The Cutting Edge. Bjorn Aris. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Bjorn Aris
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Управление, подбор персонала
Год издания: 0
isbn: 9788412049053
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sentimientos y la intuición son ignorados, relegados a un segundo plano, pasando desapercibidos. Nuestra forma de pensamiento nos ha hecho recorrer un largo camino. Pero nos ha llevado tan lejos que podemos destruir nuestro planeta con solo presionar un botón. Si hubiera un balance entre la razón, los sentimientos y la intuición, este tipo de mecanismos destructivos no se hubieran desarrollado.

      La ciencia médica está muy desarrollada. Somos capaces de vencer muchas enfermedades y podemos mantener con vida a pacientes que solo unos años atrás cualquier doctor hubiera abandonado. Pero, al mismo tiempo, la medicina se concentra exclusivamente en las discapacidades y enfermedades. Los médicos occidentales pueden extraer quirúrgicamente tumores, pero no observan la imagen completa. ¿Por qué se desarrolló la enfermedad? ¿Qué rol jugaron las emociones en su origen? ¿Qué influencia tiene el espíritu en mantener un cuerpo saludable? Concentrándonos en la enfermedad y perdiendo de vista a la persona como una totalidad, el paciente pierde su identidad y es reducido a un mero objeto a ser cortado. A través de esta actitud, la gente puede llegar a aislarse y hundirse en una depresión.

      La forma de pensamiento Occidental está basada en el reduccionismo griego, la división del cuerpo y del alma y una visión del mundo determinista y monoteísta. Al colocar al hombre como el centro de todo, los griegos, rompieron parte del vínculo natural con el entorno. No estamos aislados de la naturaleza, somos parte de ella, estamos constantemente relacionados con nuestro medio ambiente y formamos parte de algo mucho más grande. A veces escuchamos la llamada de la naturaleza y damos un paseo por los bosques en una tarde de domingo, sintiendo la grandeza de los viejos árboles. Por la noche, nuevamente en casa, encendemos la calefacción. La creación ha sido dejada a un lado, ya no somos parte de ella.

      “Hemos reducido al mundo únicamente a su aspecto material”

      La división entre el cuerpo y el espíritu sobrevino en el siglo XVII de la mano de René Descartes, quien dijo: “Pienso, luego existo”. De aquí en adelante, el hombre fue reducido a ser una cabeza pensante, aislado de sus sentimientos y de sus poderes intuitivos.

      Descartes hizo esta separación entre cuerpo y espíritu para poder considerar a la razón como una realidad, mientras que la razón es aún “solo” un lenguaje.

      Hemos reducido al mundo exclusivamente a su aspecto material. El espíritu ha sido relegado a la “sección religiosa”, aislándolo de la vida, no en nuestro interior, sino fuera. Es obvio que la separación del cuerpo y del espíritu dio lugar a que la ciencia, concentrada en la materia, diera un gran salto evolutivo. Esto fue un gran cambio que trajo aparejada la reducción del hombre a un mero factor económico. Hoy el respeto por el espíritu y la dignidad humana son difíciles de encontrar.

      Terminamos considerando al mundo, la naturaleza y la gente como mecanismos que acatan y se ajustan a las leyes naturales. Estudiamos la vida y la desmantelamos en piezas, como si fuera un automóvil, y luego la reconstruimos como creemos que debería funcionar, como algo diferente.

      Todos estos conceptos e ideas nos hicieron comenzar a pensar secuencialmente. Una cosa conduce a la otra, todo tiene un claro comienzo y fin. Podemos percibir partes (¡y gente!) completamente separadas unas de otras, arrancadas y aisladas de la imagen general. La visión universal se pierde. Es interesante resaltar que las leyes naturales, tal como las conocemos, parecen trabajar de forma diferente a nivel cuántico. Por ejemplo, es posible para una partícula estar en dos lugares al mismo tiempo o que pequeñas partículas distantes a miles de kilómetros unas de las otras permanezcan profundamente conectadas entre ellas. Hay mucho más entre el cielo y la tierra de lo que podemos razonar lógicamente. Afortunadamente, el hombre es capaz de percibir ese “algo más”.

      Factores adversos

      El condicionamiento funciona de tal manera que nos hace observar al mundo como si estuviéramos usando anteojos de color rosa. Percibimos una imagen distorsionada de nuestro entorno. Creemos que tenemos una imagen global, pero en realidad nos aferramos a los detalles equivocados. Así somos menos eficientes de lo que podríamos ser. Sin embargo, el condicionamiento es importante porque establece las bases de cómo debemos tratarnos unos a otros. Darse cuenta de que uno está condicionado y hacer un análisis profundo de la forma en que estamos siendo condicionados es beneficioso.

      El condicionamiento nos enseña que las satisfacciones externas nos hacen sentir bien, y sentirse bien es un estado material que lógicamente reside en el exterior. Sin embargo, sentirse bien, es un sentimiento. Y los sentimientos están en nuestro interior. Rompiendo con los condicionamientos, somos capaces de elegir.

      Todo comienza por darse cuenta de que el deseo de poseer bienes materiales es algo que se aprende y está alimentado por cinco mil mensajes publicitarios diarios. Derrumbando conscientemente estas ansias de poseer, rompemos la ilusión y los hábitos que nos encasillan y nos abruman con el estrés. Literalmente nos liberamos de las cosas materiales y las sensaciones placenteras que ellas nos aportan desaparecen rápidamente.

      Un ejemplo de condicionamiento colectivo: en Inglaterra, un político casado y con amante es despreciado. En Francia, solo a 32 km a través del mar, un político casado y con amante, es nombrado Presidente.

      El segundo factor que no debemos subestimar es el ego. Si estás cansado, tu ego también lo estará. Por un lado, nuestro ego es la fuerza motora detrás de nuestro desarrollo y nuestra perseverancia. Por el otro, nuestro ego es un factor muy restrictivo. El ego influye en nuestros instintos y nuestra percepción, entorpeciendo la colaboración óptima entre los hemisferios derecho e izquierdo de nuestro cerebro. Un ejemplo de cómo funciona nuestro ego es cuando crees saber algo. En este caso, no estás abierto a otras opiniones, ideas o soluciones, pero estás seguro de que tu punto de vista es la única y sola verdad y que el mundo sería un lugar mejor si todos lo adoptaran. Todo aquel que pueda apaciguar su ego, sentirá literalmente que todo y todos estamos conectados y que cada uno de nosotros proviene de una misma fuente.

      El tercer factor adverso que nos condiciona es el miedo. El miedo nos hace transitar caminos maltrechos, cuando en realidad deberíamos evitarlos. El condicionamiento a través del “alarmismo” comienza temprano en nuestra crianza. Nuestros padres constantemente nos señalan los posibles peligros y las consecuencias de nuestro comportamiento. Algunos de estos condicionamientos son beneficiosos, porque un niño sin miedo caminaría directo hacia la autopista, solo por curiosidad. Pero otros tipos de miedos deberían ser evitados a toda costa.

      Nacemos con dos miedos: el miedo a la muerte y el miedo al ruido. Todos los otros miedos se nos enseñan. La desventaja de estos miedos adquiridos es que, a través de ellos, continuamos recurriendo a nuestra razón. Entonces ya no estamos más en el momento presente, en el aquí y el ahora, porque nos ponemos a pensar en lo que podría salir mal. El miedo trae estrés, completando el círculo. El estrés no nos permite relajar, impidiendo que usemos los otros cinco sentidos.

      Efectos en la vida laboral

      Presencia física, ausencia de espíritu

      En el trabajo, la gente parece estar “en otro planeta”, apenas con nosotros, lucen ansiosos y ausentes de espíritu. El motivo es el condicionamiento. Los empleados no necesitan pensar por sí mismos para aprender, puesto que adquieren el conocimiento de diferentes tipos de fuentes. Por esto, y gracias a la inmensa cantidad de estímulos externos al que están expuestos, viven constantemente en un estado ilusorio, ausentes del aquí y el ahora. Andan a la deriva.

      Fatiga

      Como resultado de no vivir en el “aquí y ahora” y sumando el estrés, la gente se fatiga. Se han olvidado en cómo es sentirse bien.

      Vínculos limitados entre colegas

      Los lazos entre los colegas son débiles, parcialmente debido al avance de la digitalización. El otro culpable es la presión ejercida sobre ellos. El trabajo es visto como un medio para lograr la felicidad, vista en nuestra sociedad como un estado material externo a nosotros.

      La gente pasa dos horas dentro de su auto, en el tráfico, para llegar al trabajo y sentarse en su pequeño rincón desde donde envían un correo electrónico al colega sentado tres puertas más allá en el corredor. El contacto entre