El concepto de lo «común» está relacionado con la ensoñación, lo gótico, lo surreal, lo oculto y lo mítico. Está relacionado con lo «clandestino», y este es el punto de unión, el «algo», en el que se encontraban las tradiciones romántica y obrera, como la historia de los Despard podría enseñarnos en cuanto establezcamos plenamente el contexto de ambos. John Clare, exagricultor cuyos terrenos comunales habían sido cercados, expulsándolo, se refiere varias veces en su poesía a esas criaturas subterráneas, los topos:
Mientras miro, los topillos cuelgan meciéndose al viento
en el único sauce viejo que permanece en todo el campo
y la naturaleza oculta el rostro allí donde ellos oscilan en sus cadenas
y en un silencioso murmullo se queja
aquí estaba la posesión común de sus colinas, donde ellos siguen buscando la libertad
aunque todo lo común ha desaparecido y aunque se ponen trampas para matar
a los pequeños mineros sin hogar[11].
Se convirtieron en metáforas para las sorpresas de la historia.
Un historiador local del condado de Kildare escribió: «El cruce de caminos de Lyons fue una de las guaridas del Perro Negro, que parece haber estado emparentado con el perro de la mitología griega que protegía el mundo subterráneo»[12]. Catherine se perdió bajo la superficie, en el inframundo, incluso. En la historia de lo subterráneo hay momentos míticos, geológicos y políticos coetáneos de la insurrección de Despard de 1802-1803.
El marxista argentino del siglo XX Che Guevara, y el nacionalista cubano del siglo XIX José Martí se refirieron al proyecto revolucionario aludiendo a lo que Jesús dijo acerca de Jonás. El Che le dijo a un estudiante visitante estadounidense que regresara al vientre de la bestia. Martí escribió antes de morir: «Viví en el monstruo y conozco sus entrañas»[13]. Cuando le pidieron una señal, Jesús respondió: «¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide y no se le dará otra señal que la señal de Jonás» (Mateo, 16: 4). Las fuerzas externas no revelarán por sí solas la sociedad justa: solo la libertad de acción puede hacer realidad el ideal de lo común. En términos laicos, el determinismo económico del estadialismo se opone al poder de la libertad humana.
Sin embargo, «de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, también el hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches» (Mateo, 12: 40). Entre la crucifixión y la resurrección, Jesús descendió a los infiernos, «el corazón de la tierra». El episodio es conocido como el horror del infierno. En la tradición plebeya inglesa, el infierno está en la tierra: el infierno es la Ley; el infierno es la Mercancía. Desde Paraíso perdido de Milton hasta El matrimonio del cielo y el infierno de Blake, esta tradición proporcionó el horizonte soterrado de la guerra de clases. Jonás formaba parte de una tripulación, Jesús, parte de la sal de la tierra, y los Despard, parte del proletariado atlántico. Todos sufrieron el infierno en el vientre de la bestia.
Los campos sumergidos, las entrañas terrestres, o el corazón de la tierra son paralelos al «vientre del cetáceo», o a las «entrañas del monstruo» y la «historia desde abajo». «El corazón de la tierra» puede tener estos tres significados: 1) la localización de las energías negras como la «oscuridad» del carbón o el petróleo; 2) el infierno, el lugar del gran calor, y por lo tanto del cambio distrófico que causa las retorcidas desigualdades entre ricos y pobres en la faz de la tierra; y 3) los diversos horizontes de lo común geológico. Yo sugiero que los significados de lo «subterráneo» –mítico, geológico y político– están interrelacionados y que atañen a los significados de lo común. Antes de volver a Inglaterra, nuestra búsqueda de Catherine Despard y lo común nos exige ampliar la mirada, primero hacia Irlanda y después a América, hacia lo que Blake denominó «las montañas atlánticas».
[1] S. Winchester, The Map That Changed the World: William Smith and the Birth of Modern Geology, Nueva York, 2001.
[2] E. Thompson, The Making of the English Working Class, Nueva York, 1963, p. 832 [ed. cast.: La formación de la clase obrera en Inglaterra, Madrid, 2012, p. 885].
[3] Ibid., p. 181 [p. 208].
[4] F. Place, The Autobiography of Francis Place, ed. M. Thrale, Cambridge, 1972, p. 181.
[5] E. Thompson, cit., p. 500 [p. 546].
[6] D. Bollier, Silent Theft: The Private Plunder of Our Common Wealth, Londres, 2002; D. Bollier, Think Like a Commoner: A Short Introduction to the Life of the Commons, Columbia Británica, 2014; L. Hyde, Common as Air: Revolution, Art, and Ownership, Nueva York, 2010; L. Hyde, The Gift: Creativity and the Artist in the Modern World, Nueva York, 2007.
[7] E. Thompson, cit., p. 230 [p. 260]. Thompson utiliza selectivamente citas del panfleto de Feargus O’Connor, pp. 15, 41-42, 56.
[8] F. O’Connor, The Employer and the Employed: The Chambers Philosophy Refuted, Londres, 1844, p. 42.
[9] Ibid., p. 42.
[10] E. Thompson, Customs in Common, Londres, 1991, p. 337; A. Plummer, Bronterre: A Political Biography of Bronterre O’Brien, 1804-1864, Toronto, 1971, p. 77.
[11] J. Clare, «Remembrances», en Major Works, Oxford, 1984, p. 259, versos 37-43.
[12] M. J. Kelly, «History of Lyons Estate», en P. O’Sullivan (ed.), Newcastle Lyons. A Parish of the Pale, Dublín, 1986
[13] J. Martí, José Martí Reader: Writings on the Americas, ed. D. Shnookal y M. Muñiz, Melbourne, 1999, p. 234 [ed. cast.: Carta de José Martí a Manuel Mercado, 18 de mayo de 1895].
Segunda parte
Las montañas atlánticas
Figuras 6 y 7. «Un solo amo se queda con todo el dominio» y «El final de la opresión». Dos fichas monetiformes acuñadas por Thomas Spence.
D
IRLANDA
Конец ознакомительного