Miradas prospectivas desde el bicentenario: reflexiones sobre el desarrollo humano en el devenir de doscientos años /compiladores Fabio Orlando Neira Sánchez, Jorge Eliecer Martínez Posada. wBogotá: Universidad de la Salle, 2011.
276 p. ; cm.
Incluye bibliografías.
ISBN 978-958-8572-44-4
1. Desarrollo humano- Colombia- 1810-2010 2. Desarrollo social-
Colombia- 1810-20103. Colombia - Historia -1810-2010 I. Neira Sánchez, Fabio Orlando, comp. II. Martínez Posada, Jorge Eliécer, comp.
303.44 cd 22 ed.
A1321864
CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango
Cátedra Lasallista 2010
Miradas prospectivas desde el bicentenario:
Reflexiones sobre el desarrollo humano en el devenir
de doscientos años
©Universidad de La Salle
ISBN: 978-958-8572-44-4
Bogotá, Colombia, 2011
Compiladores
Jorge Eliécer Martínez Posada
Fabio Orlando Neira Sánchez
Guillermo Alberto González Triana
Director Oficina de Publicaciones
Sonia Montaño Bermúdez
Coordinadora editorial
María Andrea López
Corrección de estilo
Mauricio Salamanca
Diseño y diagramación
Javier Torres
Fotografía de carátula
ePub por Hipertexto / www.hipertexto.com.co
Introducción
En el marco de las celebraciones del Bicentenario de la Independencia de Colombia, la Universidad de La Salle se pregunta por el devenir del Desarrollo Humano a partir de este acontecimiento.
La pregunta que se plantea, a manera de puerta de indagación, a un problema del presente que es posible rastrear desde el acontecimiento mismo de lo que hoy llamamos Colombia es: ¿Cómo se ha dado el desarrollo humano en el acontecer de 200 años de historia de Colombia para pensar nuestro presente y proyectar nuestro futuro?
Al preguntarnos por el Bicentenario como un acontecimiento, este se presenta como una irrupción histórica que marca una diferencia con los momentos anteriores del territorio que hoy poblamos, y permite ver la diferencia en lo que hoy somos como colombianos, para indagar cuáles son las prácticas que nos permiten actualmente hablar de lo que somos, pensamos y decimos como sujetos y así proyectar lo que seremos, pensemos, digamos y hagamos en el futuro de nación que queremos construir.
Inquirir por el valor del acontecimiento Bicentenario es, a su vez, preguntarnos por nuestro presente, y es, por lo tanto, indagarnos por el mismo a la luz de las prácticas y de los discursos que acompañaron ese momento de la Independencia, para la toma de conciencia de sí mismos, como país que se nombra como nación y que se sitúa en el pasado para pensar su presente y proyectar su futuro. De ahí que el movimiento de interrogación sobre el desarrollo humano es preguntarse, en un primer momento, por la libertad.
Así, el desarrollo puede concebirse “como un proceso de expansión de las libertades reales que disfrutan los individuos. El que centremos la atención en las libertades humanas contrasta con las visiones más estrictas del desarrollo, como su identificación con el crecimiento del producto nacional bruto, con el aumento de las rentas personales, con la industrialización, con los avances tecnológicos o con la modernización social” (Sen, 2006 p. XX).
Asimismo, el desarrollo puede ser visto desde una perspectiva distinta al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) o a la ampliación de las posibilidades de acción mediante recursos tecnológicos. Tal perspectiva considera al desarrollo como un aumento de las “libertades reales”, como la educación, el acceso a servicios de salud, el hábitat, la distribución equitativa de los recursos, la libertad de expresión, entre otros; y de las cuales disfrutan las sociedades capitalistas contemporáneas. En tal sentido, “el desarrollo exige la eliminación de las principales fuentes de privación de la libertad: la pobreza y la tiranía, la escasez de oportunidades económicas y las privaciones sociales sistemáticas, el abandono en que puedan encontrarse los servicios públicos y la intolerancia o el exceso de intervención de los estados represivos” (Sen, 2006, p. 19).
Lo que importa en esta revolución que se dio hace 200 años, por un pueblo colmado de ánimo, no es solo la separación del gobierno extranjero sino es el grito de libertad, es el signo de que “los hombres quieren darse la constitución política que les convenga y que quieren” (Foucault, 2009 p. 36); por eso, esta revolución de 1810 es un acontecimiento que no se puede olvidar, porque revela que el desarrollo de un pueblo depende del valor que este dé al marco de sus libertades para dirigir sus acciones, es decir, gobernarse.
El Bicentenario, como celebración de la Independencia, es nombrar la revolución de 1810 como acontecimiento que se enuncia en el pasado; pero, que constituye una vitalidad permanente para nuestro presente y futuro, y que al reflexionarla desde las preguntas actuales del desarrollo, garantiza el no olvido y la continuidad de una marcha por lo humano.
Por lo tanto, preguntarnos por el Bicentenario de la Independencia es la pregunta por las libertades reales de los hombres y mujeres, jóvenes, niños y niñas de esta nación; es interrogarse por esta actualidad desde un marco histórico de un proceso de esas libertades que se dio desde un acontecimiento en 1810; pero, que reclama en el hoy la pregunta por las libertades actuales que nos permitan decir Independencia como horizonte permanente en la construcción del proyecto de nación.
Así pues, el abordaje de la pregunta se hace desde una mirada inter y transdisciplinar que, a manera de indagación, ponga en la escena de la academia un hecho histórico que sigue significando y que debe significar como proyecto de nación, de sociedad y de individuo; y para el que el hecho educativo debe constituirse en un instrumento de interlocución, cuestionamiento y proyección válido desde el cual sea posible repensarnos y rehacernos en el sentido pleno que las demandas históricas colocan a los sujetos y a las sociedades en su tiempo presente.
El resultado de esta indagación está recopilado en lo que se denominó la 3a Versión de la Cátedra Lasallista titulada: “Miradas prospectivas desde el Bicentenario: reflexiones sobre el desarrollo humano en el devenir de doscientos años”; un ejercicio reflexivo de las distintas unidades que constituyen el corpus académico de la Universidad de La Salle en el que se pensaron a sí mismas en este devenir, de la mano de la voz externa de connotados expertos nacionales e internacionales que ampliaron el horizonte en la discusión.
Es una mirada al Bicentenario no como un hecho histórico de simple recordación o rememoración; sino como un punto de mira en el cual la academia de la Universidad interpela críticamente su papel histórico y su contribución al mismo; intentando constituir una dinámica trascendente que efectivamente se ponga al servicio para la solución de las necesidades coyunturales del país en una apuesta enraizada en los orígenes, consciente de los impactos y desarrollos culturales que el devenir de los tiempos han constituido como nuestra forma de ser y estar en el mundo.
Los campos disciplinares que abordaron la propuesta fueron:
La Ingeniería y las Ciencias del Hábitat
El Agro y las Ciencias de la Salud
El Humanismo y la Ciencia
La Filosofía y las Ciencias de la Educación.
Las Ciencias Económicas y Sociales, y las Ciencias Administrativas