Probablemente sea la tristeza el estado más frecuente en que se encuentra la atmosfera en nuestro planeta hoy día. El color azul, asociado a la tristeza, es el color básico de la energía cósmica. Cuando esta energía se contrae, el azul se vuelve más intenso y profundo y puede observarse este azul en la cumbre de las montañas del Pirineo. Cuando predomina el anhelo, el azul es más claro, incluso un azul grisáceo opaco, bien visible en los días de fuerte contaminación ambiental.
Rabia atmosférica
Es una emoción atmosférica de descarga asociada a un estado de ansiedad. Se expresa de una forma inmediata y natural, como en el caso de una tormenta acompañada de relámpagos, truenos, lluvia intensa y/o granizo. También es el caso de una tormenta con vientos huracanados que literalmente «barren» una determinada región. Entonces el cielo se muestra furioso, enfadado, sombrío; todas estas expresiones siempre son activas. El potencial destructivo para tales expresiones violentas de rabia atmosférica siempre está presente, sobre todo en aquellas regiones con gran cantidad de polución ambiental. Como si la naturaleza quisiera «limpiarse» de una forma radical de los desastres humanos medioambientales.
El DOR atmosférico (Deadly Orgone Energy o Energía Orgónica Muerta)
La desertización está causada por el comportamiento extremo de la atmosfera, una característica que ha surgido en los últimos cuarenta años. La causa (el principio común funcional PCF) de este comportamiento extremo de la alternancia entre grandes inundaciones y grandes sequías es el DOR, que ya está presente por todas partes en nuestro planeta.
En una atmosfera limpia, luminosa y pulsátil (por ejemplo en la cumbre de las montañas), las nubes crecen de una forma bien delimitada y absorben una gran cantidad de energía orgónica, captando así el agua y la humedad. Existe, pues, un equilibrio en la atmosfera que es capaz de cargarse y descargarse, según la fórmula de Reich. Se carga por la mañana (nubes) y se descarga (lluvia) por la tarde, como ocurre en el Pirineo a finales de verano.
La coraza-DOR de la atmosfera actual destruye esta secuencia natural y rítmica, de la misma forma que la coraza humana (armadura caracterológica) destruye la capacidad del organismo viviente de expandirse y contraerse de una forma unitaria; dando lugar a todas las enfermedades psicosomáticas que después describiremos.
En ambos casos, tanto en el humano como en el atmosférico, la coraza-DOR impide la pulsación, lo que da lugar a la manifestación extrema de sequía-inundación. Observando el gráfico, vemos que la sequía y la inundación son dos funciones apareadas de un mismo principio común funcional: el DOR.
DOR atmosférico | |
INUNDACIÓN | SEQUÍA |
Tormenta descontrolada | Tornado |
Ciclón | Ráfagas de viento muy fuertes |
Huracán o lluvia en pocos minutos | Ola de calor |
Gota fría | Lluvia polvorienta |
(Invierno 2020 en Cataluña-Gloria) | (Primavera del 2008 en Cataluña) |
La pulsación armoniosa de la atmosfera ha estado sustituida actualmente por violentos extremos de expansión y contracción; de sequía y de inundación; de calores extremos no habituales, a estaciones de fríos intensos. Este funcionamiento espasmódico, continuo y lento, es la causa fundamental del desarrollo de los desiertos, donde la temperatura fluctúa entre el calor diurno extremo, al frío nocturno también extremo. En el caso de que existan precipitaciones en los ambientes desérticos, estas son anuales y lo arrasan todo. Para restaurar la pulsación atmosférica necesitamos un programa global, dando prioridad a la eliminación del DOR.
El desierto emocional y el Efecto Oranur
De la misma forma que las espinas y los aguijones sirven a las plantas y a los animales para sobrevivir en las condiciones más duras y extremas de los desiertos del planeta (cactus, opuntias, escorpiones, serpientes de cascabel, etc.), diversas corazas emocionales como si fueran una armadura protectora son adquiridas y utilizadas por algunos hombres y mujeres para desarrollarse y sobrevivir en los ambientes hostiles y violentos de las sociedades posmodernas de principios del siglo xxi.
Wilhelm Reich fundamentó la hipótesis de la conexión entre la formación de lo que él denominó la armadura en el ser humano y el fenómeno de la desertización; entre el desierto geográfico y lo que él calificó como el desierto emocional.
Los países más industrializados causantes del cambio climático por el efecto invernadero, aunque alejados de los climas desérticos experimentan exageradamente las mismas características de las influencias biometeorológicas desérticas, o manifestaciones extremas de hechos psicosociológicos y climáticos. Los podemos observar separadamente.
1.El aumento de la incidencia del crimen/violencia y del número de asesinatos, el aumento escalonado durante los últimos treinta años de las violaciones, de los asaltos con armas y de la violencia doméstica. La sociedad actual parece haberse vuelto cada vez más violenta a la vez que han aparecido nuevas guerras y conflictos bélicos en todo el planeta.
2.Un estudio del Departamento de Biología de la Universidad de Indiana, demostró una incidencia significativamente clara de crímenes violentos y otros actos delictivos en cuatro ciudades que se encuentran cerca de centrales nucleares, en comparación con otras cuatro ciudades escogidas al azar.
3.A pesar de no existir ningún estudio estadístico comparativo, la incidencia de abusos físicos y sexuales a niños y niñas, así como el abandono y el asesinato de menores parece ser tan alta que podría considerarse como una epidemia a escala mundial. Dos millones de casos fueron confirmados en el año 2017.
4.La tasa de muertes por cáncer y otras enfermedades infecciosas y víricas ha aumentado de forma alarmante durante los últimos treinta y cinco años. Aquí incluimos el sida, el ébola y la covid-19.
5.Actualmente, es un hecho reconocido entre las autoridades científicas que el clima de nuestro planeta ha cambiado rápidamente en las últimas décadas. Nos enfrentamos a temperaturas extremas dentro de la fluctuación climática, con valores aterradores de calor o frío o, lluvia y sequía. En el mes de noviembre de 1988, Barcelona tuvo la mínima de este mes durante los últimos cincuenta años y la máxima cantidad de lluvia registrada durante los últimos treinta años. Esta misma ciudad registró en agosto del 1987 su temperatura más alta del siglo, con 38,6° C. La máxima superada correspondía a los 37,6° del mes de junio de 1982. El invierno del 201o ha sido el más crudo de los últimos años, con inundaciones en Andalucía y vientos de más de 220 km/h en Galicia. En 2019 hemos tenido el mes de junio más caluroso del siglo, con temperaturas de más de 40 grados. La explicación oficial señaló que los vientos saharianos que permanecían en calma fueron los causantes.
6.Durante la última década se han logrado los récords de actividad de tornados y huracanes, apareciendo por todo el planeta inundaciones, tsunamis, tormentas y nevadas totalmente imprevisibles. La última nevada, en abril de 2010 en la Costa Brava, que dejó sin luz a más de 300 mil abonados. La última devastación del huracán Irma en el Caribe y en Texas en septiembre de 2017. El invierno pasado (2020) sufrimos el impacto del huracán Gloria en Cataluña del que todavía nos estamos recuperando y la copiosa nevada que paralizó la ciudad de Madrid a principios del 2021.
7.Los incendios forestales, tanto en extensión como en el número de casos fortuitos o provocados, están aumentando en casi todos los países. El 1986 se destruyó prácticamente toda la flora de la montaña de Montserrat y el verano de 1998 se quemó parte de la Cataluña central. El 2003 se quemó la Albera y las llamas llegaron hasta Llançà. El 2009 murieron cinco bomberos de la Generalitat en el incendio de Horta de Sant Joan. Otros incendios de grandes dimensiones en Australia y San Francisco, que duraron semanas, han sido noticia. Los últimos más recientes y más cercanos en Portugal en junio de ٢٠٠١٧ y en ٢٠١٩.
8.La Fundación Lahey de Boston ha detectado una nube de aire sucio como una zarpa que se extiende desde Canadá hasta Cuba, consistente