En la mayoría de los videojuegos de mundo persistente al salir del servidor tu avatar queda aislado del resto del mundo; en otros, como en el caso de OGame, tu representante virtual queda expuesto al resto del mundo, dando la cara por ti. Como imaginas, es bastante habitual conectarse y darte cuenta que tus planetas han sido atacados e incluso destruidos en tu ausencia.
Estoy seguro de que si has jugado alguna vez a videojuegos de mundo persistente, en algún momento has tenido pensamientos del estilo:
«¡Ostras! Si no me conecto me perderé la misión».
«Tengo que conectarme a ver cómo van las cosas».
«A las seis tengo que conectarme para».
«Llevo desconectado varias horas, tengo que encontrar la manera de conectarme y comprobar».
«¡Me tengo que conectar! Quedan cinco minutos para que».
Esto son ejemplos de pensamientos que te hacen priorizar el videojuego y favorecen que estés pendiente del mismo a todas horas. Por supuesto, que ocupe esa prioridad tiene todo el sentido del mundo, ya que si no se la das, ¡perderás recursos por un ataque, llegarás al máximo de recursos almacenables y dejarás de generar más, estarás avanzando menos que tus rivales, te perderás un evento del servidor...! ¡Todo un drama! Al menos para ti…
Tienes total consciencia de que cuanto más tiempo pases sin prestarle atención al videojuego, más oportunidades, experiencias y eventos te perderás. ¿Sabes dónde pasa esto mismo? ¡En la vida!
Seas o no consciente de ello, el primer aprendizaje que has obtenido gracias a los videojuegos, y que has de aplicar si quieres convertir tu vida en un videojuego es:
El tiempo no se detiene.
Cuanto más tiempo pasas sin prestar atención a tu vida más oportunidades, crecimiento, experiencias y eventos te estás perdiendo.
Que el tiempo no se puede detener es una obviedad que posiblemente no recuerdes con la suficiente frecuencia. El tiempo no se puede detener, recuperar, almacenar, ni ahorrar.
Al igual que tienes claro que en un videojuego, al no estar conectado, puedes perderte eventos, experiencias, avances, oportunidades de ganar y que, si pierdes algo, no podrás recuperarlo (podrás ganarlo de nuevo pero nunca recuperarlo); en la vida, en el día a día, ocurre lo mismo. ¡Menos mal que están aquí los videojuegos para recodártelo!
Ten muy claro que tanto a la vida como a los videojuegos de mundo persistente les va a dar exactamente igual que tú no estés conectado o jugando, van a continuar sin ti.
¿Estás jugando tu vida con plenitud o vives desconectado parcialmente?
Estar desconectado implica no poder elegir al ciento por ciento sobre todo lo que te atañe. Implica exponerse a las consecuencias de tu «inactividad». Esa pasividad ante la vida te convierte en «un velero a merced de una terrible tormenta».
Al igual que estar un día sin conectarse al videojuego tiene consecuencias, en la vida ocurre lo mismo. Cada día que estés «desconectado» de tu vida considéralo un día perdido, y teniendo en cuenta que el tiempo es un recurso limitado del que desconoces la cantidad que posees, no es algo muy recomendable. Es por todo esto que te invito a aprovechar al máximo cada día de tu vida.
¿Sabes qué es aprovechar al máximo la vida?
No me refiero a que seas superproductivo, al fin y al cabo no eres una máquina. Tampoco quiero decir que necesites estar ocupado a todas horas. Me refiero a que si decides convertir tu vida en tu videojuego, adoptes la misma actitud que cuando juegas a tu videojuego favorito: igual de conectado, igual de pendiente, igual de presente.
Crea y mantén pensamientos que te recuerden tu deseo de estar conectado a todas horas con tu vida. Te «conectas» con tu vida cuando eres totalmente consciente del momento presente, es decir, cuando eres consciente de lo que estás haciendo, experimentando y sintiendo, en el momento presente.
¡Conéctate a la vida! ¡Disfruta el presente!
Conviene remarcar que en la vida puedes «perder» el tiempo o malgastarlo, y no es lo mismo.
«Pierdes» el tiempo de tu vida cada vez que no eres consciente del momento presente, ya sea «perdiéndote» entre pensamientos sobre eventos pasados y futuros o porque mientras realizas una actividad, estás atendiendo otras.
Malgastas el tiempo cuando a pesar de haber estado presente y consciente del momento, a posteriori, consideras que hubiese sido mejor realizar otra actividad con ese tiempo.
Por ejemplo, si mientras cenas con tu familia estás chateando con tu móvil, no estás presente en la cena, así que si tu finalidad es disfrutar de la cena, se puede afirmar que estás «perdiendo» el tiempo de tu vida, estás en «desconexión». En cambio, si crees que hubiese sido mejor hacer otra cosa con tu tiempo en vez de ver la película que viste, por muy presente que estuvieses, ahí, lo habrías malgastado.
En tu vida, puedes malgastar el tiempo, al fin y al cabo es necesario para conocer y descubrir a qué sí le quieres dedicar tiempo en un futuro. En cambio, «perder» el tiempo es un lujo que no has de permitirte. Cada vez que no estás centrado en el aquí y en el ahora, cada vez que tu mente no está atendiendo con totalidad lo que estás haciendo, corres el riesgo de desconectarte de tu vida.
La vida trascurre únicamente en el presente. Ni en el futuro, ni en el pasado.
Tanto el pasado como el futuro solo existen en tu mente.
Podrás viajar con tu mente al pasado o al futuro, de hecho es sano hacerlo, pero en su justa medida. «Visitar» el pasado es necesario para recordar tus raíces, para recordar momentos alegres, para recolectar datos que usar en el presente de modo constructivo o incluso para hacer las paces con eventos que no fueron agradables. Aun así, trata de no quedarte anclado en ese pasado ni te «traigas» de allí emociones intensas al presente, ya que solo servirá para cambiar tu estado de ánimo y «desconectarte» de la vida.
«Viajar» mentalmente al futuro es magnífico para saber adónde quieres llegar, para imaginarte cómo será todo, imaginarte en ese momento y en cómo lograrás llegar hasta allí, e incluso para afrontar algún miedo y trabajarlo. Al igual que con el pasado, no te quedes atascado en el futuro ya que la única forma de llegar hasta el futuro que deseas es la acción, y esta solo tiene lugar en el presente.
Ten en cuenta que ante un exceso de futuro lo normal es que te sientas ansioso y frente a un exceso de pasado, melancólico y desanimado.
Cada vez que no eres consciente de a qué estás dedicando energía, tiempo y acción en tu momento presente, cada vez que te quedas atascado en el pasado o en el futuro, y sobre todo, cada vez que vives en «piloto automático», te «desconectas» de tu nuevo videojuego favorito:
TU VIDA.
¡«Desconectarte» de tu vida es un lujo que no te puedes permitir!
CONCLUSIÓN DEL APRENDIZAJE PRIMERO LEY I:EL TIEMPO NO SE DETIENE
Gracias a los videojuegos has aprendido que el tiempo no se detiene, por lo que cada desconexión acarrea consecuencias más o menos graves.
Recuerda:
— «Desconectarte» hará que pierdas la consciencia sobre experiencias, aprendizajes y eventos en tu vida.
— Conectarte consiste en ser consciente del momento presente.
— Puedes, sin abusar, malgastar el tiempo, te ayudará a saber cómo invertirlo en el futuro.
— No «pierdas» el tiempo «desconectándote» de tu vida, el tiempo es un recurso limitado e irrecuperable del que no conoces la cantidad disponible.
— Lleva tu mente al pasado y al futuro, aprovecha las ventajas de hacerlo, pero sin anclarte allí o solo lograrás «desconectarte»