El estallido. Hassan Akram. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Hassan Akram
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789569370571
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Unido-10,4+0,6Italia+0,9-2,3España+2,8-8,5Estados Unidos+6,4-3,4Promedio OCDE+6,7-0,6Francia+10,5-1,8Alemania+13,9+5,1

      Fuente: Cálculos del TUC basados en las cifras de empleo y salarios reales del informe de la OCDE Employment Outlook 2016

      En segundo lugar revisemos el caso de Estados Unidos (la victoria de Trump fue el segundo evento electoral donde se sintió el peso de los rezagados). Los datos más recientes de ese país también apoyan el argumento de Milanovic. Según los datos del equipo de estudios de Piketty, se nota claramente que allá hay otro ejemplo del declive económico de la clase media baja, con la evidente formación de un grupo rezagado. Según ese estudio, “hay un colapso total de la participación del 50% inferior de la distribución de ingresos en EEUU entre 1978 y 2015 desde 20% a 12% del ingreso total. Al mismo tiempo, la participación del 1% superior de la distribución aumentó de 11% a 20%”. En términos del nivel absoluto de ingresos (no la participación relativa), “no hubo nada de crecimiento para el 50% inferior”, quienes vieron sus ingresos bajar durante este periodo (1978-2015) –1%, mientras que el 1% superior vio sus ingresos subir 198%”:97

Grupo de IngresosChinaEstados UnidosFrancia
50% inferior+401%-1%+39%
1% superior+1898%+198%+67%

      Fuente: Alvaredo et al. (2017: cuadro 1)

      Entonces, en 2016, tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos, las clases medias y bajas en la distribución de ingreso estaban sufriendo un estancamiento o reducción de ingresos, mientras que las clases altas estaban incrementando su patrimonio. Esto definitivamente se condice con la explicación de Brexit y Trump como la venganza de los rezagados que apoyaron la retórica antineoliberal del Brexit y Trump (o dejaron de votar por los neoliberales de la centroizquierda) porque estaban sufriendo económicamente.

      La presencia de los rezagados del neoliberalismo, que se hizo sentir en el Reino Unido y en los Estados Unidos en 2016, también se siente cada vez más en Chile. Para intelectuales públicos como Carlos Peña y representantes de los grandes empresarios como Bernardo Larraín, la idea de que Chile tiene rezagados es chocante. Se ha jactado tanto de lo pujante y exitoso que ha sido el crecimiento económico chileno, y de la expansión de las posibilidades de consumo producto de dicho crecimiento, que hablar de rezagados parece fuera de contexto. Sin embargo, el éxito del modelo neoliberal chileno, en términos de crecimiento económico, ha sido más bien un ejercicio de propaganda. Quizá el mejor ejemplo de esto es el gráfico que ocupa José Piñera (hermano del actual presidente, exministro de la dictadura de Pinochet y creador de las AFP) para demostrar las bondades del modelo:

       El Despegue de Chile, PIB per cápita (US$ PPA)

      Fuente: www.josepinera.org

      Viendo este gráfico, da la impresión de que 1975 (el año en que Sergio de Castro, el padre de los Chicagos Boys, fue nombrado ministro de Economía) fue un importante punto de inflexión para el crecimiento chileno. Pareciera que la implementación del neoliberalismo desató las fuerzas del libre mercado haciendo que Chile creciera de forma sin precedentes. Sin embargo, este gráfico del supuesto ‘despegue de Chile’ es muy engañoso y ayuda mucho comparar Chile con otros países para poder evaluar lo novedoso de esta transformación:

       ¿El despegue de Chile? PIB per cápita comparado (US$ constantes)

      Fuente: Banco Mundial World Development Indictors

      Cuando el “despegue de Chile” se compara con el rendimiento económico de otros países, el neoliberalismo pierde mucho de su brillo. La primera cosa que observamos con el gráfico comparado es que el momento de mayor crecimiento en Chile no es durante la dictadura, sino durante los años noventa. No fueron las políticas neoliberales de los Chicago Boys, sino las reformas al neoliberalismo que hizo la Concertación las que generaron el crecimiento más alto de la historia reciente chilena. Fue ese mayor crecimiento, y no el de la dictadura, el que permitió que Chile, un país más pobre que Argentina en los sesenta, lograra ser un país más próspero que su vecino trasandino. Sin embargo, lo que es más llamativo aún, cuando uno analiza el gráfico comparado, es que incluso este mayor crecimiento chileno es más bien mediocre comparado con el crecimiento de un tigre asiático como Corea. 98

      Una economía de ingresos medio-bajos que exporta pocos bienes a pocos países (como Chile en los setenta) puede gatillar un alto crecimiento con políticas que aumentan sus exportaciones básicas. Así la estrategia de la Concertación de abrir mercados de exportación para Chile a través de los TLC tuvo un éxito inicial.99 Pero una economía de ingresos medio-altos que ya exporta muchos bienes básicos a diferentes países (como Chile en los 2000) solo puede mantener este ritmo de alto crecimiento a largo plazo con políticas que aumentan la exportación de bienes avanzados. Esto es precisamente lo que hizo Corea a través de políticas de planificación sectorial indicativa. Con dichas políticas el Estado usó subsidios y aranceles condicionados con límites de tiempo y requisitos de rendimiento para empujar su sector productivo hacia la diversificación y complejización tecnológica. De esta forma se mantuvo el alto crecimiento y se cerraron las brechas con los países desarrollados. En contraste, el Estado subsidiario o neoliberal chileno, que impide la planificación sectorial, empezó a estancarse.

      Este estancamiento se hace visible de múltiples formas en los indicadores económicos chilenos, desde la década de los dos mil. Por ejemplo, se ve en la incapacidad de la economía chilena de lograr la diversificación de su matriz exportadora y su consecuente retraso tecnológico, sobre todo en la relación con China. Esa fue la época del mayor auge económico del gigante asiático, que estaba usando las mismas políticas de planificación sectorial antineoliberales que había utilizado Corea (y la primera generación de los tigres antes) para asegurar su alto crecimiento.100

      La diferencia con Chile fue muy notoria, porque en esta época China además llegó a ser el primer socio comercial de nuestro país. Chile empezó a enviar mucho cobre concentrado a Asia, recibiendo de vuelta maquinaria electromecánica, electrodomésticos y productos farmacéuticos. Esta relación entre exportaciones de recursos naturales levemente procesados e importaciones de bienes manufacturados y de alta tecnología describe una relación típica entre un país en vías de desarrollo y otro ya desarrollado. El hecho de que Chile tenga esta relación con un país también en vías de desarrollo habla muy mal del modelo chileno.

      En vez de imitar el ejemplo chino, buscando agregar ‘complejidad tecnológica’ a las exportaciones a través de contratos especiales con las transnacionales cuya IED101 llegaba a Chile, los gobiernos, influenciados por el neoliberalismo, simplemente dejaron estas relaciones al libre mercado. Los resultados de este laissez faire se ven en el siguiente gráfico. Esto muestra el ‘índice de complejidad económica’ (una clasificación de la diversificación de las exportaciones) que revela que, dado su nivel de exportación, el tipo de productos que vende Chile es cada vez menos sofisticado:

       Complejidad tecnológica de las exportaciones

      Fuente: http://atlas.media.mit.edu

      El estancamiento de la productividad laboral es una consecuencia casi inevitable de este retraso tecnológico. Cuando la economía