Filosofía del perdón. Menéxeno. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Menéxeno
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9786078676330
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Aphiemi es mandar de forma separada, dejar ir, abandonar. Ciertamente no posee el mismo carácter monetario que el latino, pero en el sentido griego significaba de manera literal dejar ir, lo cual puede implicar el dejar ir algo que se tiene en la mano.

      ¿Cómo es que evolucionan estos sentidos antiguos al contemporáneo?

      Ciertamente, los sentidos tuvieron que ir cambiando, evolucionando para adquirir el carácter contemporáneo. Si se realiza algo de trabajo, se puede observar la conexión. El punto de este trabajo es ahorrar el tiempo respecto a algunos temas. Por tanto, se explicará cómo, de manera plausible, fue cambiando cada uno.

      Por una parte, perdonare posiblemente cambió al término contemporáneo de la siguiente manera: la deuda que se regala se transforma a una ofensa. Cuando yo debo algo, estoy ofendiendo porque altero la relación que tenía con esa persona. Soy la causa de la inestabilidad de algo que presuntamente era estable. Quedo en deuda de restablecer esa armonía. El perdón me permite reponer lo que debía.

      El cambio de la palabra latina se da por medio de la metáfora. La deuda no solo es entendida en sentido monetario. Puedo deber un favor, una propiedad, un esclavo, un crimen, una agresión o una ofensa. Provoco un desbalance cuando debo y necesito reponerlo para saldar la deuda. El perdonar latino, por tanto, es dejar pasar ese desbalance, ya sea ignorarlo u olvidarlo.

      Por su parte, aphiemi no se distingue tanto de perdonare en cuanto al cambio. Aphiemi, de igual forma, sufre un cambio metafórico. Mientras que puede argumentarse que el sentido latino en sí ya es metafórico, el griego, no. Aphiemi implica el dejar ir, literalmente; tener algo sujeto y soltarlo. Si yo tengo sujeto a alguien de la mano, ejerzo el perdón al dejarlo ir. Violentando la historia, puede argumentarse que el sentido griego vino primero, y la cultura latina lo heredó y adaptó.

      Ahora se entiende más la evolución de la noción del perdón. Por lo cual, considero que ya se cuentan con los elementos necesarios para afinar la definición dada. Estos nuevos elementos complican nuestra definición, exigen que se extienda para poder esclarecerse. ¿Cuáles son los elementos del perdón?

      Los elementos más obvios son los partícipes que se requieren para el perdón, a saber, dos. Por un lado, tenemos a la persona que causa desbalance en la relación (el deudor). Por otro, tenemos a la persona que sufre ese desbalance (el acreedor). Estos dos elementos son buen inicio para ir infiriendo los demás.

      El deudor y el acreedor tienen una relación que es afectada por una deuda. Es una relación que cambia. Alguien me presta dinero porque lo requiero. Obtenemos elementos como la deuda y la relación afectada por la deuda. Yo debo lo que me prestaron y no estoy a la par con el otro porque le debo. Hasta que pague se saldará la deuda.

      La deuda puede existir y no ser reconocida por alguna de las partes. Esto genera conflicto en ellas. ¿Cómo puedo cobrar si el otro no está consciente de que hay una deuda? ¿Cómo puedo pagar si el otro no está consciente de que le debo? El conocimiento de la deuda por las dos partes es esencial para que pueda ser saldada.

      Una vez que se reconoce la deuda, se reconoce que se alteró la relación. Aparece un cambio en la forma en la cual las dos partes se tratan entre sí. No es igual hasta que sea repuesto aquello que es debido. Este cambio en la relación provoca que el deudor sienta la necesidad de saldar la deuda. Es consciente de aquello que lo llevó a quedar en deuda y entiende que tienen que componer la relación.

      Por último, para que se restablezca la relación es necesario que se salde la deuda. Eso implica que se pague lo requerido. Este último paso trae algunas complicaciones porque la deuda no siempre se paga con lo que se debe originalmente. Hay veces en las cuales el pago requiere ser mayor. Otras en las cuales la deuda no se puede saldar. Depende en gran medida del acreedor. Pero, en teoría, con dar lo que se debe, debería bastar para saldar la deuda y que las dos partes regresen a la situación anterior.

      Una vez desvelados los elementos, podemos exponerlos de la siguiente manera:

      • Deudor

      • Acreedor

      • Deuda

      • Conocimiento de la ofensa

      • Actitud deudor-acreedor

      • Conocimiento de la relación

      • Búsqueda de reparar la deuda

      • Pago para saldar la deuda

      • La deuda saldada

      Ahora, por propósito de hablar del perdón, es justo traducir los términos por aras de la discusión. Traduciendo al lenguaje del perdón, quedaría de la siguiente forma:

      • Agresor

      • Víctima

      • Agresión

      • Conocimiento de la agresión

      • Actitud agresor-víctima

      • Conocimiento de la relación

      • Vergüenza, arrepentimiento

      • Reconocimiento del error y búsqueda de redención

      • El perdón

      Con los nuevos elementos, podemos reformular la definición del perdón con el fin de ampliarlo y afinarlo mejor. La definición nueva sería la siguiente: El perdón es la acción mediante la cual una víctima deja ir emociones negativas producidas por una agresión que afectan la relación con el agresor, entendiendo que el agresor siente vergüenza por el daño causado. Por tanto, el agresor busca restablecer la relación previa al acto agresivo.

      Es decir, si hay una agresión, para que se perdonara se necesitaría que la persona que fue agredida dejara ir el dolor que le provocó el agresor y las emociones como tristeza, enojo, decepción. Lo deja ir porque entiende que la persona que lo dañó se siente arrepentida por lo que hizo. El agresor comprende que lastimó y esa herida causa que la relación se afecte. El que hirió quiere que las cosas regresen a la normalidad.

      Dada la definición anteriormente expuesta, se podría decir que el trabajo está concluido y no es necesario hablar más del perdón. ¡Si tan solo las cosas fueran tan fáciles!

      Capítulo 2. El problema del perdón: el ser humano

      La definición del perdón con la que se concluyó el capítulo uno, a primera instancia, satisface. Vista de nuevo, trae algunos problemas respecto a sí misma, de los cuales se destacan:

      1. La definición es muy idealista. El perdón no funciona de esa manera. Es usual que siempre se ausente más de un elemento: alguna de las partes no quiere reconocer la ofensa; a veces, no se pide perdón; otras veces no se perdona. También se da un perdón político sin que realmente sea sincero y haya arrepentimiento: busco que se restablezca la relación, pero no me importa el otro ni lo que haya sentido.

      2. ¿Existen más elementos para el perdón? ¿Sobran elementos? ¿Qué sucede con el perdón si no se pueden cumplir todas las partes? La naturaleza del perdón sigue siendo muy oscura. Las partes todavía no están profundizadas ni explicadas a mayor detalle.

      3. ¿Qué sucede si perdono y la persona sigue cometiendo los mismos actos? Este problema es muy común. Puede existir arrepentimiento genuino, pero también la incapacidad de evitar cometer los mismos actos. El problema es que se va perdiendo confianza y credibilidad en la otra persona. El perdón va perdiendo su fuerza y la relación no se restablece, se daña más.

      4. ¿Cómo puedo enseñarle al otro sobre el perdón? Hay gente orgullosa que se rehúsa a pedir perdón. Considera que es indigno humillarse y quedarse a la merced del otro. ¿Cómo puedo seguir adelante ante una ofensa que el otro no quiere reconocer, ni siente compromiso respecto a mí?

      Estos son algunos problemas, pero no son los únicos que se pueden encontrar respecto a la definición. Considero que son los más relevantes