Aunque tenga miedo, hágalo igual
Técnicas dinámicas para convertir el miedo, la indecisión y la ira en poder, acción y amor
Susan Jeffers
Índice
Introducción: Abriendo la puerta
1. ¿A qué le teme usted… y por qué?
2. ¿No puede usted enfrentarse a ello?
4. Lo quiera usted o no… es suyo
5. Pollyanna vuelve a cabalgar
6. Cuando «ellos» no quieren que usted crezca
7. Cómo tomar la decisión de no perder
8. Hasta que punto es todo «toda su vida»
9. Mueva simplemente la cabeza para decir ¡sí!
10. Eligiendo amor y confianza
11. Llenando el vacío interior
Título original: Feel the Fear and do it Anyway
© Susan Jeffers
© Redbook Ediciones, s. l., Barcelona 2020
Diseño de cubierta: Regina Richling
ISBN: 978-84-9917-600-0
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Para los maravillosos dones de la vida y del amor dedico este libro a mi madre Jeanne y a la querida memoria de mi padre,
León
Reconocimientos
Todos necesitamos de un pelotón de amigos que nos aliente, y los que forman el mío son sensacionales: Marta Lawrence, mi querida editora, dueña de un maravilloso talento; un ser humano luminoso cuya fe y confianza en mi libro llenan mi corazón y me elevan; Dominick Abel, mi agente, que se preocupa de todo, es optimista, alentador y siempre ha estado a mi disposición; Ellen Carr, mi dinámica y consagrada «socia», que colaboró en mi primera aventura literaria... y fue la precursora de mi trabajo en el tema del miedo; Ruth van Doren y los estudiantes de la New School for Social Research, de Nueva York, que me proporcionaron un entorno receptivo para empezar a dictar mis enseñanzas sobre el miedo; Kathryn Welds, en el Anexo de la Ucla, que acogió con calor mi labor en California y la sigue difundiendo; Nancy Evans y Sandra Carter, mis amigas y «mentoras», que creen en mi talento de escritora y aplauden todos los pasos que doy; Diana y Paul von Welanetz y los miembros del Límite Inferior, que hasta se suben a las sillas y vitorean todos los éxitos; Roslyn Rayes, mi maestra, quien, hace ya muchos años, me alentó a que fuera hasta donde me resultara posible; Sally Lefkowitz, que me sigue enseñando cuál es el rostro del indomable coraje; Marcia Golov, mi maravillosa hermana y una de mis mejores amigas; y la multitud de maestros y alumnos que he tenido a lo largo de los años y que me ha inculcado una alegre sensación de buen hacer. El cielo me ha bendecido también con dos hermosos hijos: Leslie y Gerry, quienes me recuerdan sin cesar lo importante que soy para ellos; dos bellos hijastros, Guy y Alice, que me han abierto tan afectuosamente sus corazones; y mi amado esposo, Mark Shelmerdine, un hombre que es toda una alhaja, aplaude mi labor y me colma incesantemente de amor. Nada tiene de asombroso que, con tan afectuosa energía tras de mí, la elaboración de este libro haya fluido armoniosamente y me haya colmado de alegría.
Introducción: Abriendo la puerta
¿Qué es para usted?
«¿El miedo a...
hablar en público,
afirmarse a sí mismo, tomar decisiones,
la intimidad, cambiar de empleo,
estar solo, envejecer,
conducir un coche,
perder a un ser querido,
poner término a una relación?»
Puede ser algo de lo expresado, todo lo expresado, o quizás usted podría agregar algunos conceptos más a la lista. No importa... ¡Únase a la multitud! El miedo parece ser epidémico en nuestra sociedad. Tememos los comienzos, tememos los finales. Tenemos miedo de cambiar, tenemos miedo de «atascarnos». Tememos el éxito, tememos el fracaso. Tenemos miedo de vivir, tenemos miedo de morir.
Sea cual fuere el tipo de miedo, este libro le proporcionará los conocimientos y las herramientas necesarias para mejorar su capacidad de controlar cualquier situación concreta. Pasaremos del dolor, de la parálisis y de la depresión (sentimientos que acompañan a menudo al miedo) a una sensación de poder, energía y excitación.
Quizás le sorprenda y estimule enterarse de que, aunque la incapacidad de enfrentarse con el miedo pueda parecer y sentirse como un problema psicológico, en la mayoría de los casos no es así. Creo que se trata, sencillamente, de un problema educacional y que, al reeducar la mente, uno puede aceptar el miedo como un simple hecho de la vida, más que como un obstáculo para el éxito. (Esto puede constituir un alivio para todos los que se han estado preguntando: «¿Qué me pasa?».)
Mi convicción de que el miedo puede ser afrontado con éxito mediante la reeducación, proviene de mis propias experiencias. Cuando yo era más joven, me gobernaba siempre el miedo, de modo que no debe sorprender el hecho de que, durante años, me haya aferrado a muchas cosas de mi vida que, a todas luces, no me favorecían.
En parte, mi problema era la incesante vocecita que, dentro de mi cabeza, seguía diciéndome: «Será mejor que no cambies la situación. Eso no es para ti. Nunca lo harás por ti misma». Usted sabe de qué estoy hablando... de la voz que le recuerda sin cesar: «No corras riesgos. Podrías cometer un error... ¡Lo lamentarás!».
Mi miedo parecía no menguar nunca y no tenía un solo instante de paz. Hasta mi doctorado en psicología no parecía hacerme mucho bien. Luego, un día, cuando me estaba vistiendo para ir a trabajar, llegué a la encrucijada. Me miré casualmente en el espejo y vi una imagen harto familiar... Unos ojos enrojecidos e hinchados por lágrimas