PITONISAS Y ADIVINOS
El miedo ante un futuro siempre incierto, la incertidumbre y el hecho de tener que tomar decisiones con el riesgo a equivocarse que ello conlleva, dan lugar a otro cliché muy recurrido en el cual sus protagonistas son, por una parte, los personajes preocupados en busca de unos designios positivos, y por otra, las pitonisas o los adivinos, que en la mayoría de los casos darán unas soluciones más que obvias ante problemas con los cuales el lector también puede identificarse a la perfección: futuro laboral, mal de amores, problemas de salud, etc. Como vemos, los clichés recurren muchas veces a situaciones cotidianas en las que sus personajes se enfrentan a sus miedos más primarios. El humor en este tipo de chistes puede ser de todo tipo, pero casi siempre producen en el lector alivio y, en parte, un efecto terapéutico.
Sucesos fortuitos que pueden adoptar todo tipo de significados.
LAS CLASES DESFAVORECIDAS: LOS POBRES
En las sociedades más competitivas, el riesgo de una mala gestión que nos lleve a la miseria es una posibilidad. Que una empresa vaya a la quiebra, deje en la calle a cientos de sus empleados y que éstos y sus familias pasen por una situación de pobreza, aunque sea temporal, es algo que uno no puede controlar. Sin olvidar, claro está, que existe una clase social que se halla en el umbral de esa lastimosa situación y que difícilmente va a poder salir de ella, o cuanto menos, no con poco esfuerzo. De nuevo nos enfrentamos a un temor que, visto tras el prisma del humor, no deja de ser cómico, aunque por otra parte, nos hace tomar conciencia de esa situación concreta. El humor que utiliza a personas pobres como protagonistas, o que de algún modo se refiere a ellas, es algo más que un simple cliché y se convierte en una buena herramienta para que el humorista gráfico haga sátira y crítica social.
El humor de pobres desde el punto de vista de los ricos, sirve para satirizar los abusos y la falta de conciencia de las clases más privilegiadas.
Parece que forma parte de la condición humana que absolutamente siempre… habrá unos pobres que serán más pobres que otros.
VIDA EN PAREJA
Quizá se trata de uno de los clichés más recurrentes, junto con la isla del náufrago, y que sirve como base para la gran mayoría de tramas novelescas, teatrales y cinematográficas. La vida en pareja, el acercamiento sexual, los encuentros esporádicos, la convivencia diaria y sus consecuencias, la creación de una unidad familiar y la posterior llegada de los hijos, etc. Es un cliché que configura todo un mundo de posibilidades y de situaciones que los afilados lápices de los humoristas gráficos no han pasado por alto y en muchas ocasiones nos han hecho reaccionar con una sonrisa ante experiencias que, de un modo u otro, han formado y forman parte de nuestra vida cotidiana. Sin duda, constituye una inagotable fuente de recursos, de esas de las que parece que ya está todo dicho, pero que seguirán inspirando historias por más tiempo que pase.
En las relaciones de pareja, las expectativas del ego masculino suelen mostrarse por encima de la realidad palpable.
El kiosco de prensa está prácticamente presente en todas las sociedades. En ellos se comercializa tal cantidad de objetos que pueden darnos ideas para numerosos gags.
en este capítulo, estaría bien crear un cliché para ir conociendo un poco más de cerca el método de trabajo de un humorista gráfico. Ello consiste en tratar de encontrar la mayor cantidad de recursos posibles referentes a una idea para así poder crear no sólo un gag, sino una sucesión o una buena serie de ellos.
El kiosquero, un individuo por lo general amable, pero que también puede adopter desde la personalidad más afable a la más déspota y antipática.
la Creación de nuestro propio cliché
Podemos iniciar nuestra búsqueda de ideas a partir de una situación, de un hecho concreto, de una localización, etc. Un kiosco de prensa es una buena localización en la que pueden producirse diferentes situaciones, además, en ellos se venden las revistas y los periódicos que publican humor gráfico, así que vamos a tratar de rendirles un simpático homenaje.
El humorista debe asociar a la situación o localización escogida toda una serie de imágenes relacionadas que le harán ir encontrando los distintos golpes de comicidad. Papel, lápiz y un poco de concentración serán herramientas más que suficientes para llevar a cabo esta tarea, por otra parte gratificante y divertida.
EL PROTAGONISTA Y SU ENTORNO
Hemos decidido que el entorno en el cual tendrán lugar nuestros gags será un kiosco. Obviamente, hay otro protagonista, el kiosquero, de modo que empezaremos a trabajar con ambos y a dotarles de un aspecto determinado.
Al igual que en los chistes de náufragos o de caníbales, los personajes que aparezcan en nuestros gags no tienen por qué ser forzosamente siempre los mismos, de modo que podemos crear varios tipos y utilizar el que consideremos más conveniente en cada gag.
IMÁGENES Y RECURSOS RELACIONADOS
El siguiente paso es examinar en detalle todos aquellos personajes, elementos, objetos, etc. que pueden ser de utilidad porque guardan alguna relación con el entorno, situación y con los protagonistas del tema. Hacer esbozos, imaginar situaciones, plantearnos diversas puestas en escena, etc., hará acudir las ideas a nuestra mente poco a poco.
Los lectores de prensa, clientes que adquieren revistas de actualidad o de temas diversos, niños y niñas en busca de chucherías o de cromos coleccionables. La gente de la calle y el ambiente urbano en general, serán posibles personajes secundarios que darán lugar a diversas situaciones en las que hay que saber encontrar la comicidad.
LOS GAGS
Ahora es cuando hay que empezar a imaginar situaciones con el tema que nos hemos propuesto (o que nos hayan encargado), con las imágenes y los recursos relacionados, revisar los garabateos que hemos realizado y hacer algunos nuevos. Es muy probable que en esta fase del trabajo ya se nos hayan ocurrido algunos chistes, de lo contrario, hay que observar más y garabatear nuevos elementos y experimentar con más personajes. Todos esos bocetos deben ser espontáneos y servirnos para desarrollar con ellos las distintas situaciones que fluyan en nuestra mente.
El cliente “respetable” que compra la prensa con el único pretexto de “camuflar” entre sus páginas una revista erótica. Basta un kiosquero indiscreto para crear con ello una situación embarazosa.
Una situación cotidiana, el típico cliente “mirón” que revisa la prensa, pero que finalmente no adquiere un solo periódico. La reflexión y el punto de vista de dicha situación desde la perspectiva del kiosquero puede ser motivo de un gag.
Podemos llevar nuestro kiosco más allá. La exageración casi siempre es un buen recurso humorístico, así que un niño miope… puede confundir un confesionario con el kiosco de su barrio.
Los Materiales
“A FIN DE CUENTAS, TODO ES UN CHISTE.”
los primeros esbozos
las