Aperturas semiabiertas
Se caracterizan por el primer movimiento de las blancas, 1. e2-e4, al cual las negras no deben contestar con 1. … e7-e5. Mientras que en el juego abierto las negras se limitan a elegir el mejor sistema defensivo a partir de determinadas condiciones estratégicas que han impuesto las blancas, en el juego semiabierto, por el contrario, las negras tienen mayores posibilidades de contraataque, a pesar de que ello les cueste una menor disponibilidad de espacio en la primera fase de la partida.
Aperturas de juego cerrado
Se caracterizan porque las blancas hacen cualquier jugada de apertura, excepto 1. e2-e4, lo cual indica una lucha por el centro cuyo fin es asegurar a las propias piezas la máxima capacidad de maniobra, al mismo tiempo que se procura que el rey disfrute de la mayor seguridad posible. Las escaramuzas tácticas, en estas aperturas, sólo se realizan cuando el desarrollo ya se ha completado.
Apertura italiana
Esta apertura se basa en los siguientes pasos:
1. Ataque directo a f7, que constituye el punto más débil de la estructura inicial de los peones negros, y que sólo está defendido por el rey.
2. Desarrollo de las piezas menores y avance de los peones centrales para conseguir un inmediato y completo dominio en el centro que, preferiblemente, deberá intentarse que sea móvil.
3. Las negras, por su parte, además de la defensa de f7, intentan el ataque al peón central e4 de las blancas para, por lo tanto, proteger el centro.
4. Los primeros movimientos que caracterizan esta apertura son: 1. e4, e5; 2. Cf3, Cc6; 3. Ac4, Ac5; 4. c3 (con la idea de continuar con 5. d4).
Partida Estrin-Klamann, Leningrado, 1951
1. e4, e5; 2. Cf3, Cc6; 3. Ac4, Ac5; 4. c3, Cf6; 5. d4, e:d4; 6. c:d4, Ab4+; 7. Cc3, C:e4.
Con esta continuación las blancas sacrifican el peón e4 con el fin de organizar peligrosos ataques por el centro y por el flanco del rey, gracias a la apertura de la columna e.
Diagrama 1
Las negras pueden rechazar este sacrificio adoptando, en lugar del movimiento de la partida, los siguientes:
– 7. … d5; esto puede ocasionar a las negras serios problemas debido a la acción que las blancas pueden realizar en la columna e que se abrirá enseguida, sobre todo porque todavía está allí el rey negro.
Por ejemplo: 8. e:d5, C:d5; 9. 0-0, Ae6; 10. Ag5, Ae7; 11. A:d5, A:d5; 12.C:d5, D:d5; 13. A:e7, C:e7; 14. Te1, f6; 15. De2, Dd7; 16. Tad1, Td8 (si 16. … Rf7; 17. Dc4+, Cd5; 18. Ce5+, f:e5; 19. d:e5 con la doble amenaza de 20. e6+ y 20. T:d5); 17. Dc4, Rf8; 18. Db4! c6; 19. d5!
– 7. … 0-0; las blancas pueden contestar con 8. 0-0 (con la intención de preparar el avance d4-d5 y dar un carácter agresivo a la partida) o con 8. e5, Ce4; 9. 0-0, A:c3 (no 9. … C:c3 debido a 10. b:c3, A:c3; 11. Cg5! A:a1; 12. Dh5!); 10. b:c3, d5! Otra posibilidad para las blancas es 8. d5, aunque el juego se complica después de 8. … C:e4; 9. d:c6, C:c3.
– 7. … A:c3; 8. b:c3, d5 (este último movimiento sirve para penetrar en el centro de las blancas); 9. e:d5, C:d5; 10. 0-0 y las negras tienen problemas relacionados con la precoz apertura de la columna e y con la defensa del caballo en d5.
8. 0-0, C:c3.
Las negras también pueden cambiar en c3 con el alfil, lo que permite a las blancas realizar el ataque Möller: 8. … A:c3; 9. d5! …
Si 9. b:c3, d5! permiten a las negras conservar el peón de ventaja siempre y cuando las blancas retiren el Ac4. En cambio, si las blancas juegan 10. Aa3, las negras conservarán el peón de ventaja y conseguirán una mejora en su posición con 10. … d:c4; 11. Te1, Ae6; 12. T:e4, Dd5, 9. … Af6.
Este es el mejor sistema defensivo, ya que las negras conservan el alfil de casillas negras y pueden finalizar su desarrollo.
Diagrama 2
Por otra parte, 9. … Ca5 expone excesivamente todas las piezas negras y las blancas pueden continuar con 10. Ad3! En cambio 9. … Cd6 presenta una vez más los problemas relacionados con la apertura de la columna e, y después de realizar 10. d:c6, C:c4 sucede 11. De2+, De7; 12. D:c4, Aa5; 13. Ag5 con la intención de 14. Tae1.
Tampoco 9. … Ce7 –con el cual las negras intentan cerrar la columna e– resuelve el problema, puesto que en este caso las blancas se quedan con dos alfiles y pueden, después de 10. b:c3, presionar sobre las casillas negras.
Con 9. … Aa5, las negras intentan frenar la posibilidad de las blancas de aprovechar la columna controlando la casilla e1, pero las blancas, después de 10. d:c6, pueden realizar ataques tácticos contra el punto f7.
Finalmente, 9. … Ce5 simplifica el juego después de 10. b:c3, C:c4; 11. Dd4, f5!; 12 D:c4, d6; con iguales posibilidades.
Llegados a este punto, puede seguirse con 10. Te1, Ce7, ya que a las negras no les interesa jugar en seguida 10. … 0-0 debido a que, después de 11. T:e4, las negras tienen que defender Cc6 y esto da a las blancas el tiempo para jugar 12. d6, que crea serios problemas al desarrollo del alfil de casillas negras de las negras.
Los movimientos siguientes serán 11. T:e4, d6 (con el fin de impedir definitivamente que las blancas avancen hasta d6); 12. Ag5, A:g5; 13. C:g5, 0-0; 14. C:h7, R:h7; 15. Dh5+, Rg8; 16. Th4, f5; 17. Dh7+, Rf7; 18. Th6, Tg8; 19. Te1, Df8; con idea de 20. … Th8.
9. b:c3, d5.
A las negras no les interesa jugar 9. … Ae7 debido a 10. d5, Ca5; 11. d6! El ataque de las blancas puede ser muy fuerte. Lo mismo se puede decir para 9…. A:c3 debido a 10. Aa3. Sobre esta variante contamos con un análisis realizado por Keres: 10. … Ce7 (o 10. … d5; 11. Ab5, A:a1; 12. Te1+, Ae6; 13. Da4. O también 10. … d6; 11. Tc1, Aa5; 12. Da4, a6; 13. Ad5, Ab6; 14. T:c6! Ad7; 15. Te1+, Rf8; 16. T:d6!); 11. Db3, d5; 12. D:c3, d:c4; 13. Tfe1, Ae6; 14. A:e7, R:e7; 15. d5, D:d5; 16. Tad1, Dc5; 17. Te5, Db6; 18. T:e6+!
10. c:b4, d:c4; 11. Te1+, Ce7; 12. Ag5, …
Las blancas realizan un plan basado en el sacrificio de una pieza para impedir que las negras se enroquen. La continuación más normal es 12. De2, Ae6; 13. Ag5, Dd7; 14. A:e7, R:e7; 15. Dc2, f6. Las negras previenen la amenaza 16. Te5 seguida de 17. d5 y facilitan al rey una casilla para escapar, por lo que las blancas tendrán que seguir presionando si quieren evitar que las negras prosigan con Rf7 y conserven su ventaja material. 16. Cg5! f:g5; 17. Te5, D:d4; 18. Tae1, Tae8; 19. T:e6+, Rd7; 20. Td1 (no 20. T:e8, T:e8; 21. Td1 por 21. … Rc8!), D:d1+; 21. D:d1+, R:e6; 22. Dg4+, que da lugar a un final difícil ya que ambos contendientes tienen sus fuerzas muy igualadas y disponen de las mismas posibilidades de triunfo.
12. … f6; 13. De2, Ag4. Por el contrario, las blancas atacarán con fuerza después de 13. … f:g5; 14. D:c4. 14. Af4, Dd7. Lo mejor para las negras sería continuar con 14. … Rf7; 15. D:c4+, Cd5; y después de 16. A:c7? Tc8!; 17. A:d8, T:c4; 18. Aa5, b6. De este modo las negras ganan una pieza. Sin embargo, esta ganancia de material es sólo la consecuencia de un error de las blancas, ya que estas podían haber evitado la pérdida jugando 16. Cd2. 15. D:c4, A:f3; 16. g:f3, c6, (aunque las blancas ganan pieza después de 16. … 0-0-0 con 17. A:c7, D:c7; 18. D:c7+ y 19. T:e7). Volviendo a la partida, se continuó con 17. Tac1, Rf8 (ahora las negras ya no tienen tiempo puesto que después de mover su caballo a d5 la situación se ha complicado). Después de 17. … Td8; 18. b5, D:d4; 19. De6, Dd7; 20. b:c6, la posición resultante es claramente ventajosa para las blancas.
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