cultural correspondiente a los roles o funciones que en cada sociedad se asignan a los sexos. De hecho, el mismo Diccionario así lo recoge: “grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico”. Este paso de la lingüística a la antropología ha comportado, para el uso de la lengua, no pocos debates.

      La Real Academia ha publicado el Libro de estilo de la lengua española;5 en su primer capítulo insiste en rechazar el uso del “lenguaje inclusivo”; no debemos confundir sexo y género. Lo primero es “una condición orgánica de un ser vivo”, mientras que lo segundo “es una propiedad de los sustantivos y de algunos pronombres”. Asimismo, insiste en que “el carácter no marcado del masculino hace innecesario el desdoblamiento” en la mayor parte de los casos. Desde un punto de vista lingüístico, “no hay razón para pensar que este género gramatical excluye a las mujeres”.

      Según la nueva acepción impulsada por la ideología de género, se da una separación y una independencia entre la dimensión biológica y la psíquico-cultural de la persona, por lo que se puede decidir la propia identidad sexual y a qué género pertenecer, independientemente del sexo biológico que se posea. En palabras de sus impulsores, el género es una construcción radicalmente independiente del sexo:

      El género es una construcción cultural; en consecuencia, no es el resultado casual del sexo ni tan fijo como éste […]. Al decir que el género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo es un artificio libre de cualquier vínculo; en consecuencia hombre y masculino podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino.6

      “Aunque muchos creen que el hombre y la mujer son la expresión natural de un plano genético, el género se produce por la cultura y por el pensamiento humano, es una construcción social que crea la verdadera naturaleza de cada individuo”.7 El sexo está determinado biológicamente y constituye “lo dado”, lo no elegible. El género es la orientación sexual y la conducta sexual que depende de la elección personal; se hace con base en factores como la educación, los estereotipos, la cultura y el propio comportamiento. La decisión personal y la “soberanía absoluta” de la voluntad es el único criterio a tener en cuenta.8

      Se presenta así una identidad personal basada en el transformismo de las diferencias sexuales. La sexualidad es un continuum de identidad de género; en sus extremos están macho-hembra, heterosexual-homosexual. Entre los dos extremos hay muchas situaciones mezcladas. Cada persona puede oscilar entre diversas situaciones y polos considerando la propia identidad (más allá del sexo y del género) como múltiple, móvil, indefinida, cambiante, en relación a cualquier estática y sofocante fijación.

       Objetivo de la ideología de género

      Se podría hablar de muchos objetivos, pero en realidad creo que todos se centran en uno según sus promotores:

      El final de la familia biológica eliminará también la necesidad de la represión sexual. La homosexualidad masculina, el lesbianismo y las relaciones fuera del matrimonio ya no se verán como opciones anormales […] La humanidad podrá retornar a su sexualidad poliforma natural […] la igualdad feminista radical significa, no simplemente igualdad bajo la ley y ni siquiera igual satisfacción de necesidades básicas, sino más bien que las mujeres —al igual que los hombres— no tengan que dar a luz. La destrucción de la familia biológica, que Freud nunca vislumbró, permitirá el surgimiento de mujeres y hombres nuevos.9

      Se trata de una deconstrucción de la familia que implica varios aspectos, que progresivamente se han ido implementando. Siempre se ha dicho que la familia es la célula de la sociedad. Rediseñar la familia, mediante una deconstrucción de la misma, significa rediseñar la sociedad. Por eso, el objetivo es deconstruir las propiedades fundamentales de la familia: unidad, indisolubilidad, heterosexualidad, fecundidad,