La frecuencia de las preguntas y de la tirada de las cartas
Para que los resultados sean lo más eficaces posible es necesario ser muy meticuloso en los pequeños detalles referentes a la frecuencia de las tiradas y a la formulación de las preguntas. La regla principal es no formular una pregunta ya planteada, desarrollada y analizada, si no ha desembocado en repercusiones recientes, aunque sean incoherentes para usted… El principio es esperar que hechos o noticias procedentes de esa pregunta lleguen a usted para constituir nuevos puntos de referencia y formular la misma pregunta en el estado de espíritu suscitado por estos puntos de referencia recientes. El tarot, en este caso, bajo su égida psicológica, asimilará esta nueva toma de consciencia para proyectarla hacia perspectivas que usted tendrá que analizar para establecer su juicio. Pongamos un ejemplo para ilustrar esta regla crucial, que debe observarse como una ética personal:
– usted proyecta a una persona sobre la que plantea una pregunta;
– usted realiza una tirada intuitiva siguiendo el método descrito;
– usted desarrolla y concluye su análisis.
Luego… ninguna noticia, no sucede nada. Será necesario esperar algo consistente, aunque la espera sea larga, para «suspender» la pregunta y formularla de nuevo añadiendo los matices que aportan los hechos recientes. Cuando usted tenga nuevos puntos de referencia, será necesario repetir los puntos anteriores, como si se tratara de resultados tangibles, aunque estos le parezcan incoherentes respecto a su conclusión inicial. En ese caso, la pregunta puede haberse formulado mal, o puede ser que su conclusión se haya orientado de forma incorrecta, puesto que el tarot desprende tales matices que es difícil dominarlo sin una larga experiencia. Lo que le gusta al tarot son las preguntas sencillas y límpidas, las tomas de conciencia verdaderas, las motivaciones de investigación potente. Se dará cuenta enseguida de que debe alistarse en sus filas si quiere integrarse en él. Aporta un sentido nuevo a la vida, una disciplina natural que desarrolla, hace evolucionar, transfiere matices vitales que no encontrará en ningún lugar. Por lo que se refiere a la formulación de las preguntas planteadas, la experiencia… y mis consejos son los elementos que aportarán piedras a su edificio esotérico. Plantear bien una pregunta, depurarla, hacer que sea fácil de resolver forma parte de la ética del tarot intuitivo: es necesario liberar su espíritu, desprender cualquier influencia negativa o incluso positiva, neutralizar las emociones, desprenderse de las contaminaciones secundarias externas y mantener un comportamiento relajado y sereno. La formulación no debe ser cartesiana o estar comprimida en un lenguaje binario, es necesario que esta formulación se rodee de lo que realmente usted quiere saber, es decir, del verdadero sentido de su interrogación.
Un día, después de realizar diversas tiradas para una persona querida, no comprendía por qué el tarot presentaba arcanos de agua (el Ahorcado, el Diablo o la Luna), cubriendo de esta forma cualquier posibilidad de mejoría respecto a una respuesta concreta: quería decir que estaba celoso de esta persona y que estos celos suplantaban mi verdadera motivación de saber, lo que era cierto (¡) pero necesité bastante tiempo para llegar a comprender que no sabría nada sobre esta persona si antes no abandonaba ese estado de ánimo. El tarot imprime la primera imagen que capta como una fotocopiadora reproduce un documento, algo que a veces nos deja atónitos sobre nuestro supuesto libre albedrío… El tarot aprecia mucho la honestidad, pero no la que se percibe en un primer momento, sino la del alma. Esta honestidad es original, respeta una lógica inmutable muy difícil de coordinar con nuestras sociedades actuales; proviene de la emoción, del amor, del respeto innato hacia un orden que no se enseña en las escuelas. Hay que saber ser verdadero, auténtico, mostrar la fuerza interior, estar orgulloso de esta potente virtud.
El tarot es su hijo espiritual y se dirigirá constantemente con usted hacia esa matriz de evolución.
La iniciación del propio juego del tarot
Si ya posee un tarot «rodado» que ha utilizado en otros trabajos personales, este tarot está ya impregnado de su temperamento, ya ha superado sus pruebas y «habla», tal como se dice en la profesión.
En este caso es inútil seguir este procedimiento, puesto que su tarot es apto para funcionar y se ha concedido un orden natural que lo hace ser lógico y fiable.
Si posee un juego de tarot nuevo o si tiene la intención de comprar uno, este es el procedimiento que permite «separarlo» de su orden de manufacturación.
Se trata de una especie de bautismo iniciático que le permitirá hablar muy rápidamente sin utilizar palabras mágicas abracadabrantes u otras tonterías extendidas en este ámbito.
Su juego está «vivo», se desarrollará bajo la influencia de su personalidad y de su inconsciente, instaurando una lógica muy personal a medida que evolucionen sus trabajos.
Lo importante será evitar «romperla» de nuevo, aparte de en sus mezclas preparatorias.
Su juego de tarot tendrá que configurarse siempre en dos montones, como muestra la siguiente figura.
Este es el procedimiento que debe seguirse cuando el juego de cartas es nuevo. Separe los arcanos mayores (del Mago al Loco) y los menores catalogados en bastos, oros, copas y espadas.
Arcanos mayores
Coloque los arcanos mayores ante usted en el siguiente orden:
• Diablo – Papisa – Sol – Amantes – Torre – Mundo – Muerte – Estrellas – Papa – Carro – Ermitaño – Juicio.
• Luna – Ahorcado – Justicia – Emperatriz – Mago – Rueda de la Fortuna – Fuerza – Templanza – Loco – Emperador.
Recoja a continuación estos arcanos mayores de manera que el Diablo se encuentre encima del montón y el Emperador debajo de este montón. Su tarot tiene que estar formado siempre por dos montones distintos (arcanos mayores y menores). Guarde los arcanos mayores como primer montón.
Arcanos menores
Coloque los arcanos menores en el siguiente orden en cuatro filas:
• 1.a fila (14 arcanos menores): seis de espadas – as de espadas – seis de oros – dos de bastos – rey de oros – rey de bastos – reina de espadas – tres de espadas – diez de espadas – cinco de bastos – reina de copas – seis de bastos – nueve de copas – as de bastos.
• 2.a fila (14 arcanos menores): ocho de espadas – caballo de espadas – nueve de espadas – siete de bastos – cinco de espadas – sota de bastos – cuatro de oros – cuatro de copas – siete de oros – reina de bastos – ocho de oros – rey de copas – sota de oros – nueve de bastos.
• 3.a fila (14 arcanos menores): caballo de bastos – reina de oros – dos de copas – ocho de copas – siete de espadas – siete de copas – tres de oros – sota de copas – caballo de copas – dos de espadas – rey de espadas – as de copas – diez de copas – diez de bastos.
• 4.a fila (14 arcanos menores restantes): cuatro de bastos – cinco de oros – tres de bastos – as de oros – nueve de oros – diez de oros – ocho de bastos – caballo de oros – dos de oros – tres de copas – cuatro de espadas – sota de espadas – cinco de copas – seis de copas.
Recoja cada fila con cuidado de manera que el último arcano citado quede situado debajo y luego una los cuatro montones; el montón que forma la primera línea tiene que situarse encima y el montón que forma la última fila, debajo. Guarde estos 56 arcanos menores como segundo montón.
LOS COMPONENTES
La estructura interna del tarot intuitivo
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