Los disparos de Joey rompieron el contenedor de mostaza y la rociaron por todo el carrito. Otro rompió el vidrio que rodeaba la rueda del carrito de hot dogs. Un tercer disparo roció los bollos por todo el carrito y el área alrededor del mismo.
Megan gritó: "¡Tengo a uno!".
Joey volvió la cabeza ligeramente mientras respondía. "¡Excelente!". Se volvió hacia el puesto de hot dogs y vio movimiento detrás de él. La cabeza de alguien se agachó debajo de la línea de visión. Joey apuntó más abajo, hacia la base de madera del estrado, e hizo un par de disparos, esperando que penetraran la madera e hirieran al asaltante.
En cambio, uno de los dos disparos golpeó el tanque de propano que el vendedor de hot dogs usaba para cocinarlos. El tanque de propano explotó y voló el carrito. La conmoción de la explosión botó a Joey y Megan sobre sus espaldas. Las llamas de la explosión se elevaron a quince pies en el aire, y la base de madera que era la base del puesto, ardía con alegría. Gritos de "¡Scheisse!" [N. de la T.: Scheisse en alemán significa ‘mierda’], se podían escuchar desde el puente sobre el sendero. Dexter había llegado a la seguridad de la media pared un instante antes de que explotara el carrito, y tanto él como Louie se agacharon para evitar la explosión.
Mientras Joey y Megan se levantaban, trozos del puesto de hot dogs calientes todavía caían a su alrededor. Algunas de las piezas estaban en llamas y otras no.
Megan se echó a reír. "Joey… lo hiciste de nuevo!".
Después de unos segundos, Joey comenzó a reírse con ella. "¡Ni siquiera pensé que ese carrito tuviera algo que explotara!". Joey tenía fama de explotar accidentalmente las cosas.
"¡Oye, Joey!" llamó Dexter. "¡Si querías a ese tipo para ti, debiste haberlo pedido primero!".
Megan comenzó a reír más fuerte, y Joey también podía escuchar a Dexter y Louie reír.
"¡Oigan!" gritó Joey. "¿Notaron algo?".
Los otros tres miraron a su alrededor.
"¡Nadie nos está disparando!", dijo Louie
"¿Crees que se han ido?", preguntó Dexter.
Megan le respondió. "Cariño, si nuestro conteo fue correcto, solo deberían haber quedado dos: el tanque de helio consiguió uno, los tiradores dispararon a su propio hombre, yo le disparé a uno para protegerte y que alcanzaras a Louie, y Joey explotó uno. Eso son cuatro eliminados. Incluso tendría que pensar dos veces acerca de probabilidades como esa".
Los tres hombres y la dama se levantaron lentamente. Mientras inspeccionaban el área, Joey escuchó una voz.
"¡Cariño! ¡Te trajimos algo!".
Quien hablaba era Misty Wilhite. Con ella estaba Jessica Queen, y ambas damas tenían pistolas apuntadas a dos hombres que caminaban frente a ellas. Los dos hombres eran rubios, de unos treinta años, y un hombre llevaba gafas. Sus manos estaban entrelazadas sobre sus cabezas.
"¿Estabas buscando a estos tipos, intrépido líder?", preguntó Jessica
Las damas se detuvieron frente al baño. A sus prisioneros, Jessica les dijo: "De rodillas, caballeros… ¡AHORA!".
Los hombres se pusieron de rodillas.
"Las manos detrás de la espalda, por favor… y oh, muuuy despacio", dijo Misty.
Lentamente, los hombres pusieron sus manos a la espalda y Misty puso las esposas a ambos mientras los compañeros se reunían alrededor de los dos prisioneros.
Misty dijo: "Louie, ¿podrías esposar al hombre al lado del tanque de helio? Está dañado, pero está vivo".
El prisionero con las gafas murmuró: "Scheisse".
Joey le dio un golpe al hombre con el pie y dijo: "Realmente no quiero oírte hablar en este momento". A los demás les dijo, alzando la voz para que Louie pudiera escuchar también: "¿Alguien reconoce a estos tipos?".
"Sí", dijo Marcus Moore. Acababa de acercarse a ellos, con su arma apuntando en el aire. "El caballero de las gafas es Hans Krause. Es mercenario y traficante de armas de poca monta… de Alemania".
"¡Hola, Marcus!", dijo Joey. "¡Me alegra que pudieras unirte a nosotros! ¿Cómo supiste dónde encontrarnos en el parque?".
Marcus sonrió con pesar. "Solo seguí el humo… supuse que serías tú".
Megan comenzó a reír de nuevo. "¡Ese es nuestro Joey!".
MÁS TARDE, CON EL PARQUE lleno de hombres del FBI rondando, Joey y los otros socios hablaban con Marcus.
"El hombre que cayó del árbol cantó como un pájaro", dijo Marcus. "Le dije que no habría ayuda médica para él hasta que me dijera lo que quería saber". Miró a Joey. "Sus radios están comprometidas. Tenían radios, y así es como sabían que hoy estarían aquí: los escucharon a todos hablando acerca de eso. Tal vez quieras hablar con este chico". Le entregó a Joey una tarjeta. "Su compañía fabrica radios encriptadas. La mejor apuesta para la comunicación privada. De todos modos, no pertenecen ni a Fernández, ni a la familia Giambini. Son mercenarios, que solo buscan sueldo para capturarlos. Eso es un gran cambio, ya sabes… vivo o muerto".
Las miradas sobrias en los rostros de los socios contaban la historia. Se sorprendieron de que todo esto hubiera sucedido, y aún más asombrados por el motivo.
Misty miró a Joey y dijo: "No puedo llevarte a ningún lado, ¿verdad?".
Todos se rieron entre dientes, pero el significado estaba claro: con una recompensa no solo sobre la cabeza de Joey, sino también por la de todos los demás, iba a ser difícil mantener su negocio.
Más allá de la cinta amarilla de la escena del crimen, una pequeña multitud se había reunido. Entre ellos estaba Miriam Apple de las noticias de Channel 7 News, quien llamó a Joey. A su lado estaba Steve, su camarógrafo siempre presente.
"Guau", dijo él. "Déjame hablar con ella por un minuto, luego todos nos iremos a casa. ¿Alguien quiere unirse a mí?".
Marcus sacudió la cabeza, pero los otros socios se unieron a él. Se acercaron a Miriam e intercambiaron bromas.
"Tengo un par de preguntas, Joey", dijo Miriam.
"Adelante".
Steve asintió con la cabeza.
"Junto a mí están Joey Justice y los otros socios de Seguridad de la Justicia. Joey, ¿qué pasó aquí hoy?".
"Bueno, algunas personas malas intentaron emboscarnos…", comenzó Joey, y contó una breve sinopsis del tiroteo.
La siguiente pregunta tomó a Joey por sorpresa.
"Esto es para todos los socios: muchos de los residentes de la ciudad tienen miedo de lo que está sucediendo. ¿Cuál es su reacción ante la acusación de que Seguridad de la Justicia se ha convertido en un peligro para esta ciudad?".
Joey estaba estupefacto y sin palabras.
Louie se hizo cargo rápidamente. "Todo lo que puedo decir es que no tenemos control sobre lo que hacen los malos en esta ciudad. Todo lo que podemos hacer es asegurar a la gente que los mantendremos lo más seguros posible. ¡Esa es nuestra promesa a los ciudadanos de esta ciudad!".
Cuando el grupo comenzó a caminar en dirección a sus autos, Miriam dijo: "Una última pregunta: ¿Cómo los hicieron sentir los eventos de hoy?".
Los socios se detuvieron y se miraron entre ellos.
Louie se volvió hacia Miriam y dijo: "Solo otro sábado en el parque, Miriam".
Nuevamente comenzaron a dirigirse hacia sus autos, con sus mentes enfocadas en una cosa: su hogar.
PARQUE