A pesar del límite a las donaciones oficiales, es interesante estudiar la manera en que se distribuyen las donaciones superiores a 10 mil euros. Si nos concentramos en 2015, la gran mayoría de esas donaciones (80%) se sitúan entre los 10 mil y los 20 mil euros, y 14% entre 20 mil y 30 mil. No obstante, algunas donaciones alcanzan o sobrepasan los 100 mil euros; por ejemplo, las dos donaciones de 100 mil euros de la constructora automotriz Daimler, una al SPD y la otra a la CDU, o la donación de 195 mil euros del sector financiero Deutsche Vermögensberatung AG a la CDU.
Al final, ¿qué partidos resultan más beneficiados por donaciones superiores a los 10 mil euros? A lo largo de los últimos 30 años observamos que, de manera sistemática, la CDU ha sido la principal destinataria de estas grandes donaciones (figura 23). Un punto interesante es que esta “ventaja” de la CDU es particularmente marcada en los años de elecciones nacionales. No obstante, se nota que el SPD ha remontado desde la década de 2000. Como ya señalé brevemente, las empresas y las asociaciones patronales alemanas tienden a financiar de manera simultánea a los principales partidos. Y, como veremos de nuevo en el caso del Reino Unido y Estados Unidos, en las últimas décadas los partidos de izquierda, que históricamente han sido partidos de masas y han representado las preferencias de las clases populares —cosa especialmente cierta en el caso del SPD—, se han lanzado a la conquista de las donaciones privadas que, poco a poco, han ido sustituyendo a las cuotas de los militantes. Es la nueva tendencia oligárquica de la democracia moderna: no es que los obreros se aburguesen una vez elegidos; ni siquiera es que eso le pase a los candidatos: son los programas de los partidos, que viran a la derecha para satisfacer las preferencias de sus nuevos contribuyentes financieros. Por cierto, en Alemania, fue el SPD en el poder, con Gerhard Schröder, el que redujo la tasa marginal del impuesto sobre la renta y llevó los salarios a la baja, con las consecuencias que hoy conocemos en términos de poder adquisitivo y pobreza entre los trabajadores.
LECTURA | En 2013, el monto total de las donaciones superiores a 10 mil euros entregadas a la CDU ascendió a 8.7 millones de euros. Este monto fue de 3.4 millones de euros para el SPD.
FIGURA 23. Donaciones superiores a 10 mil euros, monto total entregado a cada partido político, en Alemania, 1984-2015.
Puesto que antes mencioné el gasto fiscal asociado a las donaciones, permítanme hacer una estimación de este gasto, para concluir nuestro rápido recorrido por el horizonte alemán. El gasto fiscal en Alemania depende —al igual que en Francia o en Italia— del monto de los impuestos pagados por los donadores.19 Si parto de la hipótesis de que todas las donaciones inferiores a 3300 euros dieron lugar a una reducción de impuestos de 50%, resulta que, en promedio anual en el periodo 2012-2016, el Estado gastó un máximo de poco más de 104 millones de euros cada año en reducciones fiscales asociadas a las donaciones a partidos,20 es decir 1.55 euros por adulto. Se trata de una horquilla alta y tal vez sea más razonable estimar ese gasto entre 70 y 104 millones de euros, es decir, entre 1.00 y 1.55 euros por alemán adulto.
Nótese que este gasto fiscal por adulto es relativamente similar al que podemos observar en el caso de Francia (56 millones de euros anuales dedicados a la desfiscalización de las donaciones a partidos, o sea 1.08 euros por adulto), y esto a pesar de que en Francia hay una política fiscal más generosa (reducción fiscal de 66% asociada a las donaciones de hasta 7500 euros a partidos políticos).
No obstante, en Alemania no existe límite para las donaciones, ni a las provenientes de individuos ni —cosa aún más problemática— de empresas. En el capítulo 7 hablaré de los problemas planteados por el hecho de que cierto número de empresas aportan cientos de miles de euros anuales a los partidos políticos y que muchas lo hacen independientemente del color del partido: ¿qué busca una empresa que firma cheques al SPD y a la CDU a la vez, si no influencia? Pero no nos adelantemos y terminemos nuestro recorrido por el mundo del financiamiento privado. Antes de hablar de desviaciones, pongámonos un poco optimistas: en efecto, si bien Alemania sufre por la ausencia de regulación del financiamiento privado de la democracia, ha sabido innovar en cuanto a su financiamiento público. En cada experiencia nacional hay cosas buenas que tomar, así como errores que no debemos reproducir.
¡Viva la familia Berlusconi!
En Italia, el financiamiento privado de la democracia no estuvo regulado sino hasta tiempos recientes —paradójicamente, al mismo tiempo que su financiamiento público era puesto en duda—, con la introducción, en 2013, de límites al monto de las donaciones que individuos y empresas están autorizados a hacer, así como una obligación de transparencia.21
Así, para el periodo 2014-2016 en Italia, puedo examinar, a partir de las cuentas de los partidos políticos, la concentración de las donaciones. En efecto, los partidos deben reportar cada año toda donación mayor de 5 mil euros.22 Aquí tomo en cuenta todas las donaciones entre 5 mil y 100 mil euros, pues esta última cifra es el monto máximo autorizado. Sin embargo, nótese, desde el presente, que puede ser relativamente fácil jugar con ese límite. En la familia “¿Y si reventamos el tope?”, o sea los Berlusconi, papá Silvio estaba muy contrariado por no poder donar muchos millones a su partido en años electorales.23 En 2015, no menos de seis Berlusconi aportaron el máximo —100 mil euros— a Forza Italia: Silvio, por supuesto, pero también Eleonora, Barbara y Marina, las hijas, así como Luigi, el hijo, y Paolo, el hermano. Y otra vez en 2016, para una parte de la familia. Por si no fuera suficiente, la empresa familiar, Fininvest, aportó también hasta 100 mil euros en 2015, y en 2016 hizo gala de economía donando sólo 99900 euros.
FIGURA 24. Distribución de las donaciones a partidos políticos superiores a 5 mil euros en Italia, 2014-2016.
Asimismo, conviene recalcar que las cifras que presentaré aquí sólo reflejan la realidad reciente de la concentración de donaciones en Italia, pues hasta 2014 —aunque, por desgracia, no disponemos de datos detallados sobre las donaciones— las contribuciones podían alcanzar sumas de siete dígitos. En promedio, cada año entre 2014 y 2016, el total de donaciones superiores a 5 mil euros ascendió a 11.9 millones de euros, 95% de las cuales provenían de individuos (ya sea que consideremos el número de donaciones o el monto total). De estas donaciones individuales, 40% iban de los 15 mil a los 20 mil euros, pero cierto número de donadores —como acabamos de ver con el ejemplo de Berlusconi— aportaron el máximo permitido, es decir, 100 mil euros (figura 24). En 2016, las diez mayores donaciones a partidos (2% de las donaciones) representaron, por sí solas, 10% del total de las 472 donaciones superiores a 5 mil euros.
FIGURA 25. Monto total de las donaciones superiores a 5 mil euros, por partido político, en Italia, 2014-2016.
La mayor parte de estas donaciones superiores a 5 mil euros se destinaron al Partito Democratico —que, como vimos, es también el principal beneficiario del “2 por mil”—, con un promedio de más de 7.8 millones de euros anuales (figura 25). Una vez más, en Italia y en Alemania, la izquierda en el gobierno no teme recurrir al financiamiento privado, y el Partito Democratico en el poder, con Matteo Renzi, flexibilizó el mercado laboral (con la Ley del Empleo) y precarizó así un poco más a la juventud de su país. En comparación, Forza Italia y la Lega Nord casi palidecen, con donaciones cuyos montos totales no rebasan los tres millones de euros (las sumas recibidas por los otros partidos son extremadamente exiguas). Por otro lado, aunque el Partito Democratico recibe muchas más donaciones superiores a 5 mil euros que los otros partidos, el valor de la donación promedio recibida por éste (17 mil euros) es inferior al de la donación promedio recibida por la Lega Nord o Forza Italia (más de 21 mil euros en ambos casos).
Que no se sorprenda el lector de no ver aquí al Movimento 5 Stelle. Antes subrayé que dicho movimiento rechaza toda forma de subvención pública de los partidos —lo