Las diferentes áreas trabajan aisladas
Las reorganizaciones que no se coordinen entre sí nunca serán exitosas. Una de las quejas más comunes que se escuchan en las grandes compañías es que las diferentes áreas funcionan aisladas unas de otras. Entonces, los mandos superiores, les indican cómo deberían hacer para trabajar juntas de forma más eficiente. Así, el punto de partida es el sistema y no el plantel que trabaja en el piso y conoce la realidad. Por supuesto que es importante desarrollar una visión y una estrategia, pero si la gente no se siente conectada a esta visión, el proyecto entero no funcionará. Hay colegas que trabajan juntos por años sin saber nada el uno del otro. ¿Cómo esperar que los departamentos colaboren y trabajen bien entre ellos si ni siquiera se conocen? Aquel que se tome una hora el lunes por la mañana para discutir sobre los negocios de la semana pasada y para conversar sobre el último fin de semana (privado) con sus empleados, rápidamente verá los beneficios. Usualmente, esta pequeña hora es vista como una pérdida de tiempo, una hora no productiva. Pero esta pequeña hora hará que sus empleados estén más motivados. ¡Es una ganancia asegurada!
Lo que cuenta son los resultados
Todo se centraliza en los resultados, son la prioridad. Se generan reportes trimestrales y hasta son pronosticados. Todas las compañías trabajan con estimaciones. Sin estas proyecciones los negocios no se concretarían y los créditos no serían otorgados. Muy a menudo, estos informes están incompletos, puesto que son compilados basándose únicamente en la comprensión de un personal bien intencionado, sin considerar al cliente u otros factores decisivos. En estos casos no se da espacio al desarrollo, ni de los procesos ni de la gente.
El potencial no es utilizado al máximo
Las compañías deben su existencia a la gente (empleados y clientes). La creatividad, la habilidad para resolver problemas y el conocimiento del trabajo abundan en todas las empresas, pero no son utilizados en su máximo potencial. Los empleados son capaces de encontrar soluciones por sí mismos pero, debido al modelo de pensamiento descendente y al estilo de administración elegido, no se los toma en serio o no son escuchados. Aquellos que son excluidos de esta manera no crearán vínculos con la empresa, no se sentirán cómodos en el ambiente laboral y nunca harán más de lo que requiera su puesto de trabajo.
Cuanto más alta sea tu paga, más feliz serás
El salario que la gente recibe es muy diferente a lo que la gente “gana”. En Occidente el salario es visto como una medida del rendimiento laboral. La felicidad es medida por el monto de dinero depositado en la cuenta bancaria, como si esta fuera algo externo.
Estrés
Los empleados están expuestos a mucho estrés. La cantidad diaria de estímulos de información recibidos por un individuo, es mayor que el número de estímulos acumulados durante toda una vida 100 años atrás.
Falta de confianza
Cuando las cosas no marchan bien dentro de la empresa se contrata personal externo. Haciendo esto, el conocimiento y la experiencia existente se pierden, logrando impugnar y anular los síntomas sin resolver el problema. Las reorganizaciones se suceden incesantemente una detrás de otra y se pagan costosos consultores para solucionar los problemas. El mensaje real que estas medidas transmiten a los empleados es: no hemos tenido confianza en que ustedes sean capaces de hacer un buen trabajo.
Edad
Los empleados mayores de 35 años son dados de baja.
Falta de líderes
Un líder tiene una visión general, tiene una estrategia a largo plazo, está concentrado en la continuidad, conoce el valor agregado de su compañía para sus clientes, sus empleados y la sociedad. Un líder inspira, provoca y toma la responsabilidad total. Los gerentes evitan los riesgos y están concentrados en las soluciones a corto plazo de la parte que les corresponde.
Los buenos empleados renuncian
Se pueden encontrar empleados inteligentes hasta el nivel medio de mando. Desde entonces, para alcanzar la cima, hay que abrirse paso a codazos y muchísima gente no está dispuesta a hacer eso.
Las organizaciones están montadas en forma descendiente
Las compañías occidentales tienen una organización jerárquica descendiente muy fuerte. Son inflexibles porque las decisiones son tomadas por los altos cargos jerárquicos, incluso sobre temas que les son totalmente ajenos y desconocidos. Los empleados no se atreven a tomar decisiones ni adquirir responsabilidades, pues consultan siempre a sus superiores. El trabajo no se hace y las empresas se vuelven burocráticas.
Las crisis traen oportunidades
Las empresas occidentales necesitan de las crisis para renovarse. Hay muchísimos ejemplos de este comportamiento empresarial. Por ejemplo, los bancos y las compañías de seguros han sido criticados por décadas. Los consumidores han tenido poca fe en ellos por muchos años y, aun así, se necesitó de una crisis financiera para atraer las transformaciones necesarias al sector. Los bancos se han comprometido a seguir un código de conducta y las compañías de seguros holandesas se han unido a un programa llamado “Aseguradoras Renovadas”. Estas medidas podrían tener una influencia positiva pero, al fin y al cabo, los cambios fueron impuestos por la sociedad y no surgieron dentro del seno de las compañías. Se podría dudar entonces si las crisis son bases lucrativas para la innovación.
¿Quién puede dañarnos?
Todo es observado desde el punto de vista jurídico. Debido al miedo generado por el sistema legal, desde los daños a la reputación hasta las multas de las autoridades, los nuevos productos o servicios no son juzgados por su valor agregado al cliente, sino respecto a su conformidad al sistema judicial: ¿quién nos puede dañar?
Valor y economía
El valor de una empresa no tiene nada que ver con la realidad. El mundo del dinero ha perdido contacto con la economía real. Alrededor del 95% del mercado mundial es volátil, solo el 5% está basado en dinero real. Vivimos y trabajamos en un casino mundial sin ninguna conexión con la realidad. Las multinacionales se han rebajado a ser pequeños juegos para los accionistas y los gestores de fondos especulativos.
Los clientes son fastidiosos
Los clientes son un mal necesario. Las señales de advertencia están a la vista cuando en un país como Holanda Fucking Customers (Malditos Clientes) es uno de los libros más vendidos en el país.
El desarrollo continuo no está implementado
El desarrollo se lleva a cabo dentro de un proyecto (con un claro comienzo y fin) y no es continuo. Los resultados del proyecto son volcados y divulgados en un reporte que, más tarde, desaparece y es olvidado dentro de un cajón cualquiera. Un nuevo proyecto se inicia. Efectivamente, nada cambia demasiado.
Escasa Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial (RSC, RSE)
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