*Die letzte Droge (2006), producción alemana que dirige Stefan Kluge, presenta en clave documental la trayectoria de dos personajes decididos a vivir experiencias psicoactivas en diversas partes del mundo, lo que incluye al Perú.
La británica *Peru (2008), dirigida por Matthew Catling, sigue la trayectoria del estadounidense Russell Thoresen, que llega a una prisión peruana luego de verse involucrado en una operación de tráfico de narcóticos dirigida desde el Perú hacia Miami. Su caída es producto de una traición maquinada por una mujer que lo seduce con el fin de convertirlo en “mula” o portador de droga.
*Achterbahn, documental producido en 2009, dirigido por Peter Dörfler, reconstruye la historia de Norbert Witte, administrador de un parque de atracciones en la República Democrática Alemana (RDA). Luego de la caída del Muro de Berlín y de la desaparición de la RDA, Witte traslada sus juegos mecánicos y atracciones al Perú, fracasando en el negocio. Luego de esa frustración es hallado culpable del cargo de tráfico ilícito de cocaína desde el Perú, con destino a Alemania. La película retrata a Witte y su historia empresarial y criminal.
*Ciudad jardín (*186 Dollars to Freedom, también conocida como *City of Gardens, 2012), de Camilo Vila, carga las tintas sentimentales para dar cuenta de la corrupción en el sistema carcelario peruano.
Wayne (John Robinson), es un californiano practicante de surf, orgulloso de su éxito con las mujeres en una Lima que valora el color bronceado de su piel, su condición de extranjero y su aspecto atlético. Ventajas comparativas que, de pronto, se reducen al mínimo al ser acusado injustamente por el delito de tráfico de drogas. Es 1980 y corren los últimos días del gobierno militar presidido por el general Francisco Morales Bermúdez. Faltan pocos meses para que se reinstaure el sistema democrático.
Wayne es relegado en una cárcel administrada por autoridades sádicas y corruptas que ejercen la extorsión y la tortura, en una variante del clima de la prisión turca de Expreso de medianoche (Midnight Express, 1978), de Alan Parker.
Basada en una historia proclamada como “real”, la de Monty Fisher, autor del guion, la película se propone como filme de denuncia, alegato redentor, propuesta de autoayuda, testimonio personal y relato ejemplarizador y plañidero. Acaso también como visión de un Perú agobiado por una dictadura militar que somete instituciones y condena inocentes, entre los que se cuentan los opositores políticos del régimen. En la producción interviene el realizador peruano Luis Llosa y cumple un papel secundario la actriz Anahí de Cárdenas.
*Gatos viejos (2010), de los chilenos Sebastián Silva y Pedro Peirano, tiene como protagonistas a una pareja de ancianos, Isadora (Bélgica Castro) y su segundo esposo, Enrique (Alejandro Sieveking), que viven en un departamento de Santiago de Chile acompañados por sus gatos y sus invariables rutinas.
Ese pequeño y asfixiante mundo se conmueve con la llegada de la hija de Isadora, Rosario (Claudia Celedón), acompañada de su pareja, encarnada por Catalina Saavedra, protagonista de La nana, también dirigida por Sebastián Silva. Arriba con su neurosis a cuestas, pero también con cocaína y compuestos medicinales adquiridos en el Perú. Drogas que aportan las cuotas de desequilibrio y crispación que redondean el cargado tono emocional de este drama familiar.
La producción española *Chavín de Huántar, el teatro del más allá (2015), de José Manuel Novoa, traza un explicación del horizonte histórico en el que se desarrolló la cultura Chavín, centrándose en la construcción del centro ceremonial de Chavín de Huántar, con mil doscientos años de antigüedad. El documental incluye representaciones dramatizadas de las ceremonias organizadas por una teocracia que apelaba al deslumbramiento de los peregrinos recurriendo, entre otros recursos, a sustancias estimulantes y psicoactivas.
“La cocaína más barata está en el Perú”, dice el brasileño Marco “Curumim” Archer, antes de partir hacia Indonesia con un cargamento de 13,5 kilos de cocaína ocultos en un ala delta. Sentenciado a muerte por fusilamiento por el delito cometido, Archer comparece ante la cámara de Marcos Prado para dar testimonio de su experiencia en el documental *Curumim (2016).
Comedias
Destino remoto, apto para convertirse en el escenario de aventuras estrafalarias o galantes, el paisaje peruano es propicio para el exilio gozoso y las vacaciones.
El Perú de las comedias de Hollywood es el lugar elegido por los amantes para evadir las imposiciones de la monogamia o, acaso, para hallar una relación amorosa duradera.
Ya en los albores del cine sonoro encontramos esa percepción galante. Es el caso de *The Boudoir Diplomat (1930), de Malcolm St. Clair, producida por Universal Pictures y Carl Laemmle, con sonido Movietone.
En esta screwball comedy, o comedia alocada y de enredos, ambientada en el mundo diplomático y basada en la pieza teatral The Command To Love, de Fritz Gottwald y Rudolph Lothar, el actor Ian Keith encarna a un agregado militar en Madrid. En ese reducto europeo seduce a las esposas de diversos oficiales y representantes diplomáticos. Para librarlo de los apuros ocasionados por su donjuanismo es destacado como embajador del reino de Luvaria en el Perú. Allí encuentra la felicidad conyugal con Greta (Jeanette Loff), luego de derrotar a más de un pretendiente de la joven.
El Perú, como Luvaria o Ruritania, se convierte en el referente exótico adecuado para la comedia de seducciones y guiños, en el estilo de las películas que Ernst Lubitsch realizó tanto en Alemania como en Hollywood.
*The Boudoir Diplomat tuvo versiones en español y alemán, como era usual con algunas películas de éxito en los años iniciales del sonido en el cine. La versión en lengua castellana se llama Don Juan diplomático y la dirige George Melford en 1931, teniendo como protagonistas a Miguel Faust Rocha, Lia Torá y Celia Montalván. El director de los diálogos en español es Enrique Tovar Ávalos y la producción estuvo a cargo de Carl Laemmle Jr., supervisada por Paul Kohner (Heinink y Dickson, 1990, p. 158).
También se realiza una versión en lengua alemana. Su título es Liebe auf Befehl, dirigida por Ernst L. Frank en 1931.
Comedia de situaciones producida por Warner Brothers, *Brother Rat and a Baby (cuyo título alternativo es Baby Be Good, 1940), de Ray Enright, es una secuela de Brother Rat (1938), de William Keighley, que obtuvo enorme éxito económico. La trama de esta secuela sigue los enredos de tres graduados del Instituto Militar de Virginia, envueltos en el extravagante caso de un niño que se traga un anillo de diamantes y termina embarcado en un avión con rumbo al Perú. Los protagonistas son Wayne Morris, Eddie Albert y Ronald Reagan, secundados por el niño llamado Peter B. Good.
El “guion simplista”, sustentado en confusiones sucesivas, y la “realización poco original” de Enright, realizador de oficio en Warner, añaden un giro adicional a la trama de Brother Rat and a Baby: el robo de un violín Stradivarius ofrecido en subasta por cuatro reales (Hirschhorn, 1984, p. 210).
Típica comedia de situaciones de la era Eisenhower, *Las tres noches de Susana (Susan Slept Here, 1954), aparece dirigida por uno de los maestros del género, Frank Tashlin. En ella, el ganador de un Óscar, el guionista Mark Christopher (Dick Powell) entra en contacto con una joven de 17 años, Susan Landis (Debbie Reynolds). La muchacha, que ha tenido problemas judiciales, debe alojarse en el departamento del guionista para evitar pasar la Navidad en la cárcel. Rebelde e impetuosa, alborota la vivienda de Christopher, usando la estatuilla de la Academia de Hollywood para quebrar nueces. Harto de la situación, Mark indaga en el pasado de la muchacha; se entera de que ha sido dejada en casa por su madre, que viaja por el Perú en luna de miel celebrando sus segundas nupcias.
*Amantes en Venecia (Blume in Love, 1973), de Paul Mazurski, tiene como personaje central a Stephen Blume (George Segal), abogado especialista en divorcios y afligido por la reciente separación de su esposa, que lo acaba de abandonar. En una de las secuencias iniciales de la película