Tres años más tarde, cuando ya sí era un adolescente de dieciséis, conseguí publicar mis dibujos en tres de las revistas de esa misma editorial.
No obstante, aquel día, el de la bomba, aprendí dos cosas. La primera; que el dibujo humorístico es una profesión de alto riesgo, similar a la de los detectives privados de las teleseries norteamericanas, pero con la diferencia de que los humoristas, en lugar de ir trajeados y cargar con pistolas, vestían pantalón vaquero, lucían pobladas barbas y sus armas eran lapiceros, pinceles e ingenio. La segunda: descubrí que hay gente aquejada de una terrible enfermedad denominada “falta de sentido del humor”, gente que persigue y pone bombas contra aquellos que utilizan la sátira gráfica para ayudar a una sociedad a pensar por sí misma. Seres intolerantes contra los que el humor gráfico, al parecer, es un arma poderosamente efectiva, o cuanto menos… molesta.
La intención de este libro es mostrar el modo de utilizar el arma del humor: desde cómo generar ideas hasta cómo desarrollar un estilo gráfico propio con el cual expresarse y desenvolverse en esta apasionante profesión; bien sea desde su aspecto más satírico y mordaz, o desde su forma más lúdica y de puro entretenimiento, ya que, en definitiva, se trata simplemente de eso, de entretener, aunque haya quien se tome demasiado en serio…, a un humorista.
Sergi Càmara
Sergi Càmara, nacido en Barcelona en 1964 y vinculado al mundo del dibujo humorístico desde que, a los 16 años, empezó a publicar gags y tiras cómicas en diferentes revistas de humor gráfico y satírico, en plena época de transición política española.
Al mismo tiempo, se especializó en dibujos animados para publicidad y series de televisión, así como en ilustración para cuentos infantiles y libros de texto, adaptándose a varios estilos y diferentes formatos dentro de esta disciplina de dibujo humorístico.
En 1989 creó su propia productora, Studio Camara, en la que desarrolla desde entonces su trabajo como productor, guionista, realizador, creador de proyectos y animador, colaborando en numerosas producciones españolas y extranjeras.
En 1997 creó al personaje Slurps, pensado inicialmente para realizar una serie de tiras cómicas, pero que mediante una coproducción con una productora de Nueva York, terminó convirtiéndose en una serie de dibujos animados de corto formato dirigida por él y que alcanzó un gran éxito comercial, y se emitió en más de 130 países a través de las cadenas de televisión más prestigiosas del mundo: Fox Family Channel (USA), TV Azteca (México), Disney Channel (Italia), Time Warner (América Latina), Taurus Film GMBH & Co (Alemania), Teletoon (Francia y Canada), entre otras.
Actualmente, sigue desarrollando nuevos proyectos para animación, escribiendo e ilustrando cuentos infantiles para diversas editoriales en España, Inglaterra y Estados Unidos. También está trabajando en un proyecto de tiras cómicas para prensa impresa y en su versión animada y multimedia para prensa digital.
Cómo se generan las Ideas
“QUIEN NOS HACE REÍR ES UN CÓMICO. QUIEN NOS HACE PENSAR Y LUEGO REÍR ES UN HUMORISTA.”
El humor y los humoristas
SERGI CÀMARA. EL HUMORISTA GRÁFICO, 2009.
TINTA SOBRE PAPEL
El humor es una actitud ante la vida.
Podríamos decir que “los problemas” se minimizan de un modo considerable si afrontamos los acontecimientos cotidianos con buen humor. Dar la espalda a situaciones desfavorables o concederles mayor importancia de la que tienen, al final, se convierte en un grave problema. En ningún caso eso debe significar hacer mofa o frivolizar sobre las desgracias ajenas. Reírse del desfavorecido es caer directamente en el escarnio y alejarse del humor puro y genuino.
El humorista gráfico suele ser un individuo que entiende la sutil diferencia entre el humor y el escarnio y que, a través de sus ideas, incide directamente sobre los responsables de las distintas injusticias sociales o sobre las situaciones causantes de desequilibrios entre semejantes; naturalmente, eso ha sido motivo de numerosos encontronazos con el poder y de que, en no pocas ocasiones, los humoristas hayan sido perseguidos por poner en jaque a personajes públicos o a instituciones.
Así pues, hablar de humoristas es hablar de artistas a los que, a veces, alguien se toma muy poco en broma.
Ia idea de invocar la aparición de las nueve musas griegas para que arrojen algo de luz sobre nuestras cabezas y nos ayuden a generar ideas, es muy loable, pero poco productiva. Las musas, como diosas que son, viven en el Olimpo, y allí, es tal el aspecto lúdico que han tomado sus vidas que difícilmente actuarán en beneplácito de cualquier mortal que quiera, en un momento dado, darle forma a una idea.
las ideas están ahí, en todas partes, pero… ¿dónde exactamente?
Dejemos, pues, a las musas con sus bailes y sus alegres cánticos y centrémonos en una forma más práctica de generar ideas y que se basa en tener la mente alerta a todo cuanto acontece a nuestro alrededor.
La inspiración viene del trabajo constante y no deja de ser una “virtud” que va haciéndose fuerte en nosotros a través del ejercicio y de su constante puesta en práctica.
LA PRENSA Y LOS DIFERENTES MEDIOS DE COMUNICACIÓN
En numerosas ocasiones, la prensa, la televisión e incluso los programas radiofónicos constituyen una buena fuente de inspiración para humoristas gráficos. Y lo son precisamente por “su letra pequeña” o por “la lectura entre líneas” que el humorista hace de todo cuanto se publica o se dice a través de dichos medios.
La manipulación de los acontecimientos noticiables está a la orden del día incluso en las sociedades más democráticas, y cada medio juega a favorecer de un modo u otro al sector político al que indirectamente, o de un modo descarado, brinda su apoyo. En ese caso, el chiste, el gag y la tarea del humor debe servir de contrapunto a una información tendenciosa y mostrar de forma nítida una realidad que ha sido desenfocada de un modo deliberado, o no.
Obviamente, un chiste tampoco constituirá nunca una verdad absoluta, ya que nadie puede afirmar que es poseedor de ella a menos que sea desde un punto de vista fanático, así que la contribución del gag será simplemente ofrecer, mediante una sonrisa, un punto de vista que invite a la reflexión.
El humorista tiene que estar informado, pero no como lo estaría cualquier ciudadano de a pie. Parte de su trabajo consiste en escudriñar meticulosamente la información que dan los medios de comunicación para desvelar posibles manipulaciones, y además… hacerlo con gracia.
La calle es una fuente de inspiración constante para todo humorista gráfico, basta con observar la cotidianeidad desde cierta distancia.
Las veladas en agradable compañía son fruto también de innumerables situaciones divertidas que pueden mostrarse en forma de humor gráfico.
SALIR A LA CALLE
Aparte de para tomar apuntes del natural y ganar agilidad en el dibujo, que también, salir a la calle puede ser muy provechoso. Un paseo en familia, bajar a comprar el pan, salir a dar una vuelta, etc., puede reportar al humorista gráfico el material necesario para realizar una buena serie de gags en los que mostrar comportamientos característicos de la sociedad en la que vive y de los diferentes