Factores de intervención en el trazo
Todas las variantes de trazo tienen en común la elección de unos materiales y la intervención con los mismos.
Al hablar de materiales nos referimos básicamente al soporte y al medio pictórico, y la intervención es el modo como se ha manipulado esa materia en el soporte.
Soportes
Cada soporte contiene su propio lenguaje expresivo que nos ayuda a conseguir que nuestros trazos transmitan unos efectos determinados. Una tela de lino transmite elegancia y sobriedad, la arpillera tosquedad y dureza, el lienzo de algodón frescor y naturalidad... En el papel hallamos desde la pobreza de los papeles reciclados y de embalaje hasta la imperfección y la exquisitez del papel hecho a mano. También podemos experimentar con otros soportes no tradicionales, como planchas metálicas, fórmicas, vinilos, entre otros.
Medios
Los componentes materiales medio son los que provocar efectos. La acuarela proporc fluidos, transparentes y sensuales transmite sedosidad, densidad y brillo. El acrílico es un medio versátil y polivalente que permite la fácil incorporación de cargas y la combinación con otros medios grasos. Actualmente, se experimenta con la combinación de otros materiales y la introducción de nuevas sustancias no tradicionales, como barnices, esmaltes o pinturas industriales metalizadas.
Aplicadores
Son las herramientas con que se aplica el material pictórico sobre el soporte. Aparte de las variantes de composición y grosor de los aplicadores tradicionales (pinceles, espátulas, plumillas...), se recurre a otros menos convencionales, como cañas, cepillos, aerosoles o los dedos de la mano.
Velocidad
Nuestro cuerpo, por medio de la mano, transmite energía en cada trazo que realizamos; variando su velocidad, comunicamos emociones diferentes en nuestros trabajos. Una velocidad de trazo lenta y pausada nos transmite reflexión, pero también debilidad; a medida que aumenta la velocidad el trazo se vuelve más impreciso, pero gana en energía y dinamismo, enriqueciendo el resultado con efectos accidentales como las salpicaduras.
A partir de un mismo modelo podemos lograr efectos plásticos muy variados modificando los factores de intervención del trazo.
Intensidad
En técnicas húmedas, con este término nos referimos a la cantidad de pintura con que cargamos el aplicador; y en técnicas secas, a la presión que ejercemos sobre el mismo. Existe una estrecha relación causa-efecto: poca intensidad - efecto lírico, suave y ligero; mucha intensidad - efecto expresionista, denso y pesado.
Modulación
Es la forma que adquiere el trazo, que está determinada por los movimientos de la mano. Existen tantos estilos como
Variaciones de soporte
1. papel
2. madera,
3. lienzo
4. arpillera
Variaciones de medio
1. ceras,
2. acuarela,
3. rotulador
4. cretas
Variaciones de aplicadores
1. dedos,
2. caña,
3. esponja,
4. espátula
Variaciones en la velocidad
de lento (1)
a muy rápido (4)
Variaciones en la intensidad
de muy diluido (1)
a muy cargado (4)
Variaciones en la modulación
1. sinuosidades,
2. salpicaduras,
3. pinceladas entrecortadas,
4. rascados
Tipología y características del trazo
Una misma frase pronunciada con distinta entonación puede significar contenidos contrarios. Por ejemplo, la expresión “estoy cansado” puede indicar agotamiento si la pronunciamos con voz débil y lentamente, o bien enfado cuando la pronunciamos gritando de forma contundente. Lo mismo sucede en la pintura, y esa entonación en el lenguaje verbal tiene su equivalencia en el lenguaje visual.
Los trazos se clasifican en dos grandes grupos: gestos y texturas. En cada grupo hallamos variaciones según los factores que han intervenido en el momento de su creación (soporte, medio, aplicador, velocidad, intensidad y modulación).
Gestos
Los trazos gestuales definen formas o concentran la energía en puntos y zonas concretas (figurativas o abstractas). A este nivel, los gestos pueden ser descriptivos, precisos y directos, que definan hábilmente los objetos; o suaves, fundidos y vaporosos, de modo que los insinúen en una atmósfera tenue.
En cuanto a la intensidad, pueden ser frágiles, quebradizos y débiles, que transmitan vulnerabilidad y caducidad; o enérgicos, dinámicos y apasionados, que inviten a vivir intensamente.
Es posible reconocer gestos primitivos, esquemáticos y elementales en las composiciones frescas y sin tapujos de los graffitti, o bien trazos gestuales que dejan fluir libremente la energía, como los minimalistas, esencialistas y reflexivos de la pintura zen o los trazos líquidos, fluidos y deslizados