—¿Pero si yo soy Dios...
—Eres parte de Él. El propósito de tu existencia es el de volver a ÉL, re-conscientizar tu Verdadera Naturaleza, ser parte del Todo. Mientras estés separado, aunque sea por un minúsculo hilo de consciencia dormida, serás como una mano creyéndose que es individual y separada del resto del cuerpo. Cuando la mano despierta y se da cuenta de que en verdad no es un ente separado, sino que es parte de un cuerpo, no deja de ser mano, pero ahora es la expresión de algo mucho mayor. Mientras estés separado eres parte de Dios y Dios está en ti, pero no te puedes expresar con toda la divinidad de Dios. Y esa, hijo mío, es tu gran misión de autorrealización. Lo recuerdes o no, tu búsqueda es la de poder expresar todo el potencial divino de Dios, de ti mismo, en ti mismo y a través de ti mismo.
La Realidad
Las palabras del Alto Sacerdote constituían un duro reto para el sistema de creencias que había tenido hasta ese momento. Al mismo tiempo sus palabras me llegaban como una oleada de aire fresco.
—¿Qué es ser Dios? —le pregunté al anciano.
—¡Es crear! ¡Dios es el Gran Creador! ¡Dios es el Gran Arquitecto del Universo! Y tú, hijo mío, eres co-creador con Él. Lo fuiste desde el principio de tu largo viaje, y lo has sido de varias formas y en varios niveles, pero siempre has sido co-creador del Universo.
»Tú eres un fragmento del Universo. Pero el Universo no es sino el Absoluto manifestándose a Sí mismo ante Sí mismo, por lo que tú eres el Absoluto en sí, y estás hecho de su esencia. Y el Absoluto crea. Y tú también creas, aunque no lo percibas. Todo tu mundo, toda tu realidad ha sido creada por ti. Algunas partes de esa realidad las has creado a un nivel de consciencia y otras partes a otro. Mucha de tu realidad la has creado dormido, la has hecho sin consciencia de ello. Pero ha llegado tu momento para empezar a crear de manera consciente. Y de esto se trata este viaje tuyo a la montaña. ¿Entiendes ahora por qué te digo que Dios no permite ni impide? Eres dueño del más grande de todos los poderes jamás imaginados. Eres un co-creador del Universo. Y tienes libre albedrío. Nadie decide nada por ti. Solo tú decides. Solo tú eliges. Solo tú creas.
—¿Quieres decir que yo soy dueño de mi mundo y de mi destino?
—¡Sí! Tu mundo exterior es solo un reflejo de tu mundo interior. Tu destino es solo el producto resultante de tus pensamientos. Recuerda, sin embargo, que tú creas a diferentes niveles de tu existencia. Lo que deseas a tus niveles más dormidos de consciencia puede no ser lo que has decidido crear a niveles superiores de tu misma consciencia.
»Esto nos lleva de vuelta a tu pregunta, “¿Cuál es la realidad?” —el viejo recordaba una de las primeras interrogantes que le planteé al comienzo del paseo por el jardín—. ¿Ves cómo todo tiene su propio tiempo, cómo todo llega a su debido tiempo? Sin embargo, yo quisiera que te reformularas esa pregunta. En vez de preguntarte cuál es la realidad, pregúntate ¿Qué es la realidad?
—¿La realidad, hmm? ¿Por qué me dices todo el tiempo que todo a su debido tiempo, que todo tiene su tiempo, pero a la vez me has repetido que el tiempo no existe?
—Creo que no me estás escuchando —me dijo el anciano con un tono sarcásticamente regañón—. Te sugerí que te cuestionaras la realidad, no el tiempo.
—Sí, sí te estoy escuchando —le respondí un tanto contrariado—. Pero es que me parece que te contradices con lo del tiempo.
—Claro que te parece que lo que digo se contradice. Cuando abras tu mente a un nuevo modelo de la realidad podrás ver que no hay contradicción alguna en nada de lo que ahora estás descubriendo. Pero si tratas de entenderlo todo desde tu marco de referencia anterior nada tendrá sentido para ti. Por eso es que te he sugerido que te cuestiones la realidad.
»Sé que te estoy pidiendo una tarea titánica. Te estoy pidiendo que te imagines lo inimaginable, que aceptes un mundo sin tiempo y sin espacio. Te estoy pidiendo que veas tu mundo desde un punto de referencia ajeno a él, que comprendas una realidad para la cual los conceptos y estructuras de tu mente no están diseñados, una realidad para la cual tu mente consciente no está diseñada. Es como si te pidiera que midieras una habitación con un puñado de arena. Es como si le pidieras a un ciego de nacimiento que te describiera la luz. Pero justamente por todo lo que te acabo de decir, es que es imprescindible que te cuestiones la realidad.
—Está bien, está bien —respondí, tratando de hallar algún sentido en todo esto—. ¿Qué es la realidad? Bueno, la realidad es todo lo que me rodea, es todo lo que hago, es todo lo que soy.
—¡No, mi querido guerrero, no! ¡Todo eso no es más que el sueño en el cual estás sumido! La realidad es mucho, mucho más que eso. Pensar que lo que eres y haces, que lo que posees y disfrutas, que lo que te rodea es la realidad, equivale a vivir en las mazmorras de un inmenso palacio, pensando que esa sucia y oscura celda es todo tu mundo, sin saber que arriba de ti y a tu alrededor se extienden innumerables salones y habitaciones, e infinidad de jardines. No, mi querido guerrero. La realidad es mucho más que la sombría, fría y limitada celda en la cual crees vivir.
»Lo que tú crees que es la realidad no es más que una parte infinitesimal de la Realidad. Algunos místicos la han llamado ilusión, pero en verdad, la ilusión está en creer que esa realidad es la única realidad. De resto, la realidad que tú has conocido hasta ahora es tan real como las demás que vas a descubrir, solo recuerda que no es la única.
»El ser humano ha tomado como su realidad aquello que puede percibir a través de sus sentidos, sin darse cuenta que sus sentidos son solo unos burdos receptores de tan solo un nivel de manifestación del Absoluto. Ese universo que tú conoces no está conformado por infinidad de partículas que crean materia sólida, aunque así a ti te parezca. En verdad es una compleja tela de araña de energía que se condensa de manera perceptible para ti en determinadas formas que tú conoces como materia y objetos.
»Sin embargo, el pensamiento, y la fuerza de la vida misma, escapan a la comprensión de la mente humana puesto que jamás se le encontrará fundamento ético, es decir, material. Comprendiendo esto, empezarás a vislumbrar que no solo lo que tú consideras material es lo real y lo único que existe. También existen muchas realidades que, aunque no puedes percibir, son tan reales como todo lo que ves, oyes y sientes. Y quiero que sepas que cada realidad que existe, en su propia dimensión y aunque tú no la puedas percibir, es tan sólida y tangible como la que tú has conocido hasta ahora.
»Todas esas realidades, todos esos mundos, todas esas dimensiones las has creado tú a un nivel de consciencia del cual estás temporalmente amnésico. Pero cuando vuelvas al Origen despertarás a la Realidad Ultima, la cual no es sino Consciencia Pura, la cual no es sino el Absoluto.
—Y en esas otras dimensiones, ¿existen también seres que a su manera llevan una vida?
—¡Sí! Sí existen seres en sus propios procesos de aprendizaje y autorrealización. ¡Y tú eres uno de ellos! Sí, guerrero, tú vives miles de vidas simultáneas en este y otros espacios y en este y otros tiempos. Tú existes infinidad de veces en múltiples dimensiones simultáneas y paralelas.
»El tiempo, ya te lo he dicho, es una ilusión. Es en verdad una creación de la consciencia humana con un propósito determinado que ya te explicaré, pero el tiempo, en verdad, no existe como tal. Por esto tú estás viviendo una y mil vidas en el pasado y miles más en el futuro, al mismo tiempo que vives cada momento de tu vida presente.
»El tú que tú conoces es solo uno de los tantos tú’s que están autorrealizándose en este mismo momento. Además, este tú es el resultado de cada una de las decisiones que has tomado a lo largo de tu existencia. Es el tú que ha elegido tomar este camino que ahora tú transitas. Pero quiero