Política, ideología y poder aplicados a organizaciones. Jorge Etkin. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Jorge Etkin
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789878358291
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que estabilizan y orientan las fuerzas no solo en el sentido de la eficacia de conjunto. Grupos de poder que movilizan al conjunto pero también avanzan en el sentido de proyectos propios. Una diversidad que aporta y fija condiciones, que es parte de la realidad política donde operan grupos con posiciones diferenciadas. A ello refiere en el gráfico la mención a la tensión dialógica en las decisiones. Destaca la vigencia de posiciones duales, de distintas razones y motivos, que no son coherentes, pero que confluyen en el sistema. Esto implica que el tema de lo sustentable, en cuanto a la necesaria viabilidad y el desarrollo, no se relaciona solo con optimizar el objetivo de hacer negocios. El gráfico muestra que las relaciones y procesos de política y poder en la organización compleja deben aportar creatividad para procesar los aportes y también las resistencias al Gobierno, a la Dirección y a la Gerencia. Reconocer la existencia de disonancias entre fines propios y de conjunto, la concentración y delegación, las finanzas y la responsabilidad social. En el gráfico esta posición es también aplicable en cuanto a las relaciones en el Contexto. Allí la idea es destacar no solo el peso externo del orden instituido y el desarrollo tecnológico. Una realidad compleja donde operan diversidad de actores enfocados en sus intereses. Realidad que no siempre es compatible con las condiciones y proyectos relacionados con el desarrollo y la calidad de vida en la organización. La idea de la organización sustentable es constructiva, y a través de la gobernabilidad aplica una visión que permite procesar, no solo limitar, la diversidad y tensiones propias de la realidad sociopolítica del sistema.

      1. Borges, Jorge Luis. “El jardín de senderos que se bifurcan”. En Ficciones. Emecé Editores. Buenos Aires, 1956.

      2. Ibidem.

      3. María Kodama es licenciada en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires; fue designada Profesora Honoraria de la UBA. Creó y preside la Fundación Internacional Jorge Luis Borges. Conferencista en numerosas universidades del mundo y autora de Relatos y de Homenaje a Borges (ambos editados por Sudamericana). Traductora, con Borges, de varias obras. Recibió diversos premios y distinciones.

      Primera parte

      Análisis del poder en las organizaciones

      Capítulo 1

      Poder: capacidad y relación condicionada

      1. Bases y alcances del poder

      Para comenzar, explicaremos los rasgos comunes del poder en las relaciones humanas en las organizaciones, con una perspectiva amplia que reconoce sus dimensiones políticas, económicas y socioculturales. A medida que avancemos, el análisis estará focalizado en el poder político y su presencia en las funciones de gobierno y alta dirección en organizaciones complejas. No se trata de una visión del poder en cuanto a nuevas formas de aumentar su efectividad, sino del análisis de su presencia y sus efectos en una realidad organizacional donde operan dilemas, tensiones y temas conflictivos. Un análisis del poder en los problemas de relación, comunicación y decisión en las organizaciones, destacando también su contribución a las soluciones.

      El poder implica una pauta o modo de relación donde prevalece la voluntad del emisor. En su versión más amplia o integradora, llamada influencia, ejerce sobre el receptor la persuasión en busca de su aceptación voluntaria. Mientras que en su versión más restrictiva, el poder opera como una fuerza física sobre la persona del receptor; es una relación de dominación. Entonces, la relación de poder incluye una actitud de aceptación de los mandatos aunque no carente de cierta resistencia (divergencia, discrepancia). Consiste en una interacción desigual que provoca tensiones y rechazos, lo cual lleva a revisar las condiciones iniciales. Ello es inherente a la dinámica del poder, que implica interacción y reglas de juego, sin convertirse en una fuerza unilateral; no es sometimiento.

      Desde el inicio debe advertirse que el concepto de poder se expresa mediante distintas fuerzas que operan con diferente intensidad; es decir, con cierto margen de libertad en la relación. En un proceso recurrente, la relación de poder tiene aspectos que se debilitan y otros que se consolidan a lo largo del tiempo. En función de ello es posible distinguir entre la influencia (persuasión), la autoridad (basada en el derecho) y la dominación (control de la persona a través de los recursos). Se trata de una relación desigual donde prevalece una voluntad, pero son diferentes los incentivos y las fuentes, la amplitud de la pretensión y el tipo de aceptación logrado.

      El poder afecta a las relaciones entre individuos o grupos estructurados con diferentes funciones y facultades, lo que implica un ordenamiento en distintos niveles de acuerdo con la capacidad de los actores para tomar decisiones o controlar los recursos que otros necesitan. La relación de poder distingue entre quienes toman las decisiones (emisores) y quienes tienen la función de llevarlas a la práctica (receptores). No se trata de una relación inalterable, sino de una pauta instalada y reconocida, por distintas razones de orden jurídico o contractual, en el marco del proyecto compartido con directivos y ejecutores. Esta descripción opera en el plano de lo formal planeado y de lo informal emergente, dado que el poder es una práctica que reconoce múltiples fuentes, sean o no oficiales.

      Valga como ejemplo las acciones impulsadas por los líderes en una fábrica para enfrentar a las nuevas tecnologías que traen desempleo o los movimientos en un periódico donde distintos candidatos discuten y compiten por el cargo de jefe de redacción. Piénsese también en la decisión de un banco de no ampliar los créditos a los clientes mientras no cumplan con sus deudas, las acciones de la gerencia de personal para limitar la influencia del gremio en la empresa, la estrategia para desplazar a un competidor en el mercado (lucha competitiva), la posición del profesor en su relación con los alumnos respecto de exámenes y calificaciones, la relación entre el juez y los imputados en un proceso judicial, los manejos de grupos de interés en el directorio para tratar una política de empresa, la comunicación a los internados sobre las reglas de ingreso y salida de la residencia, etcétera.

      Se trata de entender estas relaciones desiguales en un contexto determinado y también de reconocer la amplitud y limitación de las perspectivas del análisis. En el caso de una residencia de ancianos, el foco puede ampliarse incluyendo las expectativas y demandas de los familiares, los intereses del seguro de salud, las regulaciones del Estado sobre la calidad de los servicios, la relación con los profesionales médicos y con los laboratorios proveedores de medicamentos. Como vemos, un espacio donde operan diversas fuerzas y lazos emocionales que confluyen en un equilibrio inestable, dado que el poder tiene resistencias y se construye en forma continuada.

      La resistencia o defensa desde la posición del receptor mantiene el poder en tensión, o sea, con su potencial limitado, con espacios donde no avanza, salvo desarmando la relación. Desde la psicología, James Hillman dice: “Creer que el sistema funciona mejor cuando lo hace sin obstáculos es una visión simplista. El poder necesita problemas; como juego de fuerzas el poder disfruta de las complejidades renuentes, que no se someten. Estos componentes de cualquier sistema alimentan al poder y lo mantienen en un estado de alta tensión”. Si bien esa tensión consume energías, también moviliza y actualiza al poder, lo mantiene alerta; adquiere capacidad para procesar y limitar la adversidad.

      En su estudio sobre la realidad del poder, Michel Foucault diferencia la represión de la aplicación de la ley, esas situaciones extremas de la relación. “No es el poder como conjunto de instituciones y aparatos públicos lo que garantiza la sujeción de los ciudadanos en un Estado determinado. Tampoco un modo de sujeción basado en reglas, opuesto a la violencia. El poder en las organizaciones no tiene la forma de una pirámide ni es una relación fija previsible. El poder opera en un contexto de múltiples relaciones de fuerzas que se apoyan (alianzas) y se enfrentan entre sí (oposiciones).” En la organización, además de una relación entre niveles dependientes de un punto central, operan fuerzas locales que interactúan y aportan proyectos. Se trata de un juego