Esta historia es una de las que se cuentan en la obra Historias de Usera, dirigida por Fernando Sánchez-Cabezudo, que acaba de ganar un Premio Max muy guapo. También salen otras que se han extraído del acervo popular del barrio (los vecinos también actúan, porque la participación vecinal es signo de nuestro tiempo); por ejemplo, la historia de la Narcisa, una vecina chiflada que pensaba que estaba embarazada del Cordobés, la de la sala de fiestas Copacabana o la del sereno cotilla y bocazas que apareció colgado de un poste.
Pasan cosas en Usera, vamos, que si bien los sitios están hechos de átomos, luego esos átomos se entrelazan por las historias, que no son más que tiempo, como usted. Por ejemplo, Moscardó, que da nombre a este barrio, fue el general que protagonizó la resistencia numantina de los nacionales en el Alcázar de Toledo. Llevaron hasta allí a los mineros asturianos para que volasen el monstruoso edificio y ni por esas. Llamaron a Moscardó y le dijeron que iban a matar a su hijo como no se rindiese, y tampoco. Total, que Franco, que subía a conquistar Madrid, dio un pequeño rodeo y pasó por Toledo para liberar el Alcázar. La jugada fue perfecta, porque Franco se cubrió de heroísmo y legitimidad ante los suyos (la gesta del Alcázar, le dicen) y retrasó el ataque a Madrid, lo que permitió una guerra larga y de desgaste, que era lo que él quería, para afianzar su poder en su bando y exterminar lentamente al rojerío patrio. Antes de Moscardó esta colonia, durante la República, se llamaba Salud y Ahorro, que suena mucho más educativo. Al parecer Carmena quiere volver a esto.
Pero si hablamos de Usera tenemos que hablar de Marcelo Usera, fan de Millán Astray, el hombre que heredó estos campos de su suegro, los parceló y los vendió logrando cierta fortuna. Hizo un barrio, por eso las calles llevan su nombre y los de sus familiares: Amparo, Nicolás, Gabriel, todos Usera. Ahora ahí viven los chinos. A mí me gustaría que hubiera un barrio de Los Peligro, con una calle para Che, otra para Liliana, otra para Mamá, y otra para Dako Peligro, pero para eso tengo que emprender o especular, lo veo chungo.
Lo que hay no muy lejos es la zona de Fanjul, por el general Joaquín Fanjul, dizque pariente de mi abuelo, que se levantó en Madrid contra la República y, gracias a Marx, fue derrotado, permitiendo la resistencia heroica de Madrid durante tres años. Ahora probablemente le quiten la calle, por golpista, pero yo propongo que le dejen Fanjul, esta vez referido a mí en lugar de al general faccioso, carne de mi carne. Así la municipalidad se ahorraría el cambio de nombre y el caché de la zona subiría.
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