El socialismo tiene sus dogmas que vienen expresados en esos libros, las teorías socialistas no son discutibles, no se puede dudar de ellas. El que las discute es inmediatamente descalificado. Cuanto tiempo perdido estudiando a fondo los libros sagrados de la religión socialista, cuanta verborrea indescifrable en sus argumentos, cuantos incautos creyeron en ellas sin comprenderlas. Los que se atreven a transformar los dogmas socialistas generan tal confusión que ni ellos mismos se aclaran. Una cosa es evidente, cuando intentan llevarlas a cabo, fracasan.
El socialismo también tiene su propia “Historia Sagrada”, la que surge de su manera de interpretar la historia. Esta hay que cambiarla para la gloria de la nueva religión, todo debe coincidir en la nueva versión y si no, se inventa. Los campos de concentración no existieron, el Gulag tampoco, las hambrunas de Ucrania son un invento del demonio, en la China de Mao hubo una gran revolución cultural, Cuba es un ejemplo a seguir, etc.
Toda religión debe tener sus fieles, sus seguidores. Estamos acostumbrados a ver a los fieles cristianos, musulmanes y judíos, y los socialistas nos parecen diferentes pero no es así, su comportamiento es similar. No van a una iglesia, mezquita o sinagoga, pero si lo hacen en sus locales, ya sean culturales, sindicales, de barrio, y sobre todo en la calle. Les encanta salir a la calle y manifestarse, sentirse todos unidos, en grupo, lanzar sus proclamas al viento para que se enteren los indocumentados que les rodean, gritar muy fuerte para atemorizar a los miedosos que los rehúyen. No usan crucifijos, ni pasos de Semana Santa, ni santos, ni vírgenes, pero sí sus pancartas, sus banderas, sus carteles. Estos sí que son fieles y devotos de la religión socialista. “La necesidad de creer es más fuerte que la de saber.” escribió el filósofo J.F. Revel.
Los métodos de control de los religiosos socialistas son muy variados y terribles. Todo aquel que no siga sus normas verdaderamente lo va a pasar mal. A nivel interno tiene sus aparatos de opresión, desde la forma más burda a la más sibilina. La represión de dios, el Estado, sobre los herejes llega a ser brutal: la NKVD, la KGB, el Gulag, las masacres indiscriminadas de seres humanos en el paraíso de la URSS; la STASI en la RDA, la SS alemana y los campos de concentración; la revolución cultural de Mao que inundó de muertos China; las chekas de España; la Cuba y Corea del Norte actuales, el populismo en Iberoamérica. El control de la sociedad por medio de la propaganda y el lavado de cerebro continuo por todos los medios a su alcance, personas espiadas y vigiladas, atemorizadas.
En las zonas del planeta donde todavía no mandan ellos tienen otros métodos también muy expeditivos para amedrentar a los enemigos de su religión. El terrorismo, que trata de acabar con la libertad y la democracia de la civilización occidental. El terrorismo es un método de control y miedo al que es difícil vencerle. La muerte y destrucción provocada, paraliza las mentes y genera mucho sufrimiento y pueden entrar deseos de apoyarlo con tal de que cese, rindiéndose ante él o negociando con él. El miedo es libre pero pensar que con el diálogo y la comprensión pueden calmar el ánimo de los terroristas es de una irrealidad total. Todos queremos salir a la calle y que no nos pongan una bomba. Ante esa situación puedes acceder a los deseos de los terroristas, concederles lo que piden, a la espera de que dejen de matar, pero la realidad, los hechos, han demostrado que siempre quieren más, la sumisión total.
Siempre se ha oído decir a los nuevos religiosos, los colectivistas, que los capitalistas tenían mucho rostro al privatizar solo las empresas que generaban beneficios y dejando para el Estado como públicas las que lastraban el presupuesto, privatizar las ganancias y socializar las pérdidas. Lo que no se les oye decir es que el motivo de que ni unos ni otros se atrevan con este tipo de empresas mastodónticas e inoperantes son los sindicatos llamados de clase. En la empresa privada los sindicatos no pueden actuar a su antojo pues la empresa no puede tener pérdidas dado que quebraría, en cambio en las públicas como pagamos todos no hay problema de presionar y hacer perder muchísimo dinero a los contribuyentes, siempre teniendo en mente acabar con la productividad y la clase media. Los dirigentes de estas empresas públicas saben que aunque las gestionen mal no importa pues el dios Estado está detrás y solucionará el problema si vienen mal dadas. De esta forma actúan sin ningún rigor y efectivamente, si la gestión sale mal, como suele ser costumbre, se paga entre todos la desfachatez, y la culpa es del capitalismo que trata de privatizarlas o eliminarlas para ganar dinero y no del socialista que la mantuvo en ese estado intervencionista. Los sindicatos se revolverían violentamente, como hacen, si se osara perder su poder y los gobiernos temen la revuelta social que esto generaría. Los sindicatos y sus piquetes generaban grandes destrozos a la economía pero no a ellos mismos que siempre salían airosos defendidos por las leyes hechas para ellos. Hoy los sindicatos tienen menos fuerza pero tienen la capacidad de transformarse apareciendo de múltiples maneras.
Los medios de comunicación son fundamentales para propagar la religión socialista. Tomar el mando de ellos y colocar a periodistas afines a su causa es una misión básica para mantener controlada a la población. El lavado de cerebro debe ser total y paulatino y mucho mejor si se hace poco a poco para que la gente vaya asimilando el mensaje de la nueva religión y lo haga suyo, de tal manera que cuando escuche ideas contrarias, no las admita y las rechace violentamente, sintiéndose agredidos ante tamaña osadía.
Y qué decir de los jóvenes, y no tan jóvenes, que salen a las calles a mostrar violentamente sus ideas grabadas a fuego en sus mentes manipuladas. Ellos están en posesión de la verdad y nadie que se atreva a llevarles la contraria debe salir sin un buen golpe, un buen susto o incluso la muerte. Todos van en grupo con la cara tapada y armados, generando destrozos y violencia irracional. Luego se irán a tomar unas cervezas al bar contentos de sus hazañas.
CAMPOS EN LOS QUE SE MANIFIESTA LA RELIGIÓN SOCIALISTA
Política y economía
Antiguamente la política y la economía estaban dominadas por las religiones. El nacimiento de la nueva religión socialista puso su foco en estos campos principalmente. Por medio de la política hacía frente a sus enemigos y se daba a conocer. En las sociedades donde dominaba, la política dejaba de existir, al estar controlada por ellos. La política era su política, o la aceptabas o lo ibas a pasar muy mal. Donde no podía controlar la política, en los países democráticos occidentales, se infiltraba en forma de partidos partícipes en la sociedad logrando cada vez más adeptos y alcanzando el poder por periodos de tiempo variables. Cuando lograba asentarse en el poder iba trasformando la sociedad a su forma de entender el mundo y lograba en algún caso dominar la situación o deteriorarla para su propio beneficio. El islam ha tomado nota de este comportamiento y lo está imitando en Europa. Hay que tener presente que la política es la historia que se va haciendo, como decía Garaudy, y si esa política es nefasta, nuestra historia será terrible.
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